Quiere 172 voluntades para que el rechazo no dependa de ausencias. Cree que la pelea por fondos complicará a Javier Milei. Rebeldes PRO, otro botín en disputa.
Por Mauricio Cantando
Javier Milei vetó la reforma previsional y reabrió la negociación en la Cámara de Diputados, que debe definir si sostiene esa decisión o la rechaza con dos terceras partes del recinto. Si la oposición logra ese número en ambas cámaras, el Presidente deberá promulgar la ley y aumentar las jubilaciones. Hasta este lunes, los negociadores no garantizaban ese objetivo.
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En junio, el proyecto se aprobó con mayoría especial en Diputados, pero fue clave la cantidad de ausencias y abstenciones. Para repetir los dos tercios, las principales figuras de la UCR, Encuentro Federal y Coalición Cívica, artífices junto a Unión por la Patria (UP) de avanzar con esta reforma, empezaron a bosquejar posibles escenarios.
En las primeras conversaciones surgieron dos variables. La primera es que el debate colisione con el del Presupuesto 2025, que entrará el 15 de septiembre. Así, la oposición podría sumar votos entre los gobernadores que puedan molestarse por los recortes de partidas que contemple la iniciativa. Se sabe: el déficit cero es el mantra de la ley de leyes que prepara el Gobierno.
Con el plan de estirar los tiempos para negociar, una alternativa que empezará a evaluar la tropa opositora es la de iniciar el tratamiento del veto en un plenario de comisiones, aunque la mayoría especial que requiere el trámite en el recinto permitiría evitar una discusión previa.
Sería una forma de presionar a quienes votaron a favor y este fin de semana apagaron sus teléfonos. El debate lo conduciría la radical Gabriela Brouwer de Koning, presidenta de la Comisión de Previsión y Seguridad Social. Debería sumarse la de Presupuesto, a cargo del oficialista José Luis Espert.
La apuesta de la oposición es pedir sesión con 172 voluntades dispuestas a colaborar, que es el número necesario para los dos tercios sin depender de ausencias. "Estamos a dos o tres votos. Si seguimos así, llamamos a sesión y dejamos expuestos a quienes quieran cambiar su posición", sostuvo Letra P alguien que participa de las negociaciones. No estaba fácil alcanzarlos, pero la rosca recién empieza.
Los números de las jubilaciones
Para llegar a dos tercios sin depender de bancas vacías o abstenciones, la oposición precisa sostener los 160 votos de junio y sumar al menos 12. Hay seis que estarán seguros: los cinco del Frente de Izquierda y Magalí Masteller (UP). El resto es pura rosca.
Claro que si se repitieran las 16 ausencias o un número menor, la mayoría especial vuelve a estar al alcance de la mano. En la UCR hay expectativa en la rebelión de un sector del PRO que no se pliegue a la obediencia debida que dispuso para este tema Mauricio Macri.
En junio hubo siete ausencias del PRO, entre ellas, la de la chubutense Ana Romero, que responde al gobernador Ignacio Torres -al igual que Jorge Ávila, que dejó su banca vacía- y las correspondientes a Héctor Stefani y Héctor Baldassi, quienes aún dialogan con Horacio Rodríguez Larreta.
El mayor compinche del exjefe de Gobierno, Álvaro González, ese día no se desmarcó de la alianza del PRO con el oficialismo. Pasó mucho tiempo. En junio tampoco quisieron participar de la votación cuatro representantes de Tucumán que suelen ayudar al Gobierno. Se abstuvo Paula Omodeo (CREO) y dejó sus bancas vacías el trío que responde al gobernador Osvaldo Jaldo: Gladys Medina, Agustín Fernández y Elia Fernández.
Los promotores de la reforma previsional creen que debatirla otra vez con el Presupuesto 2025 puede ser decisivo, porque habrá gobernadores que no tolerarán los recortes a sus provincias y, en ese nivel de tensión, a Milei le será muy difícil pedirles pagar el costo político de no aumentar las jubilaciones.
Los sospechosos de siempre
En la lista de mandatarios en zona gris están los radicales Alfredo Cornejo (Mendoza), Leandro Zdero (Chaco) y Gustavo Valdés (Corrientes). Los dos últimos intentaron evitar la sanción de la ley en el Senado, pero quedaron en minoría. A Cornejo sus correligionarios que militan la reforma le desconfían, aun cuando su tropa legislativa votó a favor en las dos cámaras.
Las jubilaciones son un tema en los que los presidentes suelen resignar aliados. De hecho, otros votos decisivos en el Senado fueron los de los partidos provinciales de Río Negro, Misiones y Santa Cruz. Los dos primeros suelen ayudar al Gobierno, pero en este caso los gobernadores explicaron que si había sesión, sus representantes votarían a favor. Así fue.
En Diputados también votaron la reforma referentes de Salta y Neuquén, mientras que los de San Juan se abstuvieron. Con el proyecto de Presupuesto 2025 sobre la mesa, sus gobernadores harán otra vez las cuentas.
Los sin tierra de EF y la UCR están dispuestos a exponer una conversión de los mandatarios y saben que cuentan con Unión por la Patria (UP), que tampoco puede garantizar plantel perfecto: en junio dejó su banca vacía el santiagueño Ricardo Daives, uno de los siete votos que controla Gerardo Zamora, quien también acostumbra a mirar el presupuesto con lupa. No será la excepción.
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