Alerta por la relación pendular entre el Presidente y el ex. Freezer con LLA. La UCR, en otro canal. Incógnita por las listas y bancas en juego.
Por Juan Rubinacci
El PRO de Buenos Airesentró en un letargo en los últimos meses del que no pareciera tener demasiadas expectativas en salir hasta que la liga mayor no resuelva la estrategia electoral para 2025, ya sea en alianza con La Libertad Avanza o por otro camino que, por ahora, no asoma como alternativa. El asunto parece depender de cómo se encamine la relación, siempre oscilante, entre el presidente Javier Milei y Mauricio Macri.
Nada es igual en el partido amarillo desde el llamado a elecciones internas al que obligó Macri con la renuncia de todos los dirigentes que le responden. La jugada ocasionó la salida de una buena porción de representantes amarillos en su armado en la Legislatura bonaerense, que, si bien representaba al espacio, se referencia en Patricia Bullrich, la candidata devenida ministra que tras quedarse sin ballotage se pintó de violeta y abrazó las ideas de la libertada.
Esa fuga dejó en crisis al bloque de Diputados, que quedó con 13 bancas -una más que las que tiene LLA- y sin su socia de las últimas cinco elecciones, la UCR. En el Senado la cosa podría ser distinta en cuanto a lo numérico si se tiene en cuenta que hubo una sola fuga bullrichismo, la de Daniela Reich, la entonces presidenta del PRO bonaerense -que forma tándem con el intendente Diego Valenzuela-, que armó un monobloque filolibertario
Agustín Forchieri, jefe de bloque PRO en Diputados.
El PRO de Buenos Aires espera el acuerdo macro
Si bien hay conversaciones subterráneas entre los referentes del PRO y LLA en la Legislatura, la relación no es igual a la que se evidencia en el Congreso, donde ambos partidos articularon una agenda común para defender leyes y los DNU del Presidente.
En Buenos Aires, si bien los dos espacios son críticos de la gestión de Axel Kicillof, no trabajan los proyectos en sintonía, más allá de algunos en los que naturalmente coinciden. Así, el macrismo está a la expectativa de que ese acuerdo legislativo del Congreso se derrame en Buenos Aires. Lo dicho: dependerá de si Macri y Milei sellan un acuerdo.
Cristian Ritondo
Resta esperar para saber si esas definiciones implican que LLA y el PRO vayan separados en la elección en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con el objetivo de relegar al peronismo y quedarse con todas las senadurías que ese distrito pone en juego en 2025.
La estrategia que decidan en territorio porteño podría estar atada a la bonaerense, donde podrían acordar ir juntos o separados según la sección electoral y los concejos deliberantes, dependiendo de las mediciones y los armados que cada fuerza tenga en cada territorio.
Qué dirigentes del PRO le dirán adiós a la Legislatura bonaerense
El año próximo el macrismo pondrá en juego una considerable porción de bancas y deberá definir si va a la contienda en alianza con LLA (allí habrá que discutir lugares según los distritos) o en soledad (un escenario improbable). De esos mandatos que se le vencen, algunos están representados por figuras de peso y otros, por dirigentes impedidos de volver a postularse debido a la ley que regula las reelecciones consecutivas.
El PRO perderá dirigentes de peso en ambas cámaras, con la particularidad de que no todos responden a las mismas tribus amarillas. Por caso, en Diputados dirán adiós Matías Ranzini, referenciado en Cristian Ritondo; y Adrián Urreli, soldado de Néstor Grindetti; mientras que Daniela Reich deberá dejar el Senado, ahora en las filas de Patricia Bullrich. Todos modelo 2017, es decir que no podrán presentarse a elecciones.
Alejandro Rabinovich.
Además de ellos, en Diputados se vencen los mandatos de Fernanda Antonjevich, María Bustos, Gustavo Coria -ingresó en reemplazo del radical fallecido Lorenzo Natali), Martiniano Molina, Fabián Perechodnik y Julieta Quintero Chasman. Son ocho bancas sobre 13.
En el Senado se vencen los mandatos del jefe de bloque, Alejandro Rabinovich; del vicepresidente de la cámara Christian Gribaudo, de Aldana Ahumada y de Yamila Alonso. Son cuatro sobre nueve. Se descuenta que tanto el primero como el segundo intentarán revalidar sus mandatos.
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