Con el objetivo de reforzar su estrategia como “outsider” de la política, Patricia Bullrich se mostrará como presidenciable del PRO en lugares de veraneo “poco tradicionales” para los dirigentes. Lo que dejó el “enojo” con Milman y el efecto del fallo de la Corte.
Por
LUCAS BO
Tras las fiestas de fin de año, la temporada de verano será testigo de múltiples campañas de cara a las elecciones de 2023. Los distintos dirigentes con aspiraciones a ir en las listas se pasearán por distintas ciudades para contar sus propuestas. A diferencia de lo que marca el manual de política en épocas como estas, Patricia Bullrich organiza una gira “alternativa” para reforzar su estrategia de mostrarse como una dirigente “outsider” que no está alineada con el sistema tradicional. Una recorrida “gasolera” y sin “estructura”, adelantan.
Bullrich prepara para enero y febrero “una agenda de verano no tradicional”, según describieron en su equipo de campaña, que hasta hace pocas semanas era liderado por Gerardo Milman. El diputado nacional perdió la confianza de la exministra de Seguridad por su “poco compromiso”, según describen en el quioo de Bullrich, y en su lugar quedó el legislador porteño Juan Pablo Arenaza, quien acompaña a Bullrich desde 2002.
El equipo de campaña de la presidenta del PRO define los detalles de un itinerario que todavía no está cerrado pero, según revelaron a El Destape, “en vez de ir a los lugares típicos de la política, recorrerá destinos alternativos”. Es decir, en vez de ir por Mar del Plata y Pinamar, a la exfuncionaria de Cambiemos se la verá por Monte Hermoso, Necochea, entre otros balnearios a los que suelen acudir mayoría de turistas que no provienen del conurbano bonaerense.
Misma metodología adoptará para el resto del país, ya que no elegirá las principales ciudades turísticas y le dará mayor importancia a fiestas regionales con menos prensa nacional. “Bullrich no es una candidata del sistema y la elección de los lugares tendrá que ver con eso”, agregaron sobre la gira paralela que responde a una estrategia de no caer en los lugares comunes de la política y salir del formato no tradicional.
Desde que Cambiemos dejó el Gobierno y con el fuerte surgimiento del libertario Javier Milei, Bullrich comenzó a recorrer el país y a mostrarse como una “outsider” de la política, pese a su largo historial en la política argentina. Sin embargo, después de experiencias en cargos ejecutivos y derrotas electorales, hoy siente que es su mejor momento de popularidad y lo que viene será posiblemente su The last dance.
Pero no está sola dentro del PRO en ese objetivo. Los otros presidenciables son Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, sumado a que todavía no se conoce qué hará Mauricio Macri. Algunos intendentes como Julio Garro (La Plata) buscan que haya un candidato de unidad definido puertas adentro del partido y no ir divididos en la elección; y de eso la intentó convencer semanas atrás cuando Bullrich pasó por La Plata para la inauguración de un local y mostrarse con tres candidatos que ella promueve para intendente en esa ciudad: Juan Pablo Allan, Daniel Lipovetzky y Mauro Palummo. Bullrich le dejó en claro que su candidatura está firme. Esa misma noche, Garro venía de acompañar y expresar su apoyo a Rodríguez Larreta en un acto en el que virtualmente se lanzó como candidato a Presidente. En la provincia de Buenos Aires, como candidatos a gobernador impulsa a Néstor Grindetti, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel.
Milman, al freezer
El exdirigente del GEN de Margarita Stolbizer, que pasó a las filas del PRO cuando Bullrich se convirtió en ministra de Seguridad y lo convocó a trabajar con ella, quedó involucrado en la causa judicial que investiga el atentado contra Cristina Kirchner. Si bien Bullrich considera que es una “operación” atribuirle a Milman responsabilidad detrás de ese ataque, sí se molestó por la exposición pública de las asesoras que lo acompañan y por eso decidió separarlo de ese lugar.
“No tiene más la confianza de Patricia”, juran desde el equipo de la ex ministra de Seguridad y aseguran que “está furiosa” con él porque recuerdan que no solo lo llevó a trabajar en el Ministerio de Seguridad sino que también lo hizo diputado nacional y hasta diputada bonaerense a su esposa, Florencia Retamoso.
El discurso de Bullrich se basa en la anticorrupción y en despojar prácticas de la “vieja política”, por eso el enojo por el mal uso de los recursos luego de que se conoció la imputación del fiscal Stornelli a Milman por dádivas, la aparición de dudosas facturaciones y los cuestionamientos por la contratación de sus dos asesoras. “Son desprolijidades de Milman, no es ilegal pero contrató asesores sin currículum”, advierten.
El fallo de la Corte Suprema
Mientras Bullrich arma su gira de verano y busca no quedar pegada a Milman, la semana pasada se conoció la decisión de la Corte Suprema de otorgar la cautelar que le permite a la Ciudad de Buenos Aires incrementar la cantidad de fondos coparticipables que recibe. Lecturas políticas y periodísticas de las que se hacen eco en el bullrichismo es que los cuatro supremos jugaron electoralmente y le entregaron fondos clave a Larreta de cara a un año electoral.
Tras la decisión del máximo tribunal, el Frente de Todos confrontó a Rodríguez Larreta y el jefe de Gobierno gozó de un protagonismo que lo mostró como principal opositor y así dejó en segundo plano y como acompañantes en esa batalla al resto de Juntos por el Cambio. Bullrich sabe que no es la candidata del “sistema” y busca mostrarse confrontativa con corporaciones empresarias, gremiales y judiciales. Entiende esa alianza con la que cuenta el jefe de Gobierno porteño, su rival más próximo, y lo utiliza para diferenciarse en la interna mientras mantiene firme su precandidatura, aunque en su entorno advierten, en referencia al artífice de la Santa Inquisición: “Si percibimos que nos quieren cagar la vida estos poderes, podemos ser (Fray Tomás de) Torquemada”.
Prueba de ello es que Bullrich adelantó este domingo en un comunicado que presentará el lunes una denuncia penal contra el presidente Fernández y los 19 gobernadores que apoyaron su oposición al fallo de la Corte. La líder del PRO y los diputados nacionales Fernando Iglesias y Sabrina Ajmechet los acusarán de los delitos de sedición y traición a la Patria.
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