Un informe de la Universidad Católica Argentina informa sobre las privaciones de derechos de la población entre los 0 a 17 años.
Vivienda, saneamiento y alimentación son derechos prioritarios que representan deudas pendientes, aún cuando se registraron progresos desde 2010 a 2015. Esto es uno de los puntos que resalta y detalla el informe “Las múltiples dimensiones de la pobreza infantil. Incidencia, evolución y principales determinantes. Período 2010-2015”, que difundió recientemente la Universidad Católica Argentina (UCA). Pero por otra parte, apunta que se logró mayor inclusión educativa y que sin embargo es un desafío terminar la escuela secundaria y mejorar la calidad de las ofertas educativas, procurando alcanzar mayor equidad en las estructuras de oportunidades.
Esos datos, y los publicados ayer por nuestro diario (leer “La eterna deuda con los chicos”) fueron recabados a través de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) y están desarrollados en el documento de la UCA. El mismo se propone informar sobre la incidencia de las múltiples privaciones en las dimensiones de derechos de la población de niños, niñas y adolescentes de 0 a 17 años residentes en aglomerados urbanos de la Argentina, como el del Gran Tucumán y Tafí Viejo. La encuesta se propuso realizar un balance del período 2010-2015.
En cuanto a la evolución de la incidencia del déficit de vivienda en porcentaje de niños/as y adolescentes de entre 0 a 17 años, en 2015 se ha registrado un 22,9% de niños en viviendas de adobe o ladrillos sin revocar, con cuatro personas por cuarto habitable. en viviendas de adobe (con o sin revoque). A eso llaman situación moderada. Mientras que en una situación severa viven un 6,7%: eso quiere decir que habitan en viviendas con cinco personas o más por cuarto habitable y que están construidas con madera, chapa de metal o fibrocemento o materiales de desechos.
Esos porcentajes han variado desde 2010: en ese año se registraba un 25,9% de déficit moderado y un 6,7% de déficit severo.
En cuanto a la evolución de la incidencia del déficit en Educación, en un porcentaje de niños/adolescentes tes entre los 4 y 17 años, en 2015 se registró un déficit moderado de un 15,9%. Esto se traduce en que asisten a la escuela pero carecen de tres o más de los siguientes recursos educativos: Música, Plástica, Educación Física, Idioma Extranjero, Computación. Mientras que tienen un déficit severo un 4,2% los niños de entre los 4 a 17 años que no asisten a la escuela. En 2010, el déficit moderado registraba un 17,8% y el déficit severo fue del 6,2%.
En números generales, vivienda es la dimensión que más contribuyó a la privaciones severas de los niños y adolescentes en 2015. Mientras que salud es la que menos contribuyó a la pobreza multidimensional, con un 8% (en 2010 era del 10%).
La EDSA es una encuesta multipropósito que se realiza a nivel nacional desde 2004, con periodicidad anual. Los estudios de la EDSA del Bicentenario 2010-2016 iniciaron una nueva etapa en la que la muestra amplió su marco de referencia: incluyó 17 aglomerados urbanos de más de 80.000 habitantes. Se trata de una muestra de hogares con un tamaño muestral de 5.700 casos.
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