Inusitada ola de ataques en 26 horas; los homicidios ya suman 78
Como ya ocurrió en Rosario, la violencia seguida de muerte parece haberse instalado definitivamente en el Gran Santa Fe. Cuatro homicidios registrados entre la madrugada del sábado y la mañana de ayer, apenas 26 horas, elevaron a 78 el total de asesinatos en lo que va del año en esta ciudad.
La cifra es preocupante, en especial si se tiene en cuenta que durante todo 2013 hubo 106 homicidios y que el registro récord data de 2007, cuando hubo 116 víctimas. Lo sucedido en las últimas horas parece mostrar que se está en camino de superar aquella estadística.
La primera de las víctimas fue identificada como Matías Depetris, de 24 años. Su cadáver fue hallado cerca de las 2 de anteayer dentro de una zanja, en inmediaciones del cruce de las calles Viñas y Berutti, en el barrio Juventud del Norte, situado en el noroeste de la ciudad.
La víctima siguiente fue Gonzalo Mendoza, de 17 años, que fue apuñalado en la vecina ciudad de San José del Rincón, 11 kilómetros al nordeste de esta capital. Murió durante una violenta gresca que se desató a las 4. Otro participante de la pelea, Darío Granados, de 30 años, permanece internado luego de haber recibido un puntazo en la región lumbar.
Al caer la tarde, Juan Ángel Verón ingresó en el hospital Cullen en estado de shock, con descompensación hemodinámica, como consecuencia de múltiples heridas de bala. Falleció minutos antes de las 21. Había sido acribillado en Viñas al 7900, en el barrio Acería, en el extremo noroeste de la ciudad.
Las primeras versiones indican que Verón salía de su vivienda cuando fue sorprendido por cuatro encapuchados que lo ejecutaron.
Según revelaron fuentes policiales, el cuerpo de Verón presentaba 12 orificios de bala.
El último de los hechos ocurrió ayer a la madrugada en un sector de barrio San Lorenzo, donde José Luis Benítez, de 20 años, fue asesinado de 11 disparos. Un amigo suyo agoniza en el hospital público y otros dos se recuperan de las heridas de bala recibidas.
Sobre esta inusitada ola de violencia, con víctimas mortales en diferentes barrios de la capital santafecina, el fiscal regional, Ricardo Fessia, admitió que "no es un proceso que se va a revertir de la noche a la mañana".
Y agregó: "Necesitamos acuerdos firmes e importantes porque el panorama es sombrío. Si no creamos respuestas serias todo va a tener la suerte de un castillo de arena", subrayó.
El problema en los barrios cercanos a la capital provincial parece haberse disparado con más fuerza desde que el esfuerzo oficial se enfocó en Rosario. En la mayor ciudad de Santa Fe los homicidios se habían transformado en una verdadera epidemia de violencia, tal como definió el ministro de Seguridad provincial, Raúl Lamberto.
En Rosario se contabilizan, desde enero pasado, 129 asesinatos, en muchos casos motivados por ajustes de cuentas entre bandas dedicadas a la venta de drogas. Hay una particularidad: en los últimos siete días no fueron notificados homicidios en esa ciudad.
Mientras se reorganiza a la policía provincial, el gobierno santafecino aceptó con beneplácito en abril la presencia de 2000 efectivos de Gendarmería y de Prefectura que se hicieron cargo del patrullaje en las zonas más conflictivas.
Para los funcionarios municipales alineados con el socialismo, al igual que el gobierno santafecino, la llegada de las tropas federales redujo los enfrentamientos armados. La intendenta Mónica Fein indicó este mes que bajó un 50% la cantidad de heridos de bala atendidos en el principal hospital de emergencias de Rosario.
Sin embargo, la violencia en la provincia está lejos de ser contenida, ya que ahora parece desbordarse en la ciudad capital..
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