Por: Yanina Soria.

En tiempos de avance globalizado de la ultraderecha y frente al modelo nacional del presidente Javier Milei que rompió el sistema político en Argentina, el peronismo cordobés parece haber leído la necesidad de volver a las fuentes, aunque sea por un rato.

Al menos para recordarse a sí mismo que, más allá de las nuevas formas que tomó el cordobesismo, los pilares de la doctrina justicialista siguen rigiendo la política de alianzas que activamente decidió continuar y ampliar el gobernador Martin Llaryora al asumir el poder central.

De ahí que madura la idea de un reencuentro de todo el PJ Córdoba en un acto armado sólo para justicialistas, como hace mucho no sucede.

Bien vale recordar que en los últimos años del gobierno de Juan Schiaretti se dejaron pasar fechas importantes en el almanaque sin convocar ni movilizar para el 1° de mayo, el Día de la Lealtad o el Día del Militante, por ejemplo. Más que saludos por redes sociales, no hubo. Y los actos políticos del año pasado, por decisión deliberada, casi no dejaron rastros de peronismo.

De hecho, internamente se reconoció que durante la campaña de Hacemos Unidos por Córdoba se cuidaron las formas para alejarse de la tradición justicialista.

Por eso, según pudo saber Alfil, el gran encuentro que esta vez sí promete mucha liturgia peronista y será en el marco de la conmemoración por los 50 años de la muerte de Juan Domingo Perón el próximo 1 de julio.

Allí estarán permitidos los dedos en “V” y la marcha peronista volverá a sonar. Si bien el acto se está armando y se barajan como sedes posibles el Quality o el Quórum, el objetivo es generar un punto de reencuentro para la dirigencia y militancia. Recuperar algo de la mística histórica que por años supo imprimirle al espacio el exgobernador José Manuel de la Sota, una figura que hoy sigue provocando pasiones.

En cambio, como se sabe, el partido cordobés cosecha todavía detractores que reniegan, por ejemplo, del lugar protagónico que se les otorgó en la Provincia y la Municipalidad de Córdoba, a figuras foráneas que, precisamente, fueron elegidas por no ser peronistas. Eso sigue siendo un trago amargo para más de uno, sobre todo, cuando varios la tienen que mirar desde afuera.

Si bien, desde la conducción del partido aseguran que la movida del 1 de julio no responde de ninguna manera a planteos o cuestionamientos que para Hacemos Unidos ya quedaron saldados, como si el PJ debe avanzar sólo o en un frente más amplio, la realidad es que con el acto se buscará “mimar” y contener a los disgustados.

Según pudo saber este diario, la idea es motorizada por el intendente Daniel Passerini en coordinación con el gobernador Llaryora quien, a su vez, lo viene conversando con el exmandatario Juan Schiaretti. Pues, la idea es que los tres se muestren juntos en el escenario en una foto que podrían completar la senadora Alejandra Vigo y la diputada Natalia de la Sota.

Una imagen de unidad arriba para renovar el necesario contrato hacia abajo.

Aunque la verticalidad y organicidad se imponen en el partido provincial haciendo difícil encontrar voces disonantes con el gobierno de Llaryora, hay matices internos, sobre todo, frente a la posición que viene tomando el mandatario provincial ante al gobierno de Milei.

Si bien la diputada De la Sota es una de las que más claro lo expone, la semana pasada el propio intendente Passerini elevó el tono contra la Casa Rosada rompiendo así un molde que había impuesto el Panal en el trato con Nación.

Todo eso, sin dudas, cruzará el encuentro que planean para julio al que se invitarán a todos los sectores del PJ.

En ese sentido, aparecen otras voces de altos referentes del peronismo provincial que plantean una contradicción entre lo que se propone el encuentro del PJ y lo que se está haciendo en Hacemos Unidos respecto a seguir ampliando sus fronteras.

Incluso, con el armado nacional del exgobernador Schiaretti cuando señalan que Hacemos por Nuestro País busca, justamente, sumar actores no PJ para extender la base de representación en todo el país.

Así como muchos peronistas se quejan de una “desperonización” de la fuerza política que integran, otros creen que es imposible pensar en gobernar y competir electoralmente el año próximo sin un frente más grande. Esa es la disyuntiva que todavía cruza al oficialismo provincial y por la cual, la conducción del PJ, organiza el acto de reencuentro.