En su alocución, Guterres lamentó que la paz sea la “gran audente” del mundo actual y subrayó que toda la comunidad internacional es responsable de cambiar eso.
El portugués António Guterres fue designado ayer nuevo secretario general de las Naciones Unidas, en reemplazo del surcoreano Ban Ki-moon.
La Asamblea General de la ONU adoptó una resolución por aclamación que designa al político socialista de 67 años, ex primer ministro de Portugal y ex Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, nuevo jefe de la organización por un período de cinco años, a partir del próximo 1º de enero.
Se espera que Guterres dé un cambio de rumbo a la organización en un momento de gran ansiedad mundial por la guerra en Siria, la crisis de refugiados y los conflictos en Yemen y Sudán del Sur.
“Es con gratitud y humildad que me paro frente a ustedes, con un gran sentido de la responsabilidad”, dijo Guterres en su primer discurso a la Asamblea tras su designación, que pronunció en inglés, francés y español. “Las amenazas que pesan sobre nuestra seguridad colectiva, sobre la naturaleza misma de nuestras sociedades y la supervivencia del planeta tal y como lo conocemos, son tales que nuestro interés común debe imponerse sobre todo aquello que nos divide”, continuó Guterres.
El ex premier portugués lamentó que la paz sea la “gran ausente” del mundo actual y subrayó que es la “responsabilidad moral” de toda la comunidad internacional acabar con esta situación. “Sin paz, la vida está vacía de sentido. Sin paz, no podemos garantizar el desarrollo sostenible y el respeto de los derechos humanos”, recordó.
“El verdadero ganador hoy es la credibilidad de la ONU” y como secretario general trabajará “como un mediador, como un constructor de puentes” para encontrar soluciones que beneficien a todos los involucrados, dijo Guterres en su alocución, que fue recibida con una salva de aplausos por los embajadores, que se pusieron de pie.
Y en otro pasaje que fue también muy celebrado, Guterres se refirió a la necesidad de trabajar en pos de la igualdad de género al destacar “los obstáculos que las mujeres se encuentran en la sociedad, en la familia y en el trabajo sólo por su género”. “La protección y el empoderamiento de las mujeres y niñas seguirá siendo un compromiso prioritario para mi”, añadió, en unas palabras que arrancaron los aplausos de la Asamblea General, donde decenas de países demandaron en los últimos meses situar a una mujer al frente de la ONU.
Muchos diplomáticos esperan que Guterres sacuda a la ONU y adopte reformas internas para tornarla más rápida y eficiente. También quieren que insufle nuevos aires a la secretaría general, luego de 10 años de bajo perfil durante el mandato de Ban.
“Guterres es conocido para todos, pero es más conocido quizá donde más importa, en el frente de conflictos armados y el sufrimiento de la humanidad”, dijo Ban, que lo consideró “una opción maravillosa’’ para dirigir la ONU. “Sus instintos políticos son los de la ONU: coperación para el bien común y responsabilidad compartida para los pueblos y el planeta”, subrayó.
El embajador chileno ante la ONU, Cristian Barros, también derrochó elogios para Guterres en nombre del Grulac, el Grupo para Latinoamérica y el Caribe, y destacó su “estatura diplomática” y su integridad. “Sus 10 años de experiencia como Alto Comisionado para los Refugiados son más relevantes ahora que nunca, cuando enfrentamos grandes movimientos de refugiados y migrantes”, afirmó.
Guterres recibió el apoyo unánime del Consejo de Seguridad de la ONU en una votación la semana pasada que puso fin a la campaña más transparente jamás realizada en la ONU para el puesto de número uno de la organización.
Los únicos candidatos latinoamericanos para reemplazar a Ban eran dos mujeres, la canciller argentina Susana Malcorra y la ex negociadora de la ONU sobre cambio climático Christiana Figueres, de Costa Rica.
El embajador francés François Delattre describe a Guterres como “el mejor capitán posible durante este período tormentoso” de crisis mundiales, y alaba sus dotes de reformista y de unificador. También lo describe como “un humanista con un compás moral genuino”. “Guterres ha mostrado como jefe de la Acnur que es un hombre que busca el contacto humano y que se involucra personalmente”, sostuvo.
Como primer ministro de Portugal de 1995 a 2002 y como Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados de 2005 a diciembre de 2015, Guterres demostró que “es un reformista”, dijo el embajador británico Matthew Rycroft.
“Es capaz de hacer ambas cosas, el liderazgo hacia fuera, la visión, la inspiración, el fijar el rumbo, pero también la reforma interna para ser eficientes, para mejorar procesos y para hacer que el todo valga más que la suma de sus partes”, aseguró.
Parte de la grandes expectativas con Guterres proviene de la decepción con Ban, al que muchos consideran un mal comunicador y reticente a adoptar acciones fuertes en las mayores crisis.
“Todos son muy educados sobre Ban pero vamos a enfrentarlo (...) Todos saben que no ha sido un secretario general fuerte en términos de reformas internas o de liderazgo externo”, dijo un diplomático del Consejo de Seguridad. “Tiene el instinto correcto sobre Siria y todo el resto, pero no ha tenido la habilidad de realmente impulsar la opinión internacional en ninguno de estos temas”, dijo el diplomático, que pidió mantener el anonimato.
Muchos diplomáticos han señalado que Guterres quiere pasar sus primeros cien días en el puesto concentrado en cómo animar el rol del secretario general. Otro test será la designación de su equipo principal, con Rusia y China presionando por puestos clave como jefe de asuntos políticos o de mantenimiento de la paz.
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