El diputado Álvaro González, la senadora Guadalupe Tagliaferri y Horacio Rodríguez Larreta convocaron a movilizarse en defensa de las universidades. La crítica al uso indiscriminado de la herramienta del veto y la opción desarrollista.
Por
CARLA PELLIZA
El diputado PRO Álvaro González no es el único que piensa que el gobierno no debería vetar el financiamiento universitario, pero es el único de su bloque que lo manifestó públicamente. El legislador, identificado con Horacio Rodríguez Larreta, formó parte de la conferencia de prensa dialoguista que convocó a marchar este miércoles y, como el ex jefe de Gobierno y la senadora Guadalupe Tagliaferri, que también dió presente en la conferencia, estará en la calle para apoyar las casas de altos estudios.
En el bloque de Diputados, todavía no se discutió la posición que adoptarán de cara al veto de Javier Milei, pero sí consideraron que escalar la confrontación terminará saliendo más caro, económica y políticamente, que un acuerdo. Como contó El Destape, también alertaron que el gobierno no tiene los votos para sostenerlo, quedando a tiro de una derrota parlamentaria y ejecutiva. “Hay una metodología que usa el gobierno que es el veto, una forma de ningunear al Congreso”, analizó Álvaro González, en diálogo con El Destape, después de haber convocado a la marcha universitaria. Para el legislador, si bien “todo se puede mejorar”, el parlamento avanzó con una “decisión política” que sumó 143 votos en la Cámara Baja y superó ampliamente los dos tercios en el Senado.
Esa decisión política resolvió necesario atender el reclamo por salarios de los docentes y no docentes de grado. “Con poco, muy poco, resolvés el problema”, explicó González al detallar que con 0,14 puntos del PBI se puede solucionar el conflicto salarial del 2024. “Lo financiás como sea”, lanzó. Por eso, entendió que la política de Milei “es más un capricho o un dogma”, porque “gobernar es solucionar problemas” y no atarse a una creencia.
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El gobierno intentó cambiar la lógica legislativa al obligar, para la sanción de cualquier ley, a conseguir dos tercios de los votos en lugar de mayorías simples. “¿Se puede gobernar por veto y un tercio que te acompañe?” se preguntó, molesto, González. “Eliminás la mayoría” parlamentaria, “impedís que el Congreso, con mayorías de varios partidos” pueda sancionar leyes porque, “con el veto, las echás para atrás”, analizó.
Álvaro estuvo ausente cuando se discutió el financiamiento universitario. Cuando se debatieron las jubilaciones, rechazó la nueva fórmula de movilidad. En ambos casos, su posición fue la de no acompañar el veto de Milei.
El acto del presidente en Parque Lezama, para lanzar el partido libertario a nivel nacional, funcionó como un parteaguas. En el evento, que se dividió en dos partes, Karina se abrazó a los dogmas de La Libertad Avanza y dejó el mensaje de no necesitar a nadie más que a ellos mismos mientras que su hermano se dedicó al show personalísimo con un nuevo discurso de campaña.
Como parte de un PRO que le facilitó mucho a Milei, ya que sin los amarillos nunca hubiera tenido sus leyes iniciales, “me siento liberado”, dijo Álvaro González, porque el gobierno dejó en claro que ya no los necesita. Su posición divergente dentro del bloque es aceptada por el resto de sus compañeros con respeto, una virtud que también tiene Larreta. Son dirigentes a los que sus socios miran con buenos ojos por los modales con los que sostuvieron sus miradas.
La discusión, cuando se avance con el análisis del veto prometido tempranamente, ya no será en favor de la ley, sino en favor o en contra del uso desmedido de la herramienta presidencial que busca cambiar las lógicas parlamentarias. En el caso de las universidades, de prosperar la derogación de la ley, sólo 87 diputados estarían por sobre la mayoría de 143 alcanzada cuando se avanzó con la norma y de los 56 senadores que la terminaron de sancionar. Un número muy menor y de una sola Cámara, en lugar de dos, como todo proceso legislativo.
Larreta también llamó a marchar y defender la universidad pública. El ex jefe de Gobierno volvió a la actividad política pública con pronunciamientos claros en contra de determinadas políticas de Milei. El ex candidato presidencial optó por elegir las batallas, con más calma y sin el apremio de la gestión.
Se pronunció a favor de los bomberos que combaten el fuego en Córdoba, frente al ninguneo presidencial; rechazó el desfinanciamiento a la educación; acompañó a los jubilados, como algunos de los puntos destacados. Larreta eligió meterse con los temas que le importan a la sociedad, que generan una discusión pública y que tienen impacto.
No se inmiscuyó, por ejemplo, con la cuestión de los fondos reservados de la SIDE si bien Álvaro González fue uno de los que colaboró para que el DNU se cayera, lo mismo la senadora Guadalupe Tagliaferri que, además, es la presidenta del MAD, la corriente de pensamiento lanzada por el ex jefe de Gobierno. La senadora, acompañó en un 100% la recomposición para los jubilados, también acompañó el financiamiento universitario y marchará este miércoles.
El referente, que no se fue del PRO pero tampoco quiso ser parte de la conducción aunque Mauricio Macri se lo haya propuesto, está convencido de que el mejor modelo para sacar adelante a la Argentina es el desarrollismo, con una buena participación del sector privado pero un Estado presente para garantizar pisos mínimos. Por ejemplo, en el caso de Aerolíneas Argentinas, que el Estado asegure vuelos también a destinos no rentables, subsidiando rutas u otorgando un buen destino a una compañía, turístico, a cambio de mantener un vuelo hacia otra latitud.
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