El ex intendente José Luis Pérez le concedió una entrevista exclusiva a La Vanguardia. Habló del presente y el futuro del PJ y de sus ganas de volver al ruedo político.
Lejos de la adrenalina que genera la gestión, y más dedicado a su familia y a sus nietos, el ex intendente de Balcarce, el ingeniero José Luis Pérez, analiza la realidad política desde la perspectiva de un espacio, como el peronismo, que busca reinventarse. Estuvo en el altar de la política en los noventa, renunció en 2009 y tuvo sus horas más difíciles en aquella pelea con el campo, pero ahora parece decidido a volver a un escenario del que nunca terminó de irse. Este rasgo de omnipresencia, que caracterizó a sus gestiones, parece ser ahora el estímulo para pensar que existe una suerte de transición hacia un nuevo orden que alimenta su regreso. Si se produce, sería también un ágora ideal para la confrontación política entre un justicialismo que deberá redefinir su posición y liderazgo, y un gobierno, el de Cambiemos, que se ubica en las antípodas ideológicas de quienes buscan revitalizar al PJ.
-¿Cómo dirigente qué lugar ocupa en esta coyuntura política? -A nivel local, después de las legislativas de 2013, se percibía que el resultado podía ser el que se dio. Así que desde ese punto de partida tratando de ver si podemos contribuir a que la gente recupere la confianza y la credibilidad que el peronismo perdió por errores propios. Cuando se pierde en política hay que aprender que el que pierde es uno y no que la gente se volvió tonta porque es la misma que antes te votó, así que a mí no me gusta nada pensar que es inteligente y buena cuando te vota y desagradecida y que no sabe pensar cuando no te vota, la gente vota bien siempre. Es un momento que no es fácil, habrá turbulencias en el justicialismo porque además venimos de una tradición histórica de liderazgos muy fuertes, y por eso hay tribus por todos lados.
-¿El justicialismo está ante un momento de quiebre o de reorganización? -Yo diría de reorganización. Cuando suceden estas cosas –como la derrota del año pasado- hay dos caminos; uno es el camino propio de la confianza y la credibilidad y el otro camino es caer en el error de buscar que al otro le vaya mal. Querer que al gobierno le vaya mal es como ponerte contento porque vas ganando al póker en el Titanic.
-¿Y en lo personal?-Si tengo cierta actualidad como dirigente político todavía es porque hemos dejado una huella en la gestión que la gente la recuerda. Creo que hicimos mucho por Balcarce, y eso se valora porque los que han venido atrás no se han destacado demasiado tampoco.
-¿El peronismo está cerca de conseguir una unidad?-Creo que se habla mucho de unidad, pero en definitiva a veces en aras de la unidad terminas amontonado. Creo que hay dirigentes que se tienen que dar cuenta que no tienen una ascendencia sobre la comunidad y sobre la gente, entonces ellos tendrían que simplificar las cosas, nadie los tiene que sacar, nadie los tiene que tirar por la ventana, son útiles pero hay que encontrarles el espacio. Cristina Kirchner hizo un acto hace unos días en la Universidad de La Plata con estudiantes, y en la primera fila o en la cabecera estaban sentados Esteche, D´Elía y Boudou. Si tenemos alguna intención, y así lo expresé, de recuperarnos en el 2017 no son esas las fotos que la gente quiere ver y eso lo tengo claro.
-¿En esta actualidad el kirchnerismo es historia?-El kirchnerismo como tal, como expresión, es posible, como pasó con el duhaldismo, con el cafierismo, o con el menemismo, donde llegó un momento que cumplieron un ciclo. Pero esto no quiere decir que los dirigentes que están inmersos en el kirchnerismo no vayan a participar o no puedan conducir un espacio. Pero es el tiempo de otros.
-¿Cómo cree que impactó en el peronismo en particular los hechos de corrupción?-Muy mal, hubo cosas muy impactantes, muy groseras, y muy burdas. Me pasó a mí cuando recién asumí nuevamente a fin del 2007 y me encontré una licitación preadjudicada el viernes anterior a que yo asumiera por $ 2.800.000 y no la adjudiqué porque no me pareció transparente. Recibimos presiones y al final llamamos de nuevo a una licitación porque nos negamos a firmarlo reiteradas veces, abrí los sobres un año después, y ganó el mismo oferente con 1 millón de pesos menos. Quiero decir que uno no puede ser tan tonto de no pensar que había un millón de pesos de más puesto ahí. Como sea, la corrupción duele y mortifica.
-Usted fue parte de este espacio político donde se dieron los hechos de corrupción que ahora investiga la justicia… -Yo creo que no me afecta, primero porque tengo la conciencia tranquila de lo que he hecho y del lugar que he ocupado con el entonces ministro Julián Domínguez y con el ex presidente del INTA. He visto como se ha manejado el Ministerio con absoluta transparencia, pero estos hechos me afectan como argentino porque la corrupción está instalada en todos lados, es más visible cuando está en el gobierno posiblemente, pero también está en el sector privado, en el público, y en la oposición.
-¿Tiene nuevos cuadros políticos para mostrar el PJ? -La intención es formarlos y comenzar a formar gente más joven. No es fácil, no se arriman de a montones convengamos y seamos honestos y sinceros con la gente; no es que la juventud brota y viene y quiere participar. A veces algunos de los que se acercan están más pensando en un cargo o en resolver su problema personal que en comprometerse políticamente. Yo esa etapa de joven no la viví, porque nosotros nos poníamos en la cola a trabajar y por ahí llegabas a ser concejal después de 10 ó 12 años. Lo que sí pienso es que quienes han pasado por la vida política de una comunidad y han sembrado bien y han dejado un buen cimiento siguen teniendo vigencia.
-¿Qué opinión tiene de La Cámpora?-La Cámpora tiene algunas virtudes como es el haber recuperado la juventud en la política, yo creo que ese es un mérito del kirchnerismo, y de Néstor Kirchner en particular. Esas actitudes de rebeldía generaron un acercamiento de la gente joven que después se convirtió casi en un mecanismo de fuente de trabajo, de contratar gente sin militancia en muchos casos elegida a dedo. Si me dijeran que han ido seleccionando jóvenes brillantes que se destacan en todas las actividades y han brillado en política podes decir que fue una jugada que dio sus frutos. Creo que eso no ha sucedido así que no me parece la mejor metodología la de La Cámpora.
-¿Néstor Kirchner y Cristina Fernández fueron corruptos?-Está actuando la justicia, cuando se compruebe que lo han sido –si lo fueron- lo tendremos que admitir y aceptar. Hoy tiene causas en marcha la Presidenta, todos los días aparece una, pero no alcanza con denuncias para afirmar algo así, debe actuar la justicia. Tampoco me gusta el estilo de Elisa Carrió de tirar escopetazos al aire que siempre algún perdigón por ahí le pegas a alguien. Las denuncias hay que fundamentarlas y hacerlas en la justicia.
-¿Evalúa la posibilidad de ser candidato en 2017?-No estoy trabajando para ser candidato, pero no quiero ser hipócrita de decir que no lo sería. Si veo que se dan las condiciones veré. A esta edad y con los años en política que llevo he aprendido mucho a escuchar a la gente, como escuché un clamor importante de gente que pedía que fuera candidato en la anterior elección, aunque yo y mi familia no estábamos con ganas. Ahora voy a escuchar a la gente, y después evaluaré. Volveré a ser candidato si la gente piensa que puedo ser útil.
-¿El gobierno de Reino cómo lo analiza?-Con muchas contradicciones respecto de lo que han dicho siempre y de lo que está haciendo. Un caso típico es Ashira con la famosa municipalización. Ahora dicen que es una locura pensar en eso cuando fue parte de su plataforma. Esas contradicciones no son gratis en la gestión. Por otra parte, me parece insólito e inédito que le otorguen un monto tan importante para hacer obras a una empresa privada. La verdad que nunca lo había visto porque pierde inclusive el sentido de lo que la ley de contabilidad exige que es el llamado a licitación, y la compulsa de precios, aunque ahora lo corrigieron. Por otro lado, los tiempos en los que se puede hablar solamente de la herencia van pasando, se van acortando, le está pasando al propio gobierno nacional que está terminando en un ajuste ortodoxo.
-¿Con Echeverría está peleado?-No. Nos vemos poco, no está mucho acá, pero indudablemente no ha quedado una relación fluida de juntarnos a tomar café todas las semanas porque si lo dijera estaría mintiendo, pero no puedo hablar de pelea, de ninguna manera, no hay motivos para que estemos peleados.
-Se dice que el intendente Reino, por su forma de conducir, es el más peronista de los dirigentes radicales ¿usted coincide con eso? -No. No es ni el más ni el menos peronista, es radical. Lo fue toda la vida y lo sigue siendo, aunque tiene una forma de gobernar distinta.
-¿Con el campo también cicatrizó las heridas? -Cicatrizó con los que me interesa que cicatrice. Yo diferencio lo que es pensar distinto y lo que es el agravio. Podemos discutir, podemos pararnos en veredas opuestas, pero la patota, el tirar huevos, o el insulto no me gusta, y no es una práctica que alguna vez haya usado. Tampoco me banco la descalificación. Una vez me invitaron al Cruce, en pleno conflicto del campo con el gobierno, y cuando llegué me di cuenta que era para insultarme con un megáfono, y después me encontré con la movida en la puerta de mi casa. Eso fue un límite que pasaron, pero ya pasó.
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