El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, cruzó en su editorial al presidente Javier Milei y al diputado José Luis Espert por haber llamado a una “rebelión fiscal” en la Provincia de Buenos Aires y, tras preguntar “si hay algo más allá de la locura”, le pidió al Gobierno terminar con tanto daño que está haciendo.

El editorial de Víctor Hugo Morales

Días confusos. Días de mentideros y agresiones. De periodismo enajenado y operaciones de toda índole. Milei con Espert, una junta brava contra Kicillof para que no le paguen los impuestos.

Para que se entienda: un Gobierno nacional que invita a la desobediencia civil contra el principal Gobierno provincial. Entonces, uno se pregunta si hay algo más allá de la locura.

La operación por instalar a Pichetto es de ese mundo de paradojas y desesperación. Pichetto ha traicionado todo. Él mismo lo reconoce cuando le responde a Cafiero, que lo acusaba de lealtades cambiantes.

Pero Pichetto es, además, un hombre profundamente del establishment. Algunos no lo quieren molestar. Caramba. Porque dicen que tiene votos para el DNU. Bueno, que sea lo que tiene que ser. Si para que el voto que debe ser, hay que endulzarlo, mejor no.

Estamos bajo una ocupación. Esos ejércitos que entran a los países para destruirlos. ¿Qué le hemos hecho a Milei para que odie así a la Argentina? Y preguntamos nosotros, ¿qué le hizo a él Kicillof para lanzarse al desvarío de pedir la desobediencia civil?

Pero, además, el ciudadano común, ¿qué le hizo? Milei parece imaginar lo que se habla de él y toma represalias. Él debe saber que decimos que no está bien de la cabeza. Bueno, habría que decirle que le queden muchos fieles, mimarlo un poco, pasarle la mano por la espalda.

Y efectivamente hay gente que todavía le es fiel a Milei. Que lo quieren más de lo que él cree. Que pare, entonces, con el daño. Si no sale el DNU, son delincuentes y arruinan al Gobierno. Si no sale el DNU, no le importa, manda otro. Ya van a ver.

Gobernadores, traidores. Diputados, ratas. Hasta Clarín cae en la volteada. Porque ya se avivó cómo juega la mafia que él mismo defiende. Porque las mafias, dice Meili, son los únicos que tienen códigos.