El candidato del FpV fue escuchado por los presidentes de las principales cámaras empresarias, banqueros e industriales. Aseguró que no volverá al FMI para no aceptar sus condicionalidades, llamó a aumentar la inversión y descartó eliminar retenciones y Ganancias.
Los empresarios de mayor presencia económica y política en el país se reunieron ayer para almorzar y escuchar al candidato presidencial del FpV, Daniel Scioli. El paladar capitalista no saboreó grandes promesas, aunque sí recibió de primera mano el planteo del asesor económico de Scioli, Miguel Bein, acerca del período favorable a la inversión y a la rentabilidad que generará el gobernador bonaerense en caso de acceder a la Presidencia. Scioli aclaró que no piensa “volver al FMI a pedir préstamos para que nos impongan condicionalidades”. Ponderó logros económicos del kirchnerismo, restó relevancia a la caída de las reservas luego del pago del Boden 2015 y aseguró que tiene acordados créditos de organismos.
“Tengo el hombro gastado”, comentaba a la salida uno de los principales colaboradores de Scioli, mientras pasaba un hombre de negocios que le guiñó el ojo y otro que lo felicitó por la propuesta económica naranja. En el Hotel Alvear hubo presencia sobresaliente del empresariado nacional. En la previa, los dirigentes del Grupo de los Seis compartieron el VIP con el gobernador y luego se sentaron en la mesa principal: Adrián Kaufmann Brea (UIA), Carlos de la Vega (Cámara de Comercio), Gustavo Weiss (Cámara de la Construcción), Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio), Luis Etchevehere (Sociedad Rural) y Jorge Brito (Adeba). A cada lado de Scioli se sentaron Brito y Eduardo Eurnekian (Corporación América), quien organizó el evento a través del Consejo Interamericano de Comercio y Producción. A la misma cita asistieron tiempo atrás Mauricio Macri, Sergio Massa y Axel Kicillof.
Los cientos de invitados esperaron en el salón contiguo al espacio donde estaban ubicadas las más de treinta mesas. José Urtubey y Héctor Méndez coincidían acerca de “lo primordial” de llegar a un acuerdo con los holdouts y chusmeaban sobre el mundillo de la UIA. También estaban distendidos Cristiano Rattazzi (como siempre) y Gustavo Marangoni. Picaron algún canapé Guillermo Nielsen, economista del Frente Renovador, y el escritor Jorge Asís. Charlaban también Jorge Telerman, Alberto Pérez y Gabriel Mariotto y también dio el presente el ex canciller Rafael Bielsa.
El primer orador fue Eurnekian, quien mencionó la “necesidad de revitalizar nuestro vínculo con el mundo para competir en igualdad de condiciones”, en relación a la posición financiera del país. Elogió a Scioli, habló de su personalidad y pidió resolver temas estructurales.
Acto seguido, Scioli tomó la palabra. Pivoteó sobre tres ejes: sus características personales, el apoyo que tiene del Partido Justicialista y de la mayoría de los gobernadores (mencionó que varios lo acompañarán en la gestión) y la agenda económica como continuidad del kirchnerismo. “El punto de partida es óptimo: un país desendeudado, reindustrializado, con YPF y los ferrocarriles en manos del Estado. Ahora vamos por el autoabastecimiento y la baja de los costos logísticos”, dijo. Scioli no recuerda política del kirchnerismo sin plantear una meta propia. Se mostró a favor de continuar la expansión del mercado interno, construir el tren trasandino, extender la hidrovía e impulsar las energías renovables.
“Vengo del mismo lado del mostrador que muchos de ustedes”, recordó Scioli a los empresarios. “Los argentinos no quieren cambiar todo, tampoco continuar como si no hubiera nuevos temas. El argentino busca tranquilidad, certidumbre, coherencia”, enumeró significados que busca apropiarse. “Les aseguro la gobernabilidad, tengo detrás mío al Partido Justicialista, a gobernadores, legisladores e intendentes”, agregó.
Scioli contó que habló por teléfono con uno de sus asesores económicos, Mario Blejer, quien se encuentra en la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Lima, Perú. “Hicimos el esfuerzo de pagarle toda la deuda al FMI en 2006. Fue para nunca más volver a pedirle préstamos y nos imponga condicionalidades”, señaló Scioli.
“Se ponen nerviosos por las reservas pero no ven la baja del nivel de deuda que se logró con los pagos”, relativizó la merma de activos del Banco Central luego del pago del Boden 2015. Sin embargo, Scioli planteó que va a “buscar engrosar el stock de reservas mediante la repatriación, las exportaciones y la inversión extranjera”. “Me reuní con el Banco Mundial, la CAF y el BID y tenemos acordado el financiamiento para el desarrollo de proyectos”, aseguró. Este tema recibió mayor desarrollo durante las presentaciones posteriores de Bein y Peirano (ver aparte). Para justificar el rol de la inversión extranjera, Scioli apeló a una charla que tuvo con el presidente de Cuba, Raúl Castro, en relación al período de transformación de la economía de la isla. “No se asusten, eh”, aclaró Scioli y se oyeron varias risas entre el empresariado.
El actual gobernador bonaerense mencionó su objetivo de bajar la inflación “pero sin ajuste” y aclaró que “no hay una medida que solucione todos los problemas, no voy a venir acá a prometer que se eliminan retenciones y el impuesto a las Ganancias”. “Se viene el tiempo de la asociación público-privada”, cerró Scioli. Un mensaje final flexible como para que el público que lo fue a ver quedara conforme sin poner en blanco sobre negro cuál será el grado de integración política de la dirigencia empresarial en un próximo gobierno peronista.
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