El enfrentamiento de larga data entre el intendente y el verdadero e histórico Sindicato de trabajadores municipales local. Fue el mismo delegado del Ministerio de Trabajo quien sostuvo que el líder de UOCRA, “se devalúa como digirente gremial”. Ferraresi va tomando medidas en contra el gremio.
Por Ricardo Carossino
En política las contradicciones son la moneda corriente del reino, pero es una divisa que sólo saben usar quienes habitan este mundo de intereses encontrados. Los simples mortales que viven fuera del Castillo del Poder, no pueden entender cuál es el valor simbólico o real de esas realidades que llegan a generar enfrentamientos entre aliados (los radicales le llaman a esto “internas”, la izquierda las denominan “diferencias ideológicas”, los socialistas “divergencias metodológicas”, los macristas, “problemas a esconder”, y los peronistas “el movimiento”).
Pero en esta nota hablamos de peronistas, por lo tanto de los matices que entran en un espacio de movimiento pendular que tiene una lógica propia en la que dos dirigentes convergen a nivel nacional y son enemigos a nivel municipal. Pueden marchar juntos por Cristina Fernández y pueden luchar por una paritaria en Avellaneda a todo y nada.
Es el caso del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi (armador del conurbano del Instituto Patria) y el diputado provincial del Frente para la Victoria (FPV) y secretario general del histórico Sindicato de Trabajadores Municipales de Avellaneda (STMA), Hernán Doval, hombre del jefe máximo a nivel nacional y provincial del gremio, Rubén “Cholo” García.
Mientras los dirigentes gremiales lograron voltear la peor ley para el municipal (la 11.757), y crearon una nueva para implantar al fin paritarias reales y legales entre trabajadores e intendentes (Ley 14.656, titulada de “Relaciones Laborales y Negociación Colectiva de los Trabajadores Municipales de la Provincia de Buenos Aires), Ferraresi, abanderado de las palabras de la ex presidenta en todo contexto (CFK en ATE Capital el pasado miércoles: “Es crucial reclamar la apertura de las paritarias"), no parece trasladar esa idea a su Municipio porque no ha sentado al gremio más importante del distrito a la mesa de negociaciones y entregó por decreto apenas 300 pesos de aumento según Doval.
Hubo un convenio que sólo fue firmado por representantes de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y el Sindicato Unificado de Municipales de Avellaneda (SUMA), que carecen de personería gremial en el distrito, y no por STMA. Por esta irregular situación que es un llamativo per saltum a la nueva ley, hay una intimación del Ministerio de Trabajo que obliga a Ferraresi a no convocar a paritarias hasta que se resuelva la representatividad, porque hubo una resolución del mismo Ministerio de que el único gremio que se podía sentar a negociar en Avellaneda es el que tenía personería gremial, o sea el STMA.
Esto genera, sorprende y desnuda intereses y mezquindades que van más allá de las posiciones políticamente correctas que muchos adoptan, sobre todos los que se dicen representantes de los trabajadores, los dirigentes del peronismo/justicialismo, ya sean concejales, intendentes o representantes gremiales.
Escrache ideológico de Doval por patrimonio histórico
Hace dos semanas Política del Sur radio entrevistó a Doval por la cuestión de la paritaria que no llega y éste se refirió en duros términos al intendente Ferraresi: “En la Municipalidad de Avellaneda los compañeros viven con mucho miedo, hay compañeros que están siendo perseguidos, apretados constantemente. Pero vemos que hay compañeros que empiezan a sublevarse a eso, nadie quiere ser tratado así”.
En este sentido, Doval apuntaba directamente al Director de Personal, Fabián Monzón, como el principal responsable de la presión sobre los trabajadores. Y luego, cuestionado sobre la posibilidad de que ocurrieran hechos de presión o violencia durante las elecciones, el candidato dijo a Política del Sur: “Si hay aprietes lo estaremos denunciando y será una denuncia permanente.
La respuesta del intendente no se hizo esperar y contraatacó contra el STMA. Así la semana pasada, el Concejo Deliberante de Avellaneda declaró patrimonio urbanístico, cultural e histórico el inmueble que pertenece al STMA, donde funcionan consultorios médicos.
Doval explicó que considera esto como una “maniobra del intendente” para que no se puedan terminar las obras que se llevan adelante para mejorar el servicio y dijo que incluso la fachada histórica del edificio ya no está más.
El titular del gremio contestó a esta medida en diálogo con PDSur: “En Mar del Plata se atrasaron y pagaron sólo una cuota del sueldo de 10 mil pesos y en Avellaneda con este gran aumento de 300 pesos que nos dio Ferraresi, el básico llegó a 4900 pesos. La verdad es que hay intendentes como Ferraresi que trata a los trabajadores como de cuarta, luego de inventar dos sindicatos para mostrarlos en los actos. Esto no tiene nada de nacional y popular, discurso que enarbola como jefe de campaña de CFK”.
La política te da sorpresas. Sorpresas te da la política
El diputado provincial no se anduvo con vueltas respecto de la resolución del HCD de Avellaneda y confirmó que el gremio, obviamente, irá a la justicia donde presentará un amparo y denunciará a los concejales que votaron para que respondan legal y patrimonialmente sobre las consecuencias que tenga para el Sindicato, ya que allí funciona la Obra Social.
Claro que en medio del cuerpo deliberativo, hay tres ediles (fuera de los que responden a Ferraresi y lo defienden, como el concejal Jorge Degli Innocenti, quien aseguró que “no hay ningún tipo de persecución, que no los modifica en sus actividades y que ahora el Estado es también responsable de cuidar y mantener ese inmueble”), que sorprendieron por su reacción: uno a favor del Gremio y otros dos increíblemente en contra de los trabajadores.
El primer concejal que sorprendió por su postura antiobrera, según ven desde el STMA, es sin duda José Alessi, aquel a quien el “Cholo” García supo llamar “mi candidato a intendente” allá por 2007. Alessi, el primer cristinista, el que le hizo conocer a CFK Avellaneda, el profesor de tenis de los hijos de Cacho Álvarez, el progresista K que cuando lanzó su candidatura a intendente del FPV, con el acompañamiento nada menos que de la CTA, se atrevió a afirmar el 20 de noviembre de 2006: “Queremos caminar por los barrios y que la gente nos aplauda y no nos chifle”.
Pasó casi una década de aquella máxima sanmartiniana y peronista rodeado de trabajadores y todo cambió en la ontología ideológica de José Alessi. Seguramente si se atreviera a pisar el Sindicato de Trabajadores, no sólo no lo aplaudirían, sino que chiflar sería lo menos que le harían.
Guerra de gremios
¿Dónde quedó la lealtad peronista que proclamó el general Perón?, ¿dónde quedó Perón?, ¿Qué hacemos con la famosa frase del general cuando dijo que dividía “al país en dos categorías: una, la de los hombres que trabajan, y la otra, la que vive de los hombres que trabajan”? Pesa la historia personal de cada dirigente, pesan las palabras del líder máximo de los trabajadores, son como grilletes en los tobillos para quienes curiosamente se “olvidaron” de las banderas que en algún momento creyeron levantar.
El otro concejal que se paró en la vereda de enfrente del STMA, fue un gremialista. ¿Debiera sorprender? El edil y titular de la UOCRA local, Héctor Villagra. El gremialista cuando asumió la conducción de la CGT regional Lanús Avellaneda en mayo de 2013 resumió ante la prensa: “Nosotros planteamos el diálogo y es ahí donde se encuentran las soluciones de los problemas del obrero. La diferencia (con la CGT moyanista de la región) tiene que ver con la posición en función del apoyo al proyecto de CFK, porque a partir de Néstor Kirchner los trabajadores recuperamos dignidad”.
El gremialista o votó en contra de la dignidad de los trabajadores, o votó a favor del proyecto de Ferraresi, o votó enfrentado a la interna que se plantea en el kirchnerismo de Avellaneda, en la que Doval apuesta tan fuerte como Ferraresi.
Para Villagra como líder de la CGT con esto se le plantea una posición contradictoria ya que tiene un gremio en situación de precarización laboral al que quizás intente incorporar, pero ¿cómo va a responder el STMA a semejante afrenta?
Quien sí salió a defender a los municipales y consideró “una verdadera vergüenza el atropello de Ferraresi contra los trabajadores”, fue el delegado del Ministerio de Trabajo de la Provincia y concejal del PRO, Daniel Lewicky, un aliado circunstancial en la lucha por las paritarias que la “patronal K” le niega a los municipales que se atrevieron a aguantar “los aprietes” del “jefe” Monzón, según palabras de Doval.
Pero además, Lewicki, (amigo de Villagra), dijo a PDSur que habló con el líder de la UOCRA que presidió la sesión de la polémica y le advirtió que “se está devaluando como dirigente gremial al no defender el patrimonio de los trabajadores”.
De todos modos, Degli Innocenti aseguró a PDSur radio que “el gremio puede hacer lo que quiera con el edificio y nadie le prohíbe nada, “sólo que cualquier modificación tiene que pasar por el HCD para ser aprobada”.
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