En la zona Oeste, familias llevan años sobreviviendo de la caridad dijo el cura Juan Markiewicz; y apuntó que se debe promover la educación
En Villa Cabello de la ciudad de Posadas hay familias que hace más de diez años requieren asistencia para sobrevivir y no pueden salir de la pobreza extrema. Así lo afirmó el padre Juan Markiewicz, presidente de la Fundación Villa Cabello, consultado por El Territorio, acerca de la realidad social de los habitantes de la gran barriada.
Precisó que si bien la población se incrementó y hay más acceso a los servicios, hay un grupo que vive precariamente, y que a pesar de todas las políticas de cobertura social no ha podido superar la dependencia del asistencialismo.
Recientemente, el Oeste -que contiene al asentamiento fundado por el sacerdote hace 41 años- fue señalado por autoridades y actores sociales como un punto crítico por los crecientes hechos de inseguridad y violencia, además los vecinos reclamaron medidas para prevenir delitos y que se atienda a la masa de población infantil que está en situación de calle y pidiendo dinero.
“En Villa Cabello siempre costó todo, nunca tuvimos todos los recursos pero fuimos creciendo, hay que seguir en ese camino para que más familias puedan tener trabajo, educación y una vida digna. Hay que sustituir la droga, el delito por opciones de vida digna y de superación, pero para que eso suceda hay que promover las herramientas”.
Markiewicz indicó que el camino más sólido es ampliar el acceso a la educación.
“Es cierto que hay inseguridad en Villa Cabello, también hay muchos jóvenes que no estudian ni trabajan, pero no creo que este panorama de inseguridad sea exclusivo de nuestro barrio, esa opinión no la comparto, porque veo y trabajo cada día con muchos jóvenes y adultos que quieren salir adelante y que hacen tareas solidarias. La gente necesita estos espacios de promoción humana”.
Añadió que “en nuestro barrio gracias a Dios la juventud abunda, y para esa población de niños y jóvenes nuestro proyecto desde la fundación fue desde siempre la docencia y la educación, aportar espacios para la formación, levantar las escuelas, ahora tenemos un instituto terciario que funciona muy bien con buena convocatoria de estudiantes”.
Acerca de la franja poblacional que tiene necesidades, sostuvo que no cuenta con datos actualizados, pero que en el último tiempo creció el número de personas que acuden regularmente a la Iglesia para obtener la comida, ropa o medicamentos.
Lo que debe llamar la atención -consideró- es que después de diez años, “siguen siendo las mismas familias las que necesitan esta ayuda y que viven en la emergencia, por ahí hay que mirar por esta dirección en la búsqueda de soluciones de fondo al problema de pobreza y exclusión”, analizó.
Más personas en los comedores
En tanto, otros actores sociales como docentes y responsables de comedores comunitarios y asociaciones civiles coinciden en que hay una expansión de las villas de emergencia en la zona Oeste, y buscan llegar hasta los chicos que no están escolarizados para incluirlos.
Al comedor Medalla Milagrosa en la chacra 146 asisten 90 familias carenciadas y a pocas cuadras el comedor El Sol sirve el alimento a un número similar. Precisan que la cifra de asistentes creció este año.
Avanza el proyecto de la universidad
La fundación Villa Cabello avanza con la concreción del proyecto de contar con una universidad, un proceso que comenzó a gestarse hace dos años y ya se realizaron estudios de factibilidad.
El padre Juan Markiewicz contó que están en la etapa de investigación para la elaboración de las currículas y planes de estudio.
“La universidad que soñamos tendrá una orientación hacia el estudio y la investigación de las ciencias ambientales”.
Expresó que “pensamos que será un aporte para la provincia, para el cuidado y la gestión de los recursos, y un espacio de formación para los jóvenes; es cierto que todavía es un proyecto muy incipiente porque abrir una universidad no es cosa de un día para el otro, se necesita dinero y planificación, pero yo espero que de aquí a cinco años será posible”.
El sacerdote es promotor de la educación en la zona Oeste, la fundación que administra tiene doce escuelas, más de 5 mil alumnos y más de 400 docentes en la provincia.
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