Verna y la trama de un discurso que encendió todo

Verna y la trama de un discurso que encendió todo

Desatado, contundente, desaforado, iracundo, retobado, beligerante, encendido... Cada uno de los dirigentes justicialistas consultados por el autor se refirió de distinta manera al discurso que dio el gobernador Carlos Verna en el Congreso Provincial del PJ en General Pico. En algo concordaron: fue más que claro en lo dicho.

 

La del sábado fue una movilización silenciosa en el justicialismo. De hecho, y si se compara con los congresos de los últimos años, convocados bajo la feroz interna que recorrió al PJ con presiones, amenazas públicas y faltazos, fue un cónclave calificado como "normal".

Como indicamos la semana pasada en esta columna, estuvieron representados todos los sectores y no hubo banderas -las que se vieron fueron contadas-, un hecho que rescató el propio mandatario. Se respiró, como se pretendía desde Casa de Gobierno, un aire de unidad. Por debajo, todo fue calculado. Los principales dirigentes de todas las líneas internas fueron convocados previamente a la unidad básica cercana y de allí caminaron juntos al salón. Todos ocuparon lugares en las primeras filas. Hasta desde el kirchnerismo hubo quienes se sacaron selfies sonrientes en pleno encuentro. El abrazo del mandatario al excandidato a gobernador que compitió con él en la interna del PJ, el jorgista Fabián Bruna, fue repetido nuevamente en esta oportunidad. Más claro, imposible. Señales y más señales. Eso fue lo que se quiso escenificar y transmitir: unidad en la diversidad, y con un liderazgo asumido.

Verna fue el único orador, marcando el signo de los nuevos tiempos. Fue una mise-en-scene -una puesta en escena, en criollo- del momento que vive el justicialismo pampeano y de lo que se pretende para la coyuntura que vendrá. Y con un tono duro para que no quedaran dudas de lo que quería transmitir a los que estaban allí: vernistas, marinistas, jorgistas, robledistas, lezcanistas y kirchneristas, entre los principales.

No fue solo un repaso de gestión, o una presentación de ocasión para cumplir con la formalidad de un congreso dictada por la carta orgánica partidaria. Fue un mensaje político, casi de arenga. Y sentando posición.

Verna encendió el fuego con cada frase. Veamos algunas, las centrales o más picantes: "Ahora vienen por nosotros", "nos hemos comido sapos y bien grandes algunos de ellos", "la mayoría (del gabinete macrista) son empresarios que viven en las burbujas que son los countries", "estamos en el túnel y lo que viene de frente es un tren que nos va a hacer mierda a todos", "debemos seguir una única bandera" y "dejemos de mirar hacia atrás".

En cualquier medio se puede leerlas, pero ahora profundicemos un poco en la trama del discurso. Vamos al primero de los mensajes. Verna sintetizó la relación actual con el presidente Mauricio Macri, pero también se adelantó a lo que vendrá en algunos meses. En las próximas elecciones legislativas esa será la línea del PJ frente a Cambiemos. El discurso, para muchos muy duro, homogeniza una posición política al interior del PJ, que no es ni más ni menos que lo que piensan la mayoría de las corrientes. En el Congreso los legisladores del PJ votarán proyectos del gobierno macrista y apoyarán la gobernabilidad, pero se sostendrá una postura crítica al rumbo actual de la gestión nacional y se continuará reclamando para La Pampa.

Vamos a otro de los mensajes. El gobernador marca el rumbo y da señales de consolidar la unidad al interior del PJ pampeano. Muestra el camino y alinea a todos. Frente a la dispersión y a la incertidumbre en el peronismo nacional, le da un sentido al justicialismo y llena los vacíos políticos que se observan fronteras afuera. Da certezas ante la incertidumbre. En La Pampa, a diferencia del escenario a nivel país, el PJ parece abroquelado.

El tercer mensaje. Verna convoca a cerrar filas y advierte que como ocurre en la provincia de Buenos Aires, el macrismo tienta, capta y suma peronistas a sus filas. Hasta la gobernadora María Eugenia Vidal incorporó un ministro del PJ. Y en territorio pampeano, funcionarios y dirigentes macristas recorren barrios de las principales ciudades y localidades del interior hablando con dirigentes intermedios. Esta cuestión no le escapa a muchos del justicialismo.

Cuarto mensaje de la trama discursiva. La prédica vernista fue en un ámbito partidario, pero fue también dirigido a los pampeanos en general. La defensa a los derechos e intereses de La Pampa, algo para nada novedoso en la discursiva del gobernador, estuvo presente. Verna cada vez que habla para los propios, lanza señales a los ajenos.

Finalmente, hubo quienes observaron la arenga del mandatario en un tono demasiado beligerante. Por demás encendida. Una postura que puede cerrar puertas a nivel nacional y hasta llevar a represalias. O cortar vínculos con algunos sectores no justicialistas. Desde la oposición, más de uno leyó entrelíneas que el tono elevado de las palabras sirvieron también para tapar cualquier problema de gestión.

El discurso de Verna, como pieza simbólica, unifica, simplifica y sintetiza la postura del PJ pampeano. Pero también se adelanta a los tiempos que vendrán. De a poco, el 2017 va tomando color y temperatura.

Comentá la nota