Villarruel prevé que Milei la dejará al margen de la campaña por las legislativas y ya piensa en 2027

Villarruel prevé que Milei la dejará al margen de la campaña por las legislativas y ya piensa en 2027

Aislada por la Casa Rosada, la titular del Senado se imagina con futuro político propio más allá de los libertarios. Movimientos de fichas parlamentarias, fuego cruzado y su propia debilidad.

Por: Lucía Aisicoff.

Victoria Villarruel sabe que el quiebre de su relación con Javier Milei potenció las especulaciones sobre su futuro político. Su debilidad política actual la lleva a sobreactuar su decisión de no sacar los pies del plato en un año electoral. Mientras jura lealtad al proyecto político que la llevó a la Casa Rosada, admite que aunque quisiera amenazar con abrir una interna no tendría con qué: hoy está aislada y no tiene un armado propio. Por eso, en su mesa chica no piensan en los próximos meses sino en trabajar en su perfil de cara a 2027.

“Victoria no vino a la política de paseo; ella llegó para quedarse”, afirmó a elDiarioAR uno de los hombres de máxima confianza de la vice. La frase opera más como expresión de deseo y provocación a la Casa Rosada que como una afirmación anclada en la realidad. Lo que buscan instalar es que la carrera de la vice no terminará por su ruptura con Milei, sino que ella tiene un potencial propio. 

En el villarruelismo –si vale el término para quienes la circundan– dan por hecho que los libertarios, con Karina Milei al mando de la estrategia, la relegarán completamente en el armado de listas de este año y que Milei no la repetiría como compañera de fórmula en caso de ir por su reelección en 2027. 

La vice camina con ambigüedad; eso es lo que más los irrita a los seguidores de Milei. Desde su entorno aseguran que ella quiere bajar las tensiones con la Casa Rosada y que evita cualquier confrontación pública, pero para fin de año hizo circular un saludo por las redes sociales en el que ni siquiera mencionó al Presidente. “El 2025 será mucho mejor y como siempre digo, todos cuentan con esta Vice porque todo es por Argentina! ¡Feliz 2025!”, posteó. Sus dichos tuvieron el efecto que buscaba: los militantes libertarios le saltaron a la yugular. 

Los Milei la dejaron aislada, marginada, sin mucho margen de acción, aunque con demasiado poder de daño por ser la primera en la línea de sucesión presidencial. Desconfían, como desde el primer día, de su relación con Mauricio Macri. También de su posible sociedad política con algunos actores que fueron eyectados del oficialismo, como el senador Francisco Paoltroni. 

“Habrá que ver cuál es la decisión que toma la Rosada respecto al espacio que le dan a ella. Si no quieren que tenga ningún espacio, habrá que ver luego de las elecciones cómo les fue y nosotros a partir de eso debemos pensar qué queremos hacer”, dijo un integrante de su equipo a este medio, y afirmó: “Estamos bien donde estamos, pero si el presidente considera que no tenemos que estar más, evaluaremos nosotros la situación de cara a 2027”.

Su jugada política será atrincherarse desde el Senado y mostrar muñeca propia. La tarea se dificultará si Milei logra desinflar a su equipo y dejarla aislada. Por eso tuvieron peso las versiones de que buscaba socavar al secretario parlamentario, Agustin Giustinian, y a la secretaria administrativa, María Laura Izzo, dos dirigentes que hoy responden a la vice. 

En la mesa chica de Villarruel afirmaron que esas salidas no están confirmadas y que todo el equipo está en “revisión”, ya que la vice no cambió a nadie durante el primer año. Sin embargo, también admiten el malestar que implicaría que esas definiciones llegaran desde la Rosada: “En el Gobierno dicen que es la casa de Victoria, porque la quieren reducir ahí, pero cada vez que se pueden meter se meten. Por lo pronto nuestra idea es que ambos sigan.  Ahora ambos están de receso por vacaciones”.

La primera semana de 2025, Villarruel aprovechó para apurar otro cambio que le garantiza un lugar clave: echó al director de Publicaciones de la Cámara alta, Diego El Haj, un hombre que respondía a Diego Santilli y puso en ese puesto a Federico Pávito, quien hasta ahora se desempeñaba como director general de Administración. Lo que en verdad le interesaba a la vice era guardarse para un hombre propio el lugar que ocupaba Pávito y que dejará vacante: avanzará para nombrar ahí a Francisco Funes, de perfil crítico a Milei. 

Estamos bien donde estamos, pero si el presidente considera que no tenemos que estar más, evaluaremos nosotros la situación de cara a 2027

Las batallas en el Congreso 

La vicepresidenta arrancó el año con una rendición. Su debilidad la hizo prorrogar el congelamiento del sueldo de los senadores, una decisión que –según argumentaba– no le correspondía tomar a ella sino que debía votarse en el recinto. En rigor, Villarruel había propuesto tratarlo el mismo día que se votó la expulsión de Edgardo Kueider, detenido en Paraguay, pero fracasó. Desde entonces fue objeto de presiones de distintos actores oficialistas. 

Tomaron protagonismo dos alfiles de Karina en Diputados: Juliana Santillán y Lilia Lemoine, siempre dispuesta a hacer un aporte para erosionar la figura de la vice. También intercedió Patricia Bullrich, que venía de trenzarse con ella en las últimas semanas a raíz del caso del gendarme detenido en Venezuela. 

Al ser consultado sobre la catarata de cuestionamientos que le propinaron Lemoine y Santillán, un colaborador de la vice afirmó e elDiarioAR: “Las elucubraciones de gente que son satélites inertes de un sol que hoy por hoy atrae mucha gravedad es un tema de ellos. No opinamos sobre la opinión de los demás. Nosotros no somos lo mismo. No vamos a discutir con gente que no tiene peso específico propio. Victoria tiene un peso político propio y ellas no están en el mismo nivel”. Y remató: “No se puede esperar de un burro nada más que una patada. El tiempo pondrá las cosas en su lugar”. 

Con las elecciones legislativas en el medio, Milei y Villarruel tendrán caminos separados este año. La vice no prevé romper, pero apuesta a construir un perfil propio hacia 2027. Archivo NA

La próxima batalla en el Senado promete ser el proyecto para eliminar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), que primero debería conseguir su media sanción en Diputados en extraordinarias que aún no fueron convocadas. Villarruel esquivó pronunciarse sobre el tema, pero ya arrancaron las especulaciones acerca de cómo se moverá en la Cámara alta y si hará algún esfuerzo por reunir los 37 votos que necesita para garantizar la mayoría absoluta, ya que se trata de una reforma electoral. 

Con la resolución para prorrogar el congelamiento de las dietas, Villarruel buscó frenar la escalada de la interna con Milei, aunque también tensó su vínculo con los opositores con los que muchas veces se la vio coquetear en el recinto, como es el caso del peronismo. En paralelo, algunos oficialistas, aliados y gobernadores –con los que mantuvo excelente relación– comienzan a alejarse de ella por temor a represalias de aliados o escraches de trolls. La idea de aislarla como una “mancha venenosa”, apodo que desde el principio de la gestión le puso Karina Milei, surtiría efecto y complicará aún más sus perspectivas de reinventarse.

Comentá la nota