Luego de cotejar un sondeo propio que revela un empate técnico entre Esteban Bullrich y Cristina Kirchner, la gobernadora decidió salir a la cancha. Arrancará mañana en el programa de Majul.
Dirige el equipo, su figura está sometida a una enorme presión, y tiene que poner lo mejor en la cancha para garantizar el triunfo, el único resultado que confirmaría su liderazgo.
Esta podría ser la realidad de Jorge Sampaoli, el técnico de la selección argentina. Pero se trata del cuadro de situación de María Eugenia Vidal en vísperas de las elecciones.
La gobernadora no puede equivocarse. Sus candidatos a senadores perdieron en las PASO frente a Cristina Kirchner y ahora tiene como gran desafío revertir ese resultado.
Los primeros sondeos habían llevado alivio al equipo de campaña del oficialismo. Pero el último corte encendió las luces de alarma: la intención de voto quedó en apenas 1,6 puntos por encima de Unidad Ciudadana.
Como los márgenes de error en las encuestas son de tres puntos, los datos que esta semana le transmitieron a Vidal no reflejan otra cosa que un empate técnico.
Esos guarismos precipitaron una decisión que ya estaba en carpeta: la participación de la gobernadora en distintos programas de televisión para apuntalar a sus candidatos.
El raid comenzará mañana en La Cornisa, que conduce Luis Majul, según confiaron a Infobae desde el equipo de comunicación de la Provincia de Buenos Aires. Vidal, en su rol de jefa de campaña, irá con Estaban Bullrich, cabeza de lista del oficialismo.
La mandataria es la dirigente con mejor imagen del país, un activo con el que intentará traccionar votos hacia la boleta de Cambiemos. Sus apariciones en televisión serán, de todos modos, un complemento de las otras modalidades de proselitismo.
No dejará de participar en actos junto a Mauricio Macri ni abandonará los timbreos. Simplemente fortalecerá su presencia en la pantalla para llegar a la mayor audiencia posible.
En la agenda de Vidal figura una participación en la "mesaza" de Mirtha Legrand. La diva de los almuerzos es confesa votante de Cambiemos, aunque no por eso evitó criticar a la Gobernadora en la cara por haberse ido a México durante la última inundación provincial.
Más cerca del próximo fin de semana, la niña mimada del Presidente tendrá una nueva cita en Intratables, el ciclo donde Santiago del Moro hace increíbles malabares para administrar voces y egos.
Fue en ese programa de América donde Vidal rompió su candidez para dar paso a un tono encendido, producto de una serie de cuestionamientos del periodista Diego Brancatelli. Aquel episodio rindió frutos en términos de rating y muchos analistas —con exageración— lo caratularon como electoralmente decisivo.
Vidal había concurrido a Intratables apremiada por las encuestas y los sucesivostraspiés públicos de Bullrich. Ahora volverá a "aguantar los trapos", también en reacción a los sondeos, aunque no tan sobre el final de la campaña como en aquella oportunidad.
Según su equipo, hay una sensación térmica que no necesariamente condice con la realidad. "Hoy está instalado que ganamos cómodos pero por ahora es pura espuma y lo único que hace es desalentar la participación. Eso es lo que le conviene a Cristina. Nosotros tenemos que ir a buscar voto por voto. No nos podemos dormir", señalaron.
En el Instituto Patria aseguran estar varios puntos por debajo de Cambiemos, perolos asesores de Vidal creen que el cristinismo exagera la nota adrede ¿Para qué? Para que una eventual derrota de la ex presidenta por poco margen termine teniendo sabor a triunfo.
Hasta las encuestas que los medios publicaron en las últimas semanas indican que Cambiemos está entre 4 y 8 puntos por encima de Unidad Ciudadana. Y adjudican ese crecimiento del oficialismo al "efecto polarización", según el cual Bullrich absorbió a una porción del voto massista.
Sin embargo, en La Plata descreen que ese efecto esté consolidado. Por eso los ideólogos de la campaña —el jefe de Gabinete, Federico Salvai, y los secretarios Mariano Mohadeb, de Medios, y Federico Suárez, de Comunicación— quieren seducir a la porción de bonaerenses que no suele votar en las PASO pero que después sí lo hace en las elecciones generales.
Ese colectivo representó en las elecciones del 2015 poco más de 600 mil votos, un número que —de repetirse— podría ser decisorio si se tiene en cuenta que Cristina le sacó a Bullrich una diferencia de apenas 20.324 sufragios.
La candidata de Unidad Ciudadana necesita hacer un juego de pinzas para evitar que se le fuguen votos y simultáneamente sumar nuevas voluntades. Acaso esto explique su giro estratégico, que entre otras cosas la llevó a aceptar entrevistas.
Hasta ahora se había limitado a hablar de "las víctimas del ajuste" en sus actos e incursiones por el conurbano, pero en esta nueva etapa dejó que los periodistas le pregunten de todo, incluso sobre las causas judiciales que la comprometen.
En el entorno de Vidal aún no saben si el sondeo que acaban de recibir registra acabadamente el impacto de la detención del "Pata" Medina. O, dicho de otro modo, si el discurso que asocia la falta de cloacas a la corrupción mueve el amperímetro.
Sin embargo, la gobernadora se mostrará ante los medios más confiada que Sampaoli. Probablemente porque crea que puede ganar el partido con solo salir a la cancha, algo que, como todos saben, no es lo que está sucediendo con el seleccionado de fútbol.
Comentá la nota