A que tenés un amigo que se postula a algo. No un conocido, porque eso suena un poco más lejano. Un amigo, que es más íntimo. Si vivís en Yerba Buena, seguro conocés a alguien que quiere entrar a la política. Es que para las elecciones provinciales de este domingo, 1.468 personas se han postulado para una de las 10 bancas del Concejo Deliberante.
Eso significa que hay un candidato cada 35 electores, pues unos 52.000 ciudadanos han sido llamados a votar. En total, son 101 los partidos que agrupan a esos probables ediles. Eso supone, además, que cuando entrés al cuarto oscuro puede que te cueste encontrar tu voto. Imaginate: un centenar de papeletas desplegadas en las mesas.
Entre los aspirantes asoman caras conocidas. Siete actuales ediles buscan su reelección. Los rostros de los nuevos son como una bolsa de caramelos surtidos, en la que se revuelven políticos, hijos de políticos, modelos, empresarios, deportistas, abogados, ecologistas y un sinfín de diversidades.
Se calcula que el piso de votos para obtener una banca estará por arriba de los 1.000 (en 2011, el menos votado obtuvo 1.020 sufragios). El concejal más elegido, en tanto, podría superar los 2.500 votos.
El futuro intendente
La numerosidad también aparece entre los candidatos a intendente. Con sus 15 postulantes, Yerba Buena encabeza el ránking de municipios tucumanos en esta categoría. Los anotados son Marcelo Albaca, Guillermo Burckwardt, Mariano Campero, Diego Elías, Raquel Grassino, Jorge Bernabé Lobo Aragón, Luis Lobo Chaklián, Pablo Lucero Imbaud, José Marrades, Julio Marteau, Jose Mendoza, Ernesto Padilla, Julio Saguir, Bernardo Racedo Aragón y Sisto Terán Nougués.
Las encuestas son parejas. Y aunque todos se dicen ganadores, se cree que serán tres los que se disputen la mayoría de los sufragios. El que gane lo hará con alrededor de 15.000 votos (el 28 % del padrón), de acuerdo a algunas estimaciones. El que menos obtenga de esos tres, estará sacando 9.000 (el 17 % del padrón), más o menos. En 2011, Daniel Toledo -actual intendente y candidato a legislador- conquistó su segunda gestión con unos 17.000 votos.
Los espectadores
Mientras tanto, los ciudadanos se preguntan, entre otras cosas, de qué caja surge el financiamiento para esos ejércitos de postulantes. Hasta ahora, han contemplado sólo los gastos de la campaña. Todavía resta el desembolso del domingo, que supone autos, punteros y fiscales.
Se cree que el oficialismo podría llegar a movilizar 2.000 vehículos. El precio del auto en el suelo yerbabuenense va desde los $ 600 hasta los $ 1.000 por jornada.
El cálculo sigue con los caudillos de los barrios populares, que son los que se suben a los coches y van en busca de sus familiares, de sus vecinos y de la gente de la barriada. A esos movilizadores les están dando desde $ 250 hasta $ 600.
Para cubrir la totalidad de las mesas de votación de la ciudad, se necesitan más de 120 fiscales de mesa, y unos 25 fiscales generales (uno por escuela). En algunos casos, se trata de voluntarios que colaboran con el partido. En otros, se les paga. En ese caso, la suma va desde los $ 300 en adelante. Por último, hay que sumar el gasto en comida. Un cálculo modesto sería de $ 50 cada bandeja, con gaseosa.
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