Es difícil pensar que la inflación bajará 10 puntos este año. La única varianle de ajuste que le queda al gobierno es bajar los ingresos de los trabajadores.
Para la ideología neoliberal del actual gobierno, reducir la inflación a su mínima expresión es un dogma, un mandamiento. Así como hay un "No robarás" o un "No desearás a la mujer del prójimo", existe para los funcionarios de Cambiemos un "No tendrás inflación". Sin embargo, la suba de la meta anunciada el 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, significa el sinceramiento del fracaso de la política antiinflacionaria.Su undécimo mandamiento no se cumple.
El primer año la meta se fijó en el 25% y el resultado fue el 40%. El segundo, dijeron que sería entre 12% y 17% y fue del 25%. Ahora comenzaron el año diciendo que sería del 10%, pero como era insostenible "recalibraron" al 15% para llegar a la meta. En realidad, el año que inicia viene muy complicado: diciembre dio 3 y pico por los tarifazos y dejó su efecto inercial para enero; febrero vino con el incremento del transporte, muy arriba del 30%; las prepagas gotean aumentos todos los meses por encima de la inflación; la luz subió un 25% en promedio, pero en los consumos medios y altos llega hasta el 40%. En este tema es imprescindible develar algo que se oculta: el aumento de la luz incluye una "compensación" de 10.500 millones de pesos a Edesur y Edenor, que los usuarios de todas las categorías deberán pagan en 48 cuotas.
Cabe preguntarse, ¿qué compensa en realidad? Como había elecciones en 2017, se postergó el aumento de las tarifas, por lo tanto, se simuló que el aumento era menor. Pero ahora, usuarios, ¡a pagarle a las empresas lo acordado por el ministro Aranguren!
Se suma a esta seguidilla que en gas se prevé desde abril al menos un aumento del 50% (Ámbito Financiero, Silvia Peco). El precio de los combustibles fue liberado, para que suba semana a semana si hiciera falta. El dólar se movió en enero y sigue para arriba. Ante este panorama cargado de incertidumbre, la reciente gira presidencial fue precedida por la creación de una gran expectativa: vendrían inversores de toda Europa que dinamizarían la economía. Sin embargo, una vez más el Presidente retornó con las manos vacías.
La corporación mediática intentó instalar la idea de que Francia había cedido con una oferta "superadora" respecto al cupo de carne. Sin embargo, los franceses sólo aceptaron pasar de 70 mil toneladas a 90 mil, mientras Macri pedía 200 mil. La Cancillería de nuestro país y el Presidente esperaban un "gesto Macron" a favor de Argentina. Lo paradójico es que dos días antes el presidente francés se había trasladado a la campiña de su país y les dijo a sus agricultores que la entrada de carne sería "desestabilizadora para ese excelente sector". En definitiva, hizo lo que hacen todos los gobiernos, sean de derecha o izquierda: defendió a sus agricultores y a sus PyMEs.
Por todo lo señalado, es difícil pensar que la inflación bajará 10 puntos. Así las cosas, la única variable de ajuste que le queda al gobierno es bajar los ingresos de los trabajadores. Por eso modificaron la formula de actualización de las jubilaciones y de la Asignación Universal por Hijo.
La reforma impositiva fue una concesión a las empresas para que paguen menos impuestos, así que no podemos esperar de ahí una baja de la inflación. En todo caso, lo que el Estado deja de recaudar acentuará el déficit fiscal.
En este marco se desplegó una campaña contra las organizaciones de los trabajadores para debilitarlas: empezaron contra la "mafia del juicio laboral", luego intervinieron sindicatos y ahora iniciaron una cruzada antisindical "contra la corrupción". Sin embargo, estas "inmoralidades" no les preocupaban cuando cerraban la campaña presidencial inaugurando junto con Hugo Moyanomonumentos a Juan Domingo Perón. Para el entonces candidato Mauricio Macri, el camionero que ahora "es corrupto" en ese momento "era impoluto". La incoherencia es flagrante.
Y ya en este 2018, el Presidente comenzó firmando un decreto para impedir la paritaria nacional docente, violando una Ley Nacional. A los bancarios les ofrecen el 9%, mientras el funcionario aliancista crónico, Hernán Lombardi, ya adelantó que este año no habrá ningún aumento salarial para los trabajadores de la Televisión Pública. Por su parte, el ministro Nicolás Dujovne pidió que no haya cláusula gatillo. Resulta que, a pesar de que en 2017 fue la línea oficial, ahora es un anacronismo inaceptable. Los privados esperan 22% de inflación, lo cual deja en evidencia que el 15% proyectado por el Gobierno Nacional es ficticio.
Todo indica entonces que el verdadero mandamiento que se proponen cumplir es bajar las jubilaciones, la Asignación Universal por Hijo y los ingresos de la clase media. Y ahora el dogma es imperativo: bajar los salarios de los trabajadores. Veremos qué depara el nuevo año.
* Juan Carlos Junio es Secretario General Partido Solidario y Director Centro Cultural de la Cooperación "Floreal Gorini"
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