En algo más de dos horas, el campeón vigente del Abierto de Australia, número cuatro del ranking mundial, dio un paso más hacia el bicampeonato tras vencer por 6-4, 6-3 y 7-6 al japonés Kei Nishikori y se ubicó enter los cuatro mejores del primer Grand Slam del año que se disputa en Melbourne Park.

El juego del ganador fue excelso en los dos primeros sets. Con un saque potente y efectivo y un revés que ya es marca registrada no le dio chances a su rival pese a su conocido despliegue físico, de poder encontrar un resquicio por donde detenerlo o dominarlo.

Fue recién en el tercer parcial donde el trámite fue más parejo porque el japonés se mantuvo a tiro siempre, encontró sus tiros, ajustó su saque y llegó al tie break decisivo ante un Wawrinka tranquilo y sabedor de su superioridad.

Y el arranque del tie break no podía ser mejor para el ganador. Rápidamente sacó una ventaja de 6-1 y todo parecía que el partido en la Rod Laver Arena tenía un final. Sin embargo, allí el nipón levantó cada uno de los cinco match points que tuvo en contra para ilusionarse con una recuperación.

Pero fue en vano, un ace, el número 20 del partido, selló el triunfo del suizo que no vencía al japonés desde agosto de 2012, y espera por el ganador del encuentro que a partir de las 5.30 de este miércoles enfrentará al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic ante el canadiense Milos Raonic.

Luego del partido le dijo al ex tenista australiano, Todd Woodbridge: ""Todavía me siento nervioso pero ya se me tiene que ir olvidando. Debo estar preparado mentalmente para la semifinal, sea ante Djokovic o ante Raonic. No vengo aquí para defender un título ni para ganar o demostrar nada expresamente. Vine para ganar un título de Grand Slam".

En la otra semifinal, el escocés Andy Murray se medirá ante el checo Tomas Berdych.