Hace ya varias semanas que periodistas del diario “Tiempo Argentino” se comunicaron con la redacción de LA VOZ para buscar información sobre las denuncias de los isleños que desde hace, por lo menos, diez años vienen pidiendo seguridad en toda la zona insular porque son amenazados constantemente por narcotraficantes.
Sin embargo, este tema siguió siendo denunciado por los isleños de nuestra ciudad y el domingo pasado tomó conocimiento a nivel nacional. Un periodista del diario mencionado, Gastón Rodríguez, elaboró un artículo recopilando todos los reclamos por seguridad, el registro de las avionetas que sobrevuelan Zárate a baja altura y la desidia municipal, provincial y nacional para atender este preocupante tema.
“A un poblador que se atrevió a enfrentarlos le arrancaron el dedo de una mano. Y una familia fue expulsada a tiros. Ingresan la droga en barcos y avionetas. ¨Esto es un zona liberada¨, se lamenta una de las víctimas de la mafia narco”, comienza citando el artículo de Tiempo Argentino.
“Esa noche hubo desvelo de perros en las costas de la Isla Talavera, sobre el Delta del Paraná. El alumbre de linternas y los rumores de pisadas inquietaron a la jauría. Héctor Valori salió de la casa a recibirlos. Contó seis pero se detuvo en el rostro adolescente del más excitado, que no debía tener más de 15 años. A Valori lo encañonaron, y lo ataron a un palo con alambre San Martín, que es el que se usa para perimetrar los campos por su resistencia a casi todo. Hubo palizas por turnos hasta fracturarle el tabique, hundirle una parte del cráneo y estropearle para siempre uno de los ojos. El asunto siguió empeorando: alguien intentó arrancarle el dedo medio de la mano izquierda con una tenaza, pero la impericia o el desagrado no lo permitieron. Otro, más pragmático, completó la faena con un fogonazo de pistolón, dejándole un muñón entre dos pares de falanges. Valori pagó así su intromisión: el día anterior había corrido a tiros a unos narcos que intentaron desembarcar la droga dentro de su propiedad. Ahora, los adivina navegando río adentro o descargando en las orillas de los vecinos que aceptaron, porque tienen miedo o porque son pobres, ser socios menudos en el negocio. ¨Necesitamos una intervención federal porque el Delta es un aguantadero¨, dice, con la vista fija en la barreda de juncos que asoma desde el agua calma”, describe la nota de Rodríguez.
Valori es uno de los tantos isleños, que junto con Juan Carlos García vienen reclamando más seguridad. Es más, ellos firmaron un petitorio para hacer uso de la banca abierta en el Concejo Deliberante que fue rechazada por los propios ediles. De la misma forma pidieron ayuda al Ejecutivo municipal pero también les fue denegada. Ahora, con su asociación civil Civil Zárate-Canal Irigoyen-Pasaje Talavera (ZARCAPA) se agruparon en la entidad “DERBAU”, Delta de Entre Ríos y Buenos Aires Unido. Y esta entidad madre tiene un temario claro, pedir que el Estado se encargue de los violentos hechos delictivos que están padeciendo los isleños entrerrianos y bonaerenses; episodios de cuatrerismo, maniobras de desalojo y usurpaciones con abogados de por medio, intimidaciones, incendios intencionales, robos y graves casos de narcotráfico, que no hacen más que confirmar todo lo que vienen denunciando la mayor parte de los habitantes isleños de Zárate. “Nos unimos por la inseguridad que existe, el narcotráfico es diario y nos amenazan porque nosotros vemos todo. Además, sufrimos el robo de viviendas, de botes y roturas de las herramientas de pesca durante los aprietes mafiosos de las mismas bandas de narcos. Es una zona liberada. No vemos a la Prefectura Naval, ni a la policía ni nada. Entonces nos preguntamos, ¿Zárate solamente es el continente? Hay un abandono de parte de los funcionarios municipales muy grande en las islas, en donde pasa de todo y nadie se entera. Muchos dicen entender nuestro reclamo, hasta hemos entregado notas al Concejo Deliberante, pero nadie hace nada. Todos nuestros proyectos han sido archivados”, se lamenta Juan Carlos García, el ya reconocido vecino de la isla que viene peleando codo a codo con Valori para que estos temas se conozcan.
Zárate y Campana: La puerta
“El mapa del narcotráfico en la Argentina revela territorios críticos. Las provincias del norte (las regiones NOA y NEA aportan casi el 90% de las causas federales por ley de estupefacientes que se tramitan en el país), y las zonas de puertos (por donde la mercancía sale al exterior, multiplicando la rentabilidad), en especial, Rosario, Mar del Plata y la jurisdicción de Zárate – Campana, ostentan las estadísticas más altas de actividad criminal. Es precisamente en el Delta del Paraná, límite natural entre Buenos Aires y Entre Ríos, donde el comercio de la droga instaló un escenario de acopio y tránsito. Las razones son mayoritariamente geográficas. El lugar está atravesado por arroyos que se conectan, hacía el Oeste, con el Río Paraná, y hacía el Este, con el Paranacito y el Río Uruguay, trazando una ruta de tráfico con el litoral, de donde proviene la marihuana en cantidades industriales y donde es más fácil enlazar, por ejemplo, con Salta para el suministro de cocaína. Además, por su ubicación, el Delta es la puerta de acceso de la droga al Conurbano por el lado norte, gracias a su vecindad con Pilar y Escobar. Pero existe otra explicación, más amarga, de la presencia narco en las islas: la impunidad. Las aguas del Paraná dibujan un paisaje de riachos, esteros y humedales que se presentan inaccesibles al extraño. En esa hidrografía hostil los controles son nulos y los locales, repiten, quedan a la buena de Dios. Con un Estado ausente, los traficantes, con recursos por la extraordinaria rentabilidad de su comercio, ocupan las vacantes e imponen las reglas”, remarca el artículo.
Por otro lado, García asegura también que el tráfico fluvial es apenas un complemento del que sucede por aire, donde el disimulo parece importar menos. “En las noches las avionetas vuelan en círculos sobre las islas a muy baja altura y arrojan paquetes sobre los campos. Conocemos una familia que denunció la maniobra y desde entonces vive amenazada. Incluso, una noche fueron baleados por desconocidos. La mercancía bombardeada desde el cielo es recogida y trasladada en lanchas o guigues (canoas) hasta el continente, donde se la muda a camionetas, o motos en los envíos chicos, a cargo del trasporte por rutas hasta los centros de distribución y venta. Si la operación, en todos sus tramos, resulta exitosa, algunas de esas partidas tendrá como destino final Uruguay o Europa. Pese a que la zona insular de Zárate equivale a más del 50% del territorio del partido, en el Delta no hay electricidad, ni agua potable, ni siquiera un camino asfaltado que los comunique con el continente. Ni siquiera tenemos una sala de primeros auxilios ¿Cómo vamos a pretender que instalen un radar?”, exclamó García.
Por todo esto, los isleños esperan que el Estado nacional, provincial y los municipios decidan iniciar algún tipo de medida paliativa de tal preocupante situación.
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