La mayoría de los alcaldes del Conurbano perdieron en sus distritos. Por eso, necesitarán en las generales lograr un mayor corte de boleta para superar al kirchnerismo. El factor Macri.
María Eugenia Vidal decidió darle vía libre a los intendentes del Conurbano y el interior para que municipalicen sus campañas y se enfoquen en revertir sus resultados locales, alejados de la campaña nacional que los arrastró a muchos de ellos a derrotas impensadas. Esta semana, la gobernadora y su jefe de Gabinete, Federico Salvai, recibieron a un grupo de intendentes de la primera y la tercera sección electoral. “Hagan lo que tengan que hacer para ganar”, fue el mensaje que les dejó Salvai a los principales líderes locales.
Esto supone libertad de acción para municipalizar y hasta entregar las boletas de la manera que más les convenga. El problema central que enfrentan todos: la pésima imagen de Mauricio Macri en el electorado que sufre la crisis. “La gente votó contra la economía nacional. Si logramos que muchos vecinos valoren la gestión tenemos una chance”, confiesa a PERFIL uno de los caciques del Oeste. “La gente ahora va a poner un ojo más en la boleta local”, agrega. Sálvese quien pueda: los intendentes del oficialismo buscan despegarse más de Macri Uno de los que pasó por las oficinas de Vidal fue Néstor Grindetti, de Lanús, quien a pesar de haber quedado más de diez puntos atrás, el kirchnerismo fue con varias boletas y en su campaña hacia las PASO no se focalizó en lo local.
“Creemos que podemos darlo vuelta”, aseguran cerca de Grindetti. Enfrente tendrá al dirigente piquetero y ex diputado, Edgardo Depetri, quien cuenta con el apoyo del ex intendente Darío Díaz Pérez. Otro caso similar es el de Tres de Febrero, donde el periodista Diego Valenzuela quedó a once puntos de la suma de las boletas del Frente de Todos, aunque sumó cinco puntos más que el Presidente con el corte de boleta y quedó como la lista más votada de manera individual, al igual que Martiniano Molina en Quilmes, quien perdió con la suma de las listas K en las que ganó Mayra Mendoza de La Cámpora. Por ello, Valenzuela tiene previsto sumar votantes de Roberto Lavagna y de otras opciones no K. “En Tres de Febrero la gente no quiere que vuelva la gente de Hugo Curto”, afirman cerca suyo en referencia a su antecesor peronista. Responsabilidad o audacia, la grieta que divide al oficialismo En La Plata, Julio Garro tendrá una parada complicada, pero no imposible.
La ganadora de la PASO K fue Florencia Saintout, referente de la Facultad de Periodismo, quien compitió con otras cuatro boletas. Vidal pondrá parte de la “artillería” electoral allí. También hay esperanzas en Morón, donde Ramiro Tagliaferro terminó ocho puntos abajo de Lucas Ghi, del sabbatellismo. En el interior hubo casos que provocaron entusiasmo, en medio de la debacle generalizada. Uno de ellos fue Guillermo Montenegro, quien ganó la interna con la radical Vilma Baragiola, en Mar del Plata y ahora irá a las generales con un kirchnerismo dividido entre Fernanda Raverta (la candidata oficial del FdT) y Gustavo Pulti.
“Vamos a una elección autónoma de Macri, pero no de María Eugenia”, advierten cerca del ex ministro porteño. El único que se apuró a “cortarse” de Macri, pero también de Vidal fue Jaime Méndez, de San Miguel. Quedó más de diez puntos arriba y eso llevó a un malestar con Joaquín de la Torre, ministro de Gobierno. En 2009 por la misma jugada, Néstor Kirchner acusó de traidor a Sergio Massa. Insólitamente De la Torre sigue siendo ministro.
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