El presidente de Perú ratificó que se sumará a los países que piden la no injerencia en asuntos locales. Coincidieron en buscar la integridad regional.
El presidente de Perú Martín Vizcarra se reunió en su despacho con Alberto Fernández y le confirmó que no apoyará una intervención armada en Venezuela para derrocar a Nicolás Maduro, como había anticipado la semana pasada en la OEA.
Como explicó LPO, sus diplomáticos rechazaron la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) pedido por el autoploclamado presidente venezolano Juan Guaidó, un convenio ideado por Estados Unidos en 1947 y que en su artículo 8 autoriza a desplegar militares en zonas hostiles.
Vizcarra sacó el tema Venezuela por su cuenta y confirmó su cambio de rumbo. "Coincidió en que la salida tiene que ser de los venezolanos y acompañándolos toda la región", afirmó, según confirmaron a LPO fuentes de la delegación. Y destacó su preocupación por el millón de inmigrantes del país caribeño que escaparon a Perú en los últimos años.
Su postura lo aleja del Grupo de Lima, como se denominó a los 14 países que en julio de 2017 se reunieron en esa ciudad para buscar "una salida pacífica" a la crisis venezolana, pero en enero último empezaron a desmembrarse cuando el flamante presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se apartó por considerar que las posturas planteadas constituían una injerencia en asuntos internos de un país.
"La salida de Venezuela la deben encontrar los venezolanos", le dijo Vizcarra a Fernández, que no le había hablado del tema. Fue recibido como jefe de Estado y se reunirá con congresistas.
Un planteo similar mantuvieron estos años otros presidentes como el uruguayo Tabaré Vázquez y el boliviano Evo Morales, quien este jueves había recibido a Fernández en Santa Cruz de la Sierra, la ciudad oriental del vecino país.
Alberto también promueve el principio de no intervención, considera que el gobierno de Maduro no es una dictadura porque fue elegido en las urnas, pero lo calificó de "autoritario" y que cometió "abusos", como los señalados en el informe de Michelle Bachelet en la ONU. Para Maduro cualquier crítica es mal recibida y en una entrevista con Folha de San Pablo calificó de "estúpidos" a quienes lo acusen de dictador y no excluyó al compañero de fórmula de Cristina Kirchner.
Fernández llegó al mediodía al aeropuerto de Lima y en su comitiva se sorprendieron por ser recibidos "con trato presidencial", aun cuando todavía no se consagró. Almorzó con las principales Cámaras empresariales de Perú, entre ellas firmas petroleras e industriales que dominan la economía local y le permitieron en julio volver a crecer un 3.1%, el mayor registro de América Latina.
A la reunión en la señorial gobernación peruana, frente a la plaza de las armas, llegó junto a su jefe de campaña Santiago Cafiero y Felipe Solá, candidato a ocupar la cancillería. Vizcarra lo esperaba con su canciller Néstor Popolizio y el ministro Salvador del Solar.
El resto de la charla se centró en profundizar los vínculos entre ambos países y la unidad latinoamericana "respetando la identidad de cada nación". Perú integra desde hace 8 años la alianza del pacífico, un bloque regional creado junto a México, Perú, Colombia y Chile, que promovió el libre comercio y se diferenció del proteccionismo de Mercosur y la Unasur en aquel entonces.
Tal vez por su enfrentamiento con el presidente de Brasil Jair Bolsonaro, Fernández promueve una integración plena del continente e intentó cerrar su gira en México, pero López Obrador prefirió cuidar las formas y no aceptó recibirlo hasta que no gane las elecciones.
Esta noche se despedirá de Lima con una cena junto al alcalde Jorge Muñiz, el presidente del Congreso y otros legisladores. Su delegación se completó con los intendentes Juan Zabaleta (Hurlingham), Gabriel Katopodis y Miguel Cuberos.
Vizcarra tal vez no pueda compartir cargo con Alberto si la mayoría fujimorista que domina el Congreso de Perú acepta su pedido de adelantar las elecciones para el 28 de julio de 2020, un año antes de lo previsto, mediante una reforma constitucional que luego debería ser ratificada en un referéndum.
El ingeniero civil asumió como presidente el 23 de marzo de 2018 por la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, quien un año después fue detenido junto a su secretaria y su ex chofer por presunto delito de lavado de dinero en el caso Odebrecht.
Por la resistencia del Congreso, nunca pudo avanzar en reformas para paliar la crisis política de Perú por los escándalos de corrupción que llevaron a la prisión a cuatro ex presidentes (Kuczynski, Ollanta Humala, Alberto Fujimori y Alejandro Toledo). Alan García iba a ser el quinto, pero se suicidó antes de ser detenido.
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