En el entorno del ex funcionario aseguran que no estudiará en el extranjero ni dejará la política, aunque sus adversarios internos aseguran que no hay lugar para él en el armado del PRO si Macri no vuleva a ser candidato.
Por Werner Pertot
Algunos dicen que se va a borrar de la política por dos años. Otros advierten que serán solo unos meses y que en marzo se lo verá de vuelta en el ruedo político. Marcos Peña, una de las figuras centrales durante los últimos cuatro años, salió raudamente de la escena pública. El ex jefe de Gabinete tiene previsto al menos hasta marzo tomarse un tiempo de descanso con su familia, por estos días en las costas de Uruguay. Luego puede que colabore en las oficinas que instaló Mauricio Macri en zona norte y desde donde el ex presidente pretende coordinar a Juntos por el Cambio. El lugar que tendrá Peña todavía está por verse, porque terminó su mandato con muchos enemigos internos. Hay discusiones sobre cuánto debería aparecer y cuán cerca o lejos de ex mandatario.
"Son mis ojos, mis oídos y soy yo", había dicho al comienzo de su gobierno Macri al referirse a Peña y sus dos adláteres, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana. Fue una forma de remarcarle a sus funcionarios que lo que dijeran ellos era como que lo dijera él. Y así fue: concentraron todo el poder en el Gobierno de Macri, se permitieron exiliar a quienes planteaban críticas, como Emilio Monzó, hicieron y deshicieron. Y, en plena crisis económica en 2018, cuando las campanas comenzaron a doblar por la cabeza del jefe de Gabinete, el presidente no tuvo problema en deshacerse de Quintana y Lopetegui para mantener a su mano derecha. Para eso, contrarió el consejo de sus principales socios de la mesa chica del PRO.
Tanto protagonismo le jugó en contra tras las PASO de 2019: cargó con todo el peso de la derrota. Lo hacían responsable desde numerosos sectores que tenían cuentas pendientes con él: los radicales, Monzó, María Eugenia Vidal y la lista sigue. Algunos le volvieron a sugerir al entonces presidente que era momento de desligarse de su jefe de Gabinete. Pero Peña se quedó hasta el final.
¿Y después del final? Después el ex jefe de Gabinete se zambulló en el bajo perfil. Corrieron los rumores sobre que se iba a vivir a Washington, a trabajar con Jaime Durán Barba -con quien hicieron dupla durante más de una década, pese a no tener una relación de amistad-, incluso que tenía pensado cursar en la Universidad de Washington una maestría sobre "Las tendencias de los jóvenes en el mundo". Pero todo eso es desmentido con vigor por fuentes del entorno de Peña. Aseguran tres cosas:
No se va del país.
No se va a estudiar al extranjero.
Y tampoco va a dejar la política para siempre, como le desean muchos dentro de su propio espacio político.
¿Qué está haciendo Peña? Lo que están haciendo buena parte de los ex funcionarios del gobierno de Macri, junto con el propio ex presidente: se fue de vacaciones. "Su idea es estar alejado de todo y pasar más tiempo con su familia por lo menos hasta marzo", advertía una persona que lo conoce y que lo quiere bien. Sus planes laborales pasan por armar consultorías para el exterior, según cuentan en su entorno. Nadie aclara si serán con Durán Barba. "Nada se puede descartar. Desde que sea alto funcionario de un organismo internacional a que termine como trabajador social en el terreno", indicó un viejo conocido de Peña.
"No se va a estudiar afuera, como se estuvo diciendo, y tampoco deja la política", se apura a aclarar. Advierte que desde marzo volverá a estar en política en forma activa. No está claro qué grado de cercanía mostrará con Macri: por ahora, el intermediario entre ambos es Fernando de Andreis, que ya tiene su lugar en las oficinas del ex presidente en zona norte. Es posible que Peña piense que debe alejarse de Macri por un tiempo para darle lugar a las negociaciones con sectores que no verían muy bien que él esté sentado a la mesa (por ejemplo, los radicales conducidos por Alfredo Cornejo). Pero el tiempo dirá que lugar ocupa: "No depende de él: si Macri vuelve a ser candidato, seguramente va a estar. Pero si el candidato es Horacio, no tiene ningún lugar", advertían en el PRO.
En su camino hacia las vacaciones en Uruguay -veranea en una costa poco farandulesca y más de estilo familiar, bien cerca de Montevideo-, Peña tuvo un encuentro en Basavilbaso, Entre Ríos, con el ex intendente Gustavo Hein, quien se ocupó de retratar la charla en su cuenta de Twitter.
"Entre mate y mate, estuvimos charlando sobre todo el trabajo que tenemos por delante para seguir defendiendo nuestra república y los valores en los que millones de argentinos creemos", escribió Hein. A Peña se lo ve distentido, bronceado y de buen ánimo. Lejos de los golpes que recibió en los dos últimos años de gobierno, pero sobre todo el año pasado.
Quienes lo quieren poco o nada cuentan otras historias sobre él, que lo muestran cada vez más alejado de la política. Según publicó Perfil, Peña abandonó el grupo de Whatsapp que tenían los funcionarios del Gobierno de Macri y que sigue activo hasta hoy con comentarios sobre las primeras medidas de Alberto Fernández. "Es verdad. Pero es una pavada", desmerecían la noticia cerca del ex jefe de Gabinete.
"La última vez que lo vi me dijo que se borraba por dos años", contó a este diario una alta autoridad del PRO. De la misma manera hay quienes juran que Peña les dijo que se iba del país. No queda claro si son distintas versiones que sembró él o rumores que van arrojando sus adversarios internos. "Tenés que tener algo en claro -dijo uno de ellos a este diario- Sobre Mauricio hay discusiones sobre si tiene que volver o no a ocupar un lugar en una campaña. Hay quienes quieren que esté y quienes no lo consideran prudente. En cambio, a Marcos nadie lo espera. Nadie lo va a extrañar."
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