Por

BELÉN BARTOLI

 

En medio de una crisis que muestra precios caros en los principales productos de consumo y con una baja pronunciada en alimentos esenciales, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, envió al Senado un proyecto de Ley de Góndolas que establece un “mínimo de proveedores por categoría en las góndolas de los comercios” para los productos de “alimentos, bebidas, de higiene personal, de limpieza, del hogar y textiles”. 

Según se desprende de los fundamentos, en las últimas décadas “se ha evidenciado un proceso de concentración de tipo oligopólico donde grupos reducidos de empresas imponen sus lógicas económicas centradas en la maximización de sus ganancias, excluyendo a potenciales competidores y no respetando los derechos de consumidores”. Este fenómeno se observa tanto en “la producción como en la comercialización de bienes”, siendo algunos sectores más sensibles como el de alimentos, ya que sus efectos en la sociedad vulneran los derechos básicos de las personas.

Además, Kicillof recordó que, “a pesar de los logros generados por las políticas públicas de diferentes niveles estatales en términos de fortalecimiento del entramado productivo PyME, como el programa Asistencia a la Producción Bonaerense; el actual Poder Ejecutivo Nacional mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23 dispuso la derogación de la Ley Nacional de Góndolas 27.545”. Esto “propició el vaciamiento de la Ley 15.199 y dejó sin marco normativo los programas de asistencia y fortalecimiento comercial”. El mandatario, una vez más, remarca los alcances vigente del DNU del gobierno nacional. 

Un estudio del Observatorio de Coyuntura Internacional y Política Exterior (OCIPEX) detalla cómo las empresas alimenticias aumentaron los márgenes. Es decir, si bien “venden menos cantidad, ganan más por cada unidad”. A través de una comparación de los precios de los primeros trimestres de 2023 y 2024 - de aquellos productos alimenticios incluidos en la canasta básica del INDEC - “el arroz aumentó un 176% en términos reales, un 66% las latas de tomates, un 24% el azúcar, un 18% la harina trigo común y un 16% la leche en sachet”.

 

Informe de OCIPEX

 

La letra chica 

En ese sentido, el proyecto apunta a establecer “un mínimo de proveedores por categoría en las góndolas de los comercios, con el objetivo de asegurar la variedad de marcas y opciones disponibles para las y los consumidores, pero a la vez abrir el juego en ciertos rubros esenciales, como alimentos, bebidas, higiene personal, limpieza y textil, a nuevas empresas, fomentando la justa competencia”. 

A su vez el escrito propone “una cantidad mínima de PyMEs en las góndolas para la exposición y venta de sus artículos”; y en ciertos casos de PyMEs Bonaerenses, así como “topes máximos para la exhibición de productos de un proveedor y/o grupo económico”. Dichas reglas buscan “fomentar la competencia en espacios donde existen prácticas desleales y también brindar oportunidades de crecimiento a los pequeños productores”. 

De aprobarse la iniciativa, regiría tanto para “góndolas físicas”, como para las “virtuales”, es decir a través de las páginas webs. La ley será en productos de “alimentos, bebidas, de higiene personal, de limpieza, del hogar y textiles”. Regirá para los establecimientos con asiento en la provincia de Buenos Aires, “que pertenezcan a una cadena comercial, cualquiera sea la superficie destinada a la comercialización”, o que “cuente con una superficie destinada a comercialización mayor a 300 m2 y/o tenga 2 o más líneas de cajas”.

Entre los objetivos de la normativa se apuntar a generar un “equilibrio entre los operadores económicos alcanzados por la ley”, ”contribuir a que el precio y la variedad de los alimentos, bebidas, productos de higiene personal y limpieza del hogar sea transparente y competitivo, en beneficio de los y las consumidoras”, “promover el crecimiento y desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas de la provincia de Buenos Aires”, y “consolidar la identidad bonaerense a través de una mayor presencia de micro y pequeños proveedores en las góndolas de los diferentes canales de comercialización”. 

Según el Informe Cadenas Productivas Argentinas realizado por el ministerio de Economía de la Nación, el comercio aporta el 17,3% del Valor Agregado Bruto nacional. Ese porcentual se divide en dos: el comercio minorista representa el 61,6% del valor agregado total, mientras que el 38,4% restante corresponde al comercio mayorista.