El Partido Justicialista empieza a recorrer los últimos días para realizar la renovación de sus autoridades provinciales y nacionales. En Santa Fe, los distintos sectores vienen manteniendo reuniones en las que se mostró mucha voluntad de diálogo y empezaron a limarse algunas asperezas. De todas formas, hay quienes dicen que se debe esperar hasta el 8 de abril –día de la presentación de listas– para saber si hay unidad o elecciones internas. En tanto, a nivel nacional la puja parece más dura.

Luego del 8 de mayo, con o sin elecciones, se oficializará la nueva conducción santafesina. A esas autoridades les quedará en sus manos definiciones muy importantes que esa fuerza deberá tomar en los próximos cuatro años. Por un lado, deberá sentar posición en las discusiones políticas que se presenten en la provincia, como la posible reforma de la Constitución o las políticas públicas en materias muy sensibles como la seguridad. Pero su objetivo primario y principal será intentar armar una estrategia que le permita al PJ volver a gobernar la provincia en 2019.

Tanto el diputado provincial Luis Rubeo como el bloque de los senadores justicialistas fueron los primeros en pedir un acto eleccionario para normalizar el partido y legitimar a las futuras autoridades. El resto de los dirigentes con peso siempre se mostró a favor de armar una lista de unidad.

A principios de marzo la Junta Electoral provincial del peronismo publicó los requisitos que una lista debe cumplir, entre ellos tener representación en 14 de los 19 departamentos de la provincia. Inmediatamente Rubeo se quejó porque la vara quedó muy alta y anunció que desistía de armar una lista provincial. Mientras que los senadores vienen manteniendo una serie de reuniones con otros referentes para buscar un acuerdo de unidad. Para que eso ocurra quieren asegurarse de que nadie intente sacar ventajas y que haya un real compromiso con el partido.

“Es importante que quienes vayan a ocupar los cargos tengan presente esto. La tarea que les toca no es pasar desapercibidos”, dijo el senador por San Lorenzo, Armando Traferri, en clara alusión a la actual conducción que ejerce José Luis Freyre y que presenta una serie de dificultades, como la falta de pago a los empleados del partido y que hace que la sede partidaria esté prácticamente cerrada.