La presidencia del Honorable Concejo Deliberante, es una representación que otorga predicamento y posicionamiento en la escala política de la ciudad. Y tras ella hay un incipiente intento de acceder a la misma.
Se trata por ejemplo el concejal Guillermo Volponi, un hombre del PRO que comparte ese espacio con el intendente Guillermo Montenegro, pretende pelear al Nº 1 del HCD que dejará Ariel Martínez Bordaisco para ocupar su banca de senador provincial.
Al respecto Volponi entiende, estima o supone, que “no hay nada cerrado o que lo haya comunicado el intendente. Me parece que el PRO en esta etapa debería tener la posibilidad al menos de ser tenidos en cuenta para la presidencia. La conversación no está terminada y es el momento de empezar a charlarlo. Planteo que el PRO tiene concejales con la capacidad de presidir el Concejo Deliberante”.
De no producirse algo que no está previsto en los planes de nadie, será Marina Sánchez Herrero la sucesora de Bordaisco, quien además acaba de ser designada como vice decana de la Facultad de Derecho, cuyo decano será Guillermo Lorenzo en la Universidad Nacional de Mar del Plata.
Volponi en su frustrado intento, procura ser visibilizado por el intendente Guillermo Montenegro, quien “ya tuvo la visión” de llevar a Alejandro Rabinovich a una senaduría provincial por la Quinta Sección Electoral.
Juntos tuvo allí la mayor diferencia de las 4 secciones que elegían ese rango en todo el territorio bonaerense, lo cual no es un dato menor, como tampoco el aporte del voto a Facundo Manes, quien visitará la zona profusamente en los próximos 2 años.
Pedir la presidencia del HCD en forma pública es un tiro por elevación al propio intendente Montenegro, que no se mostró permeable a desconocer el acuerdo con la UCR y respetar la cotizada presidencia del Concejo en manos del radicalismo. Ya con lo que pasó con Lauría y Carrancio, Montenegro cuando ve un yogur llora, no le hace falta ver una vaca.
No han sido las más gratas las experiencia del PRO en torno a su oferta de candidatos, solo ha sumado intrascendencia como en los casos de Lalo Ramos, Franco Bagnato y Juan Aicega, como así también de Emiliano Giri (autotitulado presidente del PRO de General Pueyrredon) y según también sus decires quien impulsó a los dos últimos intendentes de General Pueyrredon, tanto Arroyo como Montenegro.
Además fue quien fusionó bajo su órbita un mega ente que integraban Turismo, Deporte y Cultura, que luego no pudo sostener en el gobierno de Arroyo, pasando a ocupar un cargo ad honorem en OSSE.
Demasiado recorrido para desaprovechar los mejores años del PRO que no son precisamente los que están por venir. Su foja con radicales, camioneros, Pepe Scioli, Gustavo Posse quien perdió la interna en la UCR y a la semana empezó a jugar en el armado de Rodríguez Larreta, bastante impresentable el elenco. Estamos hablando de valores como lealtad y confianza, se entiende, ¿no?
No estaría ni bien pagado ni bien reconocido, aunque su ascenso tendría algún vicio oculto como es la compleja relación y condiciones del vínculo de comitente y contratista, algo en lo cual el intendente no quiere quedar pegado, por cuestiones de reputación.
Ya no dan ni para halcones y se dedican al “carancheo” político como reclamar públicamente nada menos que la presidencia del HCD, cuando el tema ya está cerrado políticamente en otro nivel de decisiones.
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