A votar se ha dicho

A votar se ha dicho

Por Mario Wainfeld

Neuquén inicia la maratón de elecciones anticipadas. La potencia del MPN. La historia de Rioseco, paralela a la provincial. Apuestas de la Casa Rosada en Neuquén y Río Negro. Paradojas de la interna radical cordobesa. Impactos posibles de los comicios locales. Pedidos de impunidad para un fiscal y un periodista.

 

Hoy en Neuquén comienzan las elecciones para gobernadores. Se “desdoblarán” de las nacionales en la mayoría de las 22 provincias. El Movimiento Popular Neuquino (MPN), cuyo candidato es el actual gobernador Omar Gutiérrez pone en juego su invicto en este tipo de comicios, que sostiene desde 1983. Solo en seis provincias de las veinticuatro se impuso siempre un mismo partido: cinco son peronistas, el MPN constituye la única excepción. Aún “por debajo” de ese record se trata del único partido provincial nacido antes de 1983 que conserva fuerte predicamento en las urnas. Sin agotar la nómina, recordemos que el Pacto Autonomista Liberal de Corrientes predominó durante los primeros años de la recuperación democrática y se fue marchitando después. El bloquismo sanjuanino fue partido dominante hasta 2003. Desde entonces, el peronismo enhebra cuatro mandatos a gobernador seguidos.

El MPN, cuyos caudillos históricos fueron los hermanos Elías y Felipe Sapag, no disputa las elecciones presidenciales. Pero en los últimos 35 años fue la fuerza provincial que obtuvo más bancas en las de diputados y senadores nacionales. Los scores de nueve compulsas locales caracterizan al MPN como un hueso durísimo de roer. Tomamos como referencia la etapa ulterior a 1983, por su perduración que la hace cualitativamente distinta del pasado más distante.Vale acotar que el MPN es torazo en su reducto desde su creación en 1958 y que batió incluso al avasallante peronismo de 1973.

En cifras redondas el 85 por ciento de los neuquinos vive en ciudades grandes o medianas. El resto es población rural o de pueblos chicos donde es rotunda la preeminencia del MPN.

Hace cuatro años Gutiérrez se impuso por alrededor de 9 puntos porcentuales a quien se le opondrá hoy por el peronismo unido y frentista: Ramón Rioseco. Los sondeos y la sensación térmica vaticinan un comicio reñido. Tanto que en la Casa Rosada se conformarían con que el pueblo neuquino revalidara a Gutiérrez. Se hacen menos ilusiones con el aspirante “propio”: el radical Horacio “Pechi” Quiroga, intendente de la capital neuquina, donde talla fuerte.

Es un enigma saber cuántos votos le restará al MPN el ex gobernador de dicho partido Jorge Sobisch, que va “por afuera” con sello propio (más información en páginas 4 y 5). La sangría mejorará las chances de sus dos rivales competitivos.

Si el peronismo no vence el macrismo nacional sentirá alivio aunque sin arrojar globos.

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Una biografía que cuenta mucho: La biografía de Rioseco se entrelaza con la historia reciente. Emergió como figura pública en los piquetes populares de los ‘90, promovidos tras la devastadora privatización de YPF cometida por el peronismo menemista. Los cortes de rutas nacionales visibilizaron la depredación de ciudades que prosperaron al calor de la empresa pública y que se habían transformado en fantasmas. El fenómeno se reprodujo en provincias petroleras del norte (General Mosconi en Salta) o del Sur: Plaza Huincul y Cutral Có (terruño de Rioseco) en el sur, entre tantas.

Los historiadores Gabriel Rafart y Francisco Camino Vela describen las secuelas de la primera oleada neoconservadora: “los problemas generados por la desocupación y la subocupación comprometieron a cerca de la mitad de la población, generando un proceso desconocido para la Patagonia, el retorno de muchas familias a las provincias de origen”. 

La recuperación económica consolidada durante los gobiernos kirchneristas le cambió la cara a la provincia. Los flujos migratorios volvieron, se dinamizó la actividad petrolera. Con desigualdades como en toda la Argentina y con peculiaridades propias Neuquén revivió. El ingreso per cápita está entre los más altos del país. El formidable reservorio de Vaca Muerta sigue siendo clave: un legado lujoso de la “pesada herencia K”, dato negado por la narrativa macrista. Se expande en otras provincias pero su epicentro es Neuquén. La economía local también se asienta en la agricultura (azotada por la política económica de Cambiemos), la ganadería, el turismo y una trama local de servicios.

Rioseco fue intendente de Cutral Có, es ahora diputado del Parlasur. Encabeza la boleta de un frente de unidad que contiene a las vertientes del peronismo (con el kirchnerismo a la cabeza) y otras fuerzas políticas. El candidato reconoce el liderazgo nacional de Cristina aunque explicita que las elecciones las ganan o pierden los dirigentes locales.

Se eligen autoridades provinciales en una sola vuelta, se utiliza Boleta Unica Electrónica (BUE). Se renuevan importantes intendencias, no todas. Se gana por simple pluralidad de sufragios sin ballotage, sistema imperante en 20 de las 24 provincias. Dicha modalidad propicia la polarización buscando el “voto útil” aunque todo indica que hoy la disputa será entre tres.

El veredicto no contagiará automáticamente a otras provincias pero influirá en estados de ánimo, en las tácticas de sus partidos y en el escenario nacional. Para comentarios más interesantes, habrá que leer el diario del lunes. Los resultados son más fecundos en conclusiones que “las previas”.

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Río Negro, la que viene: Río Negro elegirá sus autoridades el 7 de abril. El gobernador Alberto Weretilneck fue autorizado a presentarse por el Supremo Tribunal de Justicia provincial que consideró no computable el primer mandato que cumplió desde enero de 2012 tras el asesinato del gobernador Carlos Soria, de quien era vice.

La Constitución rionegrina, reformada en 1988, admite una reelección. El artículo respectivo tiene una redacción enmarañada, es calcado en otras Cartas Magnas provinciales. Claro que el Constituyente no puede prever todo, menos que alguien asuma como consecuencia de un crimen cometido por cuestiones personales. Pero de todas maneras se debe expresar mejor el espíritu de la ley.

El Supremo Tribunal favoreció al gobernador con el que empatiza. Este cronista piensa que se trata de una cuestión vidriosa de derecho. En ese contexto, el fallo le parece opinable pero no arbitrario. Los opositores acudirán a la Corte Suprema nacional que posiblemente se incline a no intervenir por tratarse de una cuestión de derecho local. “Reverencia federal” similar a la razonable doctrina de fallos recientes, por ejemplo Ley de Lemas en Santa Cruz.

Por si hace falta: uno no simpatiza con Weretilneck pero piensa que los derechos y garantías no deben depender del apellido del interesado. Sea que se llame Weretilneck, Carlos Stornelli, Amado Boudou o Aida Ayala. La tendencia dominante en el Foro es muy otra: la doble vara, los privilegios por pertenencia.

Weretilneck, como Gutiérrez, es la verdadera apuesta de Cambiemos en su provincia. El temor creciente del Gobierno nacional es el triunfo del frente peronista que encabeza Martín Soria.

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Gritos y susurros doctos: Córdoba asiste a una las consecuencias más asombrosas de la globalización del siglo XXI: los radicales no consiguen organizar una interna, la especialidad de la casa. Escalan los conflictos entre el sector del diputado Mario Negri y el intendente de la capital provincial, Ramón Mestre. Negri cuenta con el apoyo de la Casa Rosada y según sus huestes con mejor intención de voto en las encuestas. Pero carece de estructura para controlar las elecciones, relatan sus adversarios a los gritos y algunos de sus allegados con sordina. Mestre aglutina a los correligionarios y a la maquinaria partidaria local. Negri, chimentan, se ha alejado de ellas. Su compañero de fórmula, Héctor Baldassi (PRO) no congrega militancia, tal vez alguna ONG de linesmen retirados. Luis Juez tampoco suma mucho. Ningún territorio es igual a otro pero Mestre y sus aliados imaginan paralelismos con la interna de Cambiemos en La Pampa en la que el radical Daniel Kroneberger arrolló al macrista Carlos Mac Allister.

Si no media un acuerdo, Cambiemos se la vería en figurillas. Cualquier escenario sin unidad acentuaría el favoritismo del gobernador peronista Juan Schiaretti. Final abierto, con causa judicial en trámite y “cumbres” ansiógenas. Testimonio de un clima intestino inimaginable pocos meses atrás.

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Poder renovable: El peronismo, con el kirchnerismo a la vanguardia, se tiene fe en dos provincias que le son tradicionalmente ariscas. De Neuquén ya se habló, en Río Negro prevaleció una sola vez, en 2011, quebrando el unicato radical desde 1983. Duró pocos días por la muerte de Soria y la llegada de Weretilneck, de otro partido. Sean cuales fueran los resultados, la unidad peronista es condición necesaria (aunque no suficiente) para lograr competitividad en cualquier distrito.

Ojalá que las elecciones de hoy se desarrollen con alta participación, en paz y sin irregularidades. Las autoridades políticas son renovables en elecciones periódicas, baluartes del sistema democrático. Eso las diferencia virtuosamente de los poderes fácticos, de las potencias hegemónicas, del Fondo Monetario Internacional (FMI) o de los jueces que detentan tremendo poder en la Argentina y que nunca se someten a control popular institucional.

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