Una comiquísimo sesión se vivió ayer en la Cámara de Diputados cuando la oposición, en medio del debate con respecto a las cuentas de inversión 2013 del Gobierno provincial, se avivó de que, si se retiraba, dejaba a Compromiso Federal sin quórum, ya que 4 de sus 26 diputados habían faltado a la sesión de ayer.
De ese modo, cuando ya había transcurrido más de una hora y media de debate de las cuentas de inversión, los bloques de Frente Para la Victoria, Frente Amplio UNEN y Sanluiseños por el Cambio se levantaron y se fueron, dejando a los 22 disputados de Compromiso Federal sin quórum, ya que se necesitan 23 legisladores. Para colmo, todos los ausentes del oficialismo eran del interior provincial.
Desesperados, porque al parecer había un mandato de arriba para que las cuentas de inversión se aprobaran ayer sí o sí, porque tranquilamente las podrían haber tratado el miércoles que viene; los de Compromiso Federal sacaron sus celulares y empezaron a llamar a sus miembros ausentes.
Sin embargo, la primera opción fueron los dos diputados de Sanluiseños por el Cambio, el bloque más chico de la Cámara que siempre es tildado de oficialista por parte del resto de la oposición. Y como su presidente, José Giraudo, estaba con parte de enfermo, toda la presión cayó en su compañero, José María Escudero, quien se acercó al recinto, pero al final se inclinó por no volver a entrar
Mientras todo esto ocurría, a Graciela Corvalán, la diputada del oficialismo que tenía que hacer el cierre del debate, no le quedó otra más que romper las reglas y estirar su alocución a casi dos horas, violando claramente el artículo N° 123 del Reglamento Interno de la Cámara, el cual otorga 30 minutos para los diputados informantes y 10 para el resto.
La solución a este predicamento en el que se encontraba Compromiso Federal vino de la mano de la diputada Blanca Pereyra, a quien el oficialismo ha protegido del desafuero por los serios crímenes de corrupción de los que la acusan en su Villa Mercedes natal, donde ayer la ex intendente estaba guardando reposo tras una más que compleja cirugía a la que se sometió la semana pasada. Claramente todavía afectada por su operación, Pereyra entró lentamente al recinto y tomó su lugar a eso de las 17.30 horas, poniéndole de ese modo fin a la maratónica exposición y violación de reglas de Corvalán, quien ya prácticamente se había quedado sin voz.
De ese modo, y por unanimidad, Compromiso Federal logró aprobar las cuentas de inversión de Poggi, lo que festejaron con un ruidoso “autoaplauso” y con una picardía del presidente del bloque, Gonzalo Estrada, quien propuso que todos los pedidos de informe de la oposición sean pasados directamente a archivo y cajoneados. A modo de venganza, este apartamiento del reglamento que propuso Estrada fue aprobado en dos minutos, sin debate alguno y por unanimidad.
“Si ellos hubieran estado, podríamos haber acordado, quizás, otro destino, pero ellos prefirieron irse”, dijo el presidente de Compromiso Federal, de muy buen humor tras la maratónica sesión, con respecto a la jugarreta que le hizo a la oposición. “A mi no me pareció que fuera tanto tiempo”, respondió luego, nuevamente sonriendo, cuando se le preguntó por las violaciones al reglamento que llevó a cabo Corvalán mientras esperaban a Pereyra.
“No estábamos aguantando para llegue la diputada Blanca Pereyra, hemos estado explicitando todo lo que la oposición dijo que no existía”, dijo, por su parte, la heroína oficialista de la tarde, Graciela Corvalán. “Desaprovecharon la oportunidad porque no lo estudiaron, porque están mintiendo. El legislador mediático que tenemos hoy en la Cámara tiene paso corto”, dijo la diputada, claramente enojada con la oposición.
En cuanto a por qué se insistió en aprobar las cuentas ayer sí o sí, Corvalán respondió que están “atrasados en los plazos”. “La Constitución dice que el plazo máximo de aprobación debiera ser el 31 de julio. Entonces, no tenemos opción más que el tratamiento urgente de este tema”, agregó la diputada.
Finalmente, en cuanto a las violaciones del reglamento en las que incurrió, Corvalán primero aseguró que no fueron para esperar a Pereyra, sino para que “conste en las actas de esta Cámara la respuesta a cada una de las cuestiones que planteó la oposición”. Una excusa más que ridícula.
De todas maneras, la diputada finalmente se sinceró y dijo: “Igualmente, si así fuera, ¿cuál es el problema? Hay otro reglamento interno que más un reglamento interno es una Constitución que dice que los legisladores tienen la obligación de aprobar, desaprobar o rechazar las cuentas de inversión, no escaparse, no irse, eso sí es incumplimiento”.
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