Las hojas de los árboles volaron como si fueran papel picado sobre los bailarines y el aire frío hizo que más de uno se pusiera un abrigo liviano. Pero a pesar que la tierra que se levantó por las ráfagas hizo que la visión fuese complicada, la pasión chimbera por el carnaval quedó intacta.
‘Apuren que nos volamos todos‘, dijo la locutora desde el escenario. Es que el tránsito de las comparsas se hizo lento y los organizadores temieron suspender la primera noche del corso. Sin embargo, el pedido de celeridad pasó desapercibido por los artistas que se tomaron su tiempo para demostrar las batucadas, las murgas y la belleza de las bailarinas y pasistas. Así, con muchos brillos y con el cuerpo casi desnudo, las mujeres se movieron al ritmo de los bombos y redoblantes. Mientras que el público, desde ambos costados de la calle Manzini, ovacionó a los artistas sin parar.
Además de los sensuales y creativos bailes, los artistas lucieron sus espectaculares trajes. Por eso hubo víboras, payasos, egipcios y otros personajes que bailaron en el corsódromo y que hicieron brillar las lentejuelas que fueron cosidas por ellos mismos, en la mayoría de los casos. Hubo cerca de 3.000 artistas, de todas las edades, en escena.
Anoche, al cierre de esta edición, se desarrollaba la segunda jornada del carnaval, que continuará el 1 y 2 de marzo en el corsódromo de calle Mendoza, con Evangelina Carrozo.
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