En Salsipuedes y La Granja, las más complicadas, ya casi todos reciben el servicio de agua por red. De todos modos, esperan que se hagan las obras de fondo.
Río Ceballos. Algo cambió en las Sierras Chicas en febrero. Entre noviembre y enero, varias localidades de esta región, que va desde La Calera y Unquillo hasta Ascochinga, atravesaron graves dificultades por la falta de agua potable. Salsipuedes y La Granja encabezaron ese lote, porque la mayor parte de sus habitantes llegó a recibir agua por camiones, apenas una vez por semana o cada 10 días.
Las últimas lluvias en este corredor turístico contribuyeron a mejorar el nivel de los arroyos, los pozos y las vertientes que aportan a las distintas fuentes de abastecimiento.
La situación dejó de ser grave. Aunque en cada localidad esperan que se realicen las obras de fondo para evitar que se repita en la próxima sequía.
Las más complicadas. En Salsipuedes, quizá la localidad cordobesa más golpeada por la falta de agua este verano, la mejoría en la distribución del servicio se califica como muy satisfactoria. “Los pozos se recuperaron y ya no requerimos el auxilio constante de camiones cisternas de otras localidades. Hace tres semanas que el río no se corta. Antes, el 80 por ciento de la gente no tenía agua corriente y hoy casi no hay sector sin servirse desde la red, y todas las cisternas están llenas”, manifestó el director de Aguas del municipio, Nilso Risso. “Con este caudal acumulado, y la recuperación de los pozos y los ríos, estamos viviendo al menos un fin de verano en paz”, remarcó.
En Salsipuedes, con 11 mil habitantes, durante enero se llegaron a cargar hasta siete camiones de 10 mil litros con agua del dique La Quebrada, mientras que hoy apenas llega a buscar uno. De 150 reclamos por día por falta del recurso, hoy no alcanzan la docena.
En La Granja, donde la crisis hídrica generó serias complicaciones, los arroyos de los que se abastece también se recuperaron este mes. “La situación ha cambiado completamente respecto a enero. Los ríos levantaron sus niveles y permitieron la rápida recuperación de pozos y acequias. Se logró terminar una obra de bombeo desde el río y la planta potabilizadora de Ascochinga que casi ya no recibía agua ha vuelto a operar normalmente”, explicó el intendente Carlos Ambrosich.
El funcionario agregó que ya no necesitan distribuir agua casa por casa en camiones. “En el peor momento de enero llegamos a tener siete camiones y dos tractores repartiendo agua, y un promedio de 100 pedidos diarios”, añadió Ambrosich.
Alivio turístico. El volumen de agua sobre los arroyos volvió además a hacer resaltar los distintos atractivos turísticos naturales. Cauces que aparecían secos en diciembre y enero, volvieron a tener agua y turistas ahora.
En Ascochinga, hasta un hotel debió cerrar por falta de agua al empezar enero.
En otro sector de las Sierras Chicas, los habitantes de Cabana –pegado a Unquillo– también reconocen una mejoría en las fuentes de agua, luego de sufrir la falta del recurso durante enero. Este paraje volvió a ver correr agua en su arroyo, luego de la severa preocupación que provocó su lecho seco, lo que permite captarla en la cisterna principal de la que se abastecen casi las 300 casas con residencia permanente del lugar.
También en Río Ceballos la situación registra una mejoría, por la creciente del dique La Quebrada, del que se abastece.
De todos modos, todas las localidades de la región se mantienen bajo el criterio de “emergencia hídrica”, para tener herramientas de control que eviten abusos y derroches.
La recuperación de arroyos y napas generó además la menor presencia de camiones cisternas de la Provincia, de municipios y bomberos de diferentes localidades, que recorrían la zona, sobre todo en auxilio de Salsipuedes y La Granja.
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