Integrado por 256 empresarios de primera, el whatsapp estuvo muy activo hasta el resultado de las PASO. Desde entonces, hubo unas pocas deserciones y mucho silencio.
Personalidades y empresas muy diversas y complejas no fueron obstáculo para que desde principios de este año surgiera una comunidad que iba a expresarse por whatsapp. Al grupo lo bautizaron Nuestra Voz y ganó popularidad cuando condenó sin tapujos lo que denominaron el paro salvaje de los pilotos de Aerolíneas. “Rechazo total a medidas abusivas del Sindicato Pilotos y Cabina que toman a la sociedad como rehén, conspiran contra el desarrollo del país y la creación de empleo”, dijo el primer tuit.
Con los meses, el conjunto de 256 voces tomó vida propia aplaudiendo el acuerdo de la Unión Europea-Mercosur y luego el que se concretó con los países del Efta, además de repudiar la actitud de los Moyano con Mercado Libre.
También llamaron a votar en las PASO. Pero a partir, precisamente, del resultado de las PASO el uso fue mermando y algunos peso pesado como Enrique Cristofani, presidente del Santander, principal banco privado y Eduardo Costantini, que con Nordelta, Consultatio y el Malba es un referente; se fueron. El caso de Roberto Murchison, líder en puertos, fue diferente: partió y volvió. Lo cierto es que el grupo pasó de la efervescencia a la maduración, de acuerdo con uno de sus miembros, esta vez en off the record.
El ascenso de Nuestra voz se atribuyó a una insinuación del Jefe de Gabinete, Marcos Peña, cuando en sus reuniones con el ambiente de negocios les recriminó que felicitaban en privado y se callaban en público.
Algunos tomaron el guante, especialmente los vinculados a las compañías más innovadoras, como Martín Migoya y Guibert Englebienne de Globant y Marcos Galperín, cabeza de Mercado Libre, la empresa más valiosa del país que, con otras firmas de la industria del conocimiento, generaron un nuevo paisaje que funciona pese a las crisis, con empleos bien recompensados.
Uno de los miembros fundadores negó que el whatsapp fuese oficialista y lo definió como un grupo de protección institucional al recordar que sentaron posición sobre la defensa del resguardo de las fuentes de los periodistas a raíz del caso Dalessio.
Enrique Cristofani, presidente del Banco Santander en la Argentina. fue uno de los que dejó el grupo junto a Eduardo Costantini.
En el grupo hay varios subgrupos por tema, desde energía, finanzas, innovación, macroeconomía, industria, agro, por citar algunos. Proponen discusiones y si hay consenso se abren grupos paralelos para debatir qué postear. Y luego se llevan las propuestas al grupo general con un post y un horario sugerido para hacerlo público.
Admiten que la coordinación es difícil, a diferencia de lo que sucede en las cámaras que defienden intereses sectoriales. “Hay demasiados Messi y lo que debe regirnos es el espíritu de cuerpo, con la conciencia de pertenecer a un colectivo”, soltó otro fundador.
Javier Goñi (Ledesma), Juan Lafosse (AlMundo), Gabriel Martino (HSBC), Alejandro Macfarlane, Roberto Murchinson (Murchinson), Gustavo Grobocopatel (Los Grobo), Rosario Altgelt (Latam), Sergio Kaufman (Accenture), Diego Bekerman (Microsoft), Federico Procaccini (OpenBank), Emiliano Kargieman (Satellogic), Rosario Altgelt,(Latam), Gastón Remy (Vista), José Demiceli (Adblick), Fernando Cinalli, Martín Cabrales (Cabrales), Isela Costantini y hasta el cineasta y emprendedor Juan Campanella son algunos de sus miembros.
“Hemos ganado madurez, lo mejor es no decir nada, porque significa que la Argentina va por el buen camino y nosotros nos estamos ocupando de nuestro negocio que es lo más importante”, soltó otro de sus integrantes.
El grupo tuvo tuvo hasta un “topo” que aún no detectaron, pese a que varios tienen compañías expertas en ciber seguridad. El topo difundía chats privados entre los participantes. Ahora está en silencio. Como el whatsapp.
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