La gobernadora buscará crear por decreto la Oficina de Fortalecimiento Institucional. Para no perder presencia, en la Legislatura apuran una iniciativa del mismo estilo que consideran “superadora”.
Como ocurrió con la disputa de cartel por la autoría del proyecto que le pone fin a las reelecciones indefinidas para intendentes, diputados, senadores, concejales y consejeros escolares, nuevamente la gestión Cambiemos con la gobernadora María Eugenia Vidal a la cabeza busca ganar la agenda. Esta vez el protagonismo es por la creación de Oficina Anticorrupción bonaerense.
Lo concreto es que desde el Ejecutivo bonaerense a través del ministerio de Justicia avanzan en la confección de un decreto de Ley para darle vida a Oficina de Fortalecimiento Institucional (OFI). Un organismo que tendría rango de secretaría emulando a la Oficina Anticorrupción (OA) de Nación. Sin embargo el peronismo tiene una estrategia para bajarle la espuma a la avanzada de Vidal.
En la cámara de Diputados bonaerense unificaron proyectos con la misma rúbrica para tener un Código de Ética Pública y Transparencia. Se trata de iniciativas presentadas por Rocío Giaccone (Frente para la Victoria), Ricardo Lissalde, Lisandro Bonelli (Frente Renovador) y Rubén Grenada (Gen). La movida tiene que ver con adelantarse a la estrategia de Vidal.
Con el proyecto los legisladores apuestan, con 22 años de demora, a hacer efectivo el artículo 3 de la Constitución Provincial. Allí se establece que “la ley creará el Tribunal Social de Responsabilidad Política que tendrá a su cargo examinar los actos de corrupción que pudieren cometer los funcionarios de los poderes públicos, provinciales y municipales”; algo que hasta el momento no existe.
Las diferencias entre el proyecto consensuado por la oposición -y que tendría dictamen favorable tras el receso invernal- y el de María Eugenia Vidal, tienen que ver con la creación órgano extra poder, con autonomía funcional y autarquía financiera; mientras que el Ejecutivo, según trascendió periodísticamente crearía funcionaría bajo la órbita del ministerio de Justicia, hoy a cargo de Gustavo Ferrari.
No es la primera vez en lo que va del período legislativo 2016 que el Ejecutivo choca con proyectos similares a los que –por lo general y sobre todo- propone el Frente Renovador de Sergio Massa. Los últimos codazos para la foto se dieron con el proyecto que termina con las reelecciones indefinidas. En aquella sesión los diputados de Massa decoraron el recinto con carteles que rezaban “No a las reelecciones indefinidas”.
Vidal mandaría a sus diputados, con el vicepresidente de la Cámara, Manuel Mosca, a resaltar el impulso de la iniciativa y la voluntad política de la Gobernadora para dar la discusión sobre el tema. “Esta autolimitación de la política es una reforma histórica que es posible gracias al cambio de época que representa la gobernadora María Eugenia Vidal”, decía Mosca luego de la sanción de la iniciativa que todavía espera su aprobación en la cámara de Senadores.
Nuevamente, se avecina una disputa de cartel y mediática por un proyecto declarativo que en lo real intentará suplir una deuda constitucional de más de veinte años.
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