Vicentin, Los Grobo, SanCor y otras: ¿por qué en el granero del mundo quiebran sus naves insignia?

Vicentin, Los Grobo, SanCor y otras: ¿por qué en el granero del mundo quiebran sus naves insignia?

La situación financiera de múltiples pesos pesados de la agroindustria y la alimentación no deja de complicarse. Casos más resonantes y causas de la crisis.

Por Patricio Eleisegui.

La profundización de la crisis que padece Vicentin, que esta semana volvió a cruzarse con los sindicatos aceiteros por la probable falta de pago de los sueldos de febrero, combinada con la falta de definiciones en torno al concurso preventivo de Molino Cañuelas y las complicaciones que evidencian Granja Tres Arroyos y la láctea Verónica, reavivan la preocupación en torno al destino comercial de varios de los nombres más pesados de la agroindustria y la producción de alimentos. A eso hay que añadir el estado crítico de SanCor, el concurso que también atraviesa a Los Grobo y su controlada Agrofina, y los casos de Surcos y Campo de Avanzada, todos marcados por el rojo financiero, la deuda abultada y la incertidumbre productiva.

Si bien cada compañía presenta particularidades propias en términos de complicaciones financieras –con endeudamientos y déficits comerciales de años–, lo cierto es que los cambios estructurales aplicados a la economía sobre todo durante 2024 impactaron en más de una situación. Y a eso hay que añadirles aspectos como la incidencia del clima –sobre todo en las agroindustriales– y la pérdida de mercados internacionales por variables de coyuntura como la proliferación de la gripe aviar.

En el caso de las alimenticias, y más particularmente en lo que refiere a las compañías lácteas, 2024 concluyó con una merma en el consumo de lácteos cercana al 10% y ese indicador, combinando con la menor exportación, también pegó de lleno en la caja de ese sector.

El combo de complicaciones se completa con una suba en los costos operativos que, si bien desaceleró al ritmo de la menor inflación, aún representa una carga muy pesada para empresas que arrastran dificultades financieras profundas y la falta de capitales frescos para reducir sus respectivas deudas.

El testimonio más reciente de la crisis que afecta a empresas que han sido emblemas del llamado "granero del mundo" corresponde a Vicentin, que dejaría de pagar sueldos y haberes, y eso implicaría una afectación directa para cerca de 1.300 empleados y otros 1.700 trabajadores indirectos.

Pero, como ya se mencionó, se trata de una situación que se está generalizando entre los gigantes del agro por un cúmulo de variables como la sequía de las tres últimas campañas, la aparición de plagas –en concreto, la "chicharrita"–, y una suba de costos que impacta en los números de cultivo del maíz.

Otro punto no menor es el de los precios de las commodities, que están en sus menores valores en casi 20 años. 

En ese sentido, desde Fundación Mediterránea remarcan que 2024 fue un año de incertidumbre para el sector, y que el período complicó a las empresas del agro en general a partir de "precios deprimidos y (una) moneda fuerte", además de señalar que ya para este año un "un revés climático" podría ser letal para la agroindustria en general.

Todo esto pega, desde ya, en las ventas de agroquímicos, que vienen de desplomarse un 30%, afectando a las empresas dedicadas a esta actividad. 

Deudas financieras que no han dejado de acumularse en los últimos años, costos operativos en alza, merma del consumo local, caída de las exportaciones en determinados rubros, complicaciones climáticas: las naves insignia de la alimentación y la agroindustria atraviesan un frente de tormentas y turbulencias que amenaza la continuidad de nombres que son marca registrada incluso en el ámbito del consumo masivo.

Fundación Mediterránea menciona a Brasil como la contracara del momento que atraviesa al agro doméstico. "Brasil muestra hoy dos ventajas respecto de la situación argentina en lo que hace a los incentivos que se ofrecen al sector exportador: por un lado, el vecino no grava las exportaciones de ningún producto con un impuesto, por el otro, su moneda se ha depreciado sensiblemente en los últimos meses, compensando en parte la baja de los precios internacionales de las commodities".

El Gobierno, por su parte, rechaza la idea de que exista una crisis estructural en el sector agropecuario, argumentando que los casos actuales son consecuencia de decisiones internas de las empresas y no de un problema generalizado en la actividad. Sin embargo, la situación genera inquietud entre productores y proveedores, muchos de los cuales enfrentan créditos y compromisos financieros con todas estas compañías.

Factores que complican al agronegocio y una perspectiva incierta

En sintonía con estos argumentos, un estudio profundo efectuado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) da cuenta de una caída por demás de grave en el precio general de los commodities agrícolas durante 2024. Pero también reconoce que, dado lo que viene ocurriendo en Estados Unidos con la decisión de Donald Trump de imponer un abanico de aranceles de China, México y Canadá, ese cambio de escenario podría abrir oportunidades para la agroindustria doméstica.

La entidad afirma que el trigo, la soja y, en menor medida, el maíz, han tocado sus "valores nominales más bajos desde 2020", y que "a precios reales, el poder de compra de los granos tocó su valor más bajo en 18 años".

"El precio de la soja en el mercado externo de referencia ha caído a su nivel más bajo desde el año 2020. Dada la fuerte correlación de los valores locales con el precio externo, considerando que el 85% de la producción del complejo oleaginoso tiene como destino el mercado internacional, el valor de la pizarra en dólares proyectado para la producción 2024/25 cayó a un valor de referencia de u$s260 por tonelada. Este valor se ubica en el nivel más bajo desde el ciclo 2018/19", detalló la BCR.

Para luego añadir: "… los u$s203 la tonelada a los que cerró el futuro de trigo en Chicago en la última rueda del 2024 fue un 12% por debajo del año anterior, en tanto que el maíz cerró el año a u$s181/t, un 2% por debajo de diciembre de 2023. Ahora bien, cuando comparamos los valores promedio de diciembre 2024 para los tres productos con los previos vigentes en diciembre de 2022, la situación se asemeja para los tres principales granos, con caídas del orden del 30 por ciento".

El informe en cuestión, que lleva la firma de los especialistas Blas Rozadilla, Matías Contardi y Emilce Terré, aporta igualmente una perspectiva promisoria a partir de los cambios que viene aplicando Estados Unidos a sus importaciones. Afirma que, de recrudecer la "guerra comercial" entre la nación norteamericana y rivales económicos como China, "proveedores alternativos de granos podrían beneficiarse de una mayor demanda por sus granos".

"De todos modos, una luz de alerta será la marcha de la política de biocombustibles en Estados Unidos, ya que no está claro el impulso que quiera darse en la materia a mediano y largo plazo. Esto tendrá un efecto sobre la cotización de los aceites vegetales, incluido el de la soja a mediano plazo", aclararon.

En cuanto a los costos, referentes de Confederaciones Rurales Argentinas afirman que sobre todo durante el segundo semestre del año el nivel se disparó a partir de los aumentos sucesivos que evidenciaron los servicios de siembra, fumigación, cosecha y comercialización, y el salto que pegó el gasoil.

En línea con esto, la BCR expone a modo de ejemplo que un productor de la Zona Núcleo alcanza hoy un ingreso bruto que no llega a los u$s1.150 la hectárea mientras, en contrapartida, afronta costos que rozan los u$s720 la misma unidad productiva.

Por su parte, un monitoreo reciente de IERAL al que accedió iProfesional menciona que la agroindustria viene padeciendo los efectos de variables negativas como la sequía del ciclo 2022/23, los problemas que generaron plagas como la chicharrita del maíz en la campaña 2023/24 y la caída de precios internacionales en el último año y medio.

Pero señala que las empresas en estado de crisis también deben su situación a "errores propios" en la toma de decisiones financieras y la incidencia del contexto macroeconómico de la Argentina.

"Las empresas declaradas en default en las últimas semanas parecen haber llegado a esta situación por debilidades propias, por exceso de toma de riesgo o deficiencias propias acumuladas de gestión económica (en los planos productivo, comercial y/o financiero), sin desconocer, por supuesto, que bajo un escenario macroeconómico más estable y una menor presión tributaria, alguna de estas compañías podría disponer de un mejor presente y haber logrado evitar la cesación de pagos", se afirma en el documento.

A la par de estas variables, y con vistas a los próximos meses, IERAL advierte que un incremento en las dificultades climáticas podría resultar fatal para un número mayor de compañías con participación en la agroindustria y la generación de alimentos.

"En el actual contexto, un revés climático que afecte los rendimientos podría ser crítico para el sector, particularmente para productores que trabajan sobre campos alquilados y en zonas que vienen más castigadas por los eventos adversos de las últimas dos campañas", concluye el monitoreo.

Por qué fracasan los gigantes del agro en la Argentina

Vuelve a complicarse la situación en Vicentin y qué pasa con Molino Cañuelas

Este cuadro de situación redundó en un pronunciamiento del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento de San Lorenzo (SOEA San Lorenzo) y la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA), quienes esta semana advirtieron que si Vicentin no regulariza el abono de los salarios paralizarán la actividad en todas las aceiteras del país.

Vicentin acumula meses en situación de concurso preventivo y en el ámbito judicial reconocen que, de acuerdo a lo establecido por la Ley de Concursos y Quiebras, si la empresa incumple con el pago de salarios podría caer en, precisamente, la quiebra definitiva.

Vale señalar que la empresa viene de sufrir un reciente revés judicial. La Corte Suprema de Justicia de Santa Fe rechazó la homologación del concurso, lo que dio lugar a un recurso de inconstitucionalidad planteado por Commodities SA, uno de sus principales acreedores.

Este revés judicial complica aún más el ya frágil panorama de la compañía, que desde fines de 2019 atraviesa una profunda crisis financiera, con una deuda millonaria –superior a los u$s450 millones–, en especial con el Banco Nación.

A la par de Vicentin, Granja Tres Arroyos también transita un momento crítico. La avícola paralizó la actividad de faena en La China, sus instalaciones en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, el miércoles de la semana pasada. Si bien el personal se presentó a trabajar a inicios de esa jornada, lo cierto es que la empresa mantuvo las entradas cerradas. Suman cerca de 1.000 los operarios de la planta en cuestión.

La compañía entró en crisis durante la segunda mitad de 2024 por efecto de la caída en las exportaciones al mercado chino –esto último, a raíz del más reciente brote de gripe aviar–, y en los últimos meses afirmó estar complicada a nivel financiero por la baja en el consumo interno y la suba de los costos operativos.

Considerada la mayor avícola del país, Granja Tres Arroyos venía de activar un recorte de 80 puestos de trabajo a fines de enero, en una medida que redundó en un paro general establecido por el resto del personal durante el lunes 27 de ese mes.

Si bien la Secretaría de Trabajo intervino dictando la conciliación obligatoria y fijó la reincorporación de los despedidos, la compañía no modificó su posición y a eso se suma un acumulado de sueldos impagos que mantiene en estado de movilización a los operarios de La China.

Molino Cañuelas, en tanto, transita una indefinición que mantiene en vilo a sus acreedores. Si bien la firma alcanzó en diciembre pasado un acuerdo con el 90% de los actores con los que mantiene deudas, todavía no ha dado muestras de avanzar con la reestructuración de compromisos impagos por hasta 1.290 millones de dólares.

El concurso preventivo de la firma alcanza a unos 650 acreedores, pero más allá de ofrecer tres alternativas de pago, lo concreto es que Molino Cañuelas no ha ejecutado movimientos que den a entender que comenzará a cumplir con los acuerdos alcanzados.

Empresas en crisis: los casos de SanCor y Verónica

Asimismo, la situación crítica que atraviesa uno de los emblemas de la lechería nacional se agrava semana tras semana. A muy poco de declararse en convocatoria de acreedores, SanCor está a un paso de la parálisis total y su volumen de procesamiento de leche se ubica en un mínimo histórico.

De mover más de 4 millones de litros diarios en su mejor momento comercial, la firma decayó a una cifra que apenas roza los 70.000. El endeudamiento multimillonario que evidencia la láctea terminaría por dejarla por completo sin proveedores en el transcurso de este primer semestre de 2025. A la par, acreedores definen la posibilidad de rematar más de 430.000 kilos de quesos para recuperar parte de lo adeudado justamente por SanCor.

Este proceso, que se llevaría a cabo bajo la forma de una subasta, correrá por cuenta de IIG Structured Trade Finance Fund Ltd., uno de los fondos que figuran en la nómina de acreedores de la unión de cooperativas. Igualmente, el remate en cuestión prácticamente no movería los números de deuda que acumula SanCor, valuada en alrededor de 400 millones de dólares.

"En tanto la empresa no da muestras de encontrar algún tipo de financiamiento para cubrir sus deudas, es lógico que los pocos proveedores que le quedan dejen de enviar leche. Hoy la estructura de tambos ligada a SanCor es casi inexistente y sólo hay entregas puntuales con pagos en el momento. Nadie sabe qué ocurrirá con la compañía de aquí a abril", comentó a iProfesional una fuente de la cuenca lechera santafesina.

Otra compañía que vuelve a encender luces rojas en el tablero de las firmas con complicaciones financieras es Verónica, que ya en 2019 ingresó en un Procedimiento Preventivo de Crisis luego dado de baja a partir de una reestructuración de sus pasivos.

Ahora, y según detalla la base de deudores del Banco Central, la láctea con plantas en Lehmann, Suardi y Clason, en la provincia de Santa Fe, acumula 131 cheques rechazados sólo durante el mes de febrero. El monto comprometido: algo más de 446 millones de pesos.

Si bien la firma aún no se ha pronunciado respecto de esta situación, en el ámbito de la lechería señalan que, más allá de mantenerse endeudada desde hace más de un lustro, Verónica se vio fuertemente impactada por el incremento de los costos laborales y operativos del último año y la caída pronunciada que exhibió el consumo de leches y quesos durante 2024.

Los Grobo, Agrofina y Surcos: otros nombres en situación dramática

Por el lado de la agroindustria, Los Grobo y su controlada Agrofina vienen de activar sus respectivos concursos preventivos de acreedores. A principios de febrero, ambas compañías informaron que avanzarían a esa instancia "para posibilitar la continuación del negocio y el mantenimiento de la fuente de trabajo".

Según se indicó, la deuda total de ambas compañías se ubica muy cerca de los 210 millones de dólares. A mediados de enero, tan sólo Los Grobo Agropecuaria ostentaba documentos rebotados por falta de fondos por un monto en torno a los $1.370 millones, mientras que su productora de plaguicidas acumuló $450 millones por igual concepto.

El contexto de números en rojo que mostró la agroindustria en el último año, combinado con la quietud del tipo de cambio pero con un alza del peso, y la variable climática marcada por la sequía, son mencionados por la firma como las variables que no han dejado de agravar la situación financiera de Los Grobo.

En el mismo sector, Surcos, otra compañía dedicada a la comercialización de pesticidas, pidió la apertura de un concurso preventivo de acreedores con el fin de "lograr la sustentabilidad" de su deuda "tanto en términos de volumen como de costo y, de este modo, continuar con las operaciones".

Surcos posee una deuda del orden de los u$s73 millones y viene de incumplir el pago de un pagaré por 500.000 dólares. En la actualidad, la empresa es objeto de un embargo por $21.6 millones iniciado por la financiera Finlatina SA. Surcos suma cheques rechazados por un monto cercano a los 300 millones de pesos.

Al momento de explicar el momento crítico que atraviesa la compañía, desde Surcos se indicó que en el último año su venta de pesticidas decayó más del 30% por efecto de variables como la ya mencionada sequía y un "cambio de hábitos de compra de los productores", cada vez más receptivos a la utilización de bioinsumos.

Apenas iniciado, 2025 ya se anticipa como un año plagado de desafíos y dificultades, y que requerirá de mucha "muñeca" empresarial para transformarse en un período que, en lugar de acentuar el rojo comercial y financiero, acerque algo de oxígeno a las compañías hoy en crisis.

Comentá la nota