El senador y exgobernador rionegrino falleció a los 75 años. Apasionado por la política, militó en el radicalismo hasta último momento. Hoy lo despiden en Roca.
El senador y exgobernador Pablo Verani falleció en Roca a los 75 años en el Sanatorio Juan XXIII, luego de un largo proceso en el que se debilitó primero su sistema respiratorio y luego sumó otras complicaciones.
En paralelo a los problemas físicos, el declive de su salud se acentuó tras la trágica muerte de su sobrino "Pablito", ocurrida el 26 de abril de este año en una ruta de Mendoza.
El último caudillo radical para muchos, dueño de un estilo de conducción controvertido pero influyente, Verani fue protagonista de la vida institucional rionegrina desde el regreso de la democracia, en 1983.
Había nacido en la provincia de Reggio Emilia, Italia, el 7 de febrero de 1938. Su familia se dedicaba allí a la agricultura y su padre era destacado político local, pero tuvieron que dejar el país ese mismo año. Ya en la Argentina, se asentaron en Allen, donde continuaron con la actividad agrícola.
Pablo, el menor de los dos hermanos, se recibió de abogado en Buenos Aires y regresó a Río Negro para ejercer la profesión, además de desempeñarse como docente en el Colegio Domingo Savio de Roca.
El interés por la política despertó temprano y desde joven estaba afiliado al radicalismo.
Desde el 10 de diciembre de 1968 hasta el 23 de agosto de 1971 integró el Consejo Asesor Vecinal –especie de concejo deliberante no electivo– durante la segunda comisionatura de Adalberto López Lavayén y luego con la de Pablo Fermín Oreja, bajo la gobernación de facto de Roberto Requeijo. En este último cargo estuvo poco tiempo, y dijo en su nota de renuncia: "Hoy más que nunca General Roca debe deponer las divergencias que surgen de su heterogeneidad, en aras de una unidad que sirva en forma definitiva para apuntalar su futuro". Años después se sinceró sin filtros: "Estuve un mes, era una comisión de vecinos, yo me fui porque Oreja se manejaba solo, sin consultar, no nos daba ni cinco de pelota". Un Verani auténtico.
El 28 de agosto de 1983 se presentó a las internas para el cargo de primer concejal del Deliberante (figura que siete años después sería reemplazada por la de intendente). Su lista, representando a Línea Nacional, obtuvo un amplio triunfo. En las generales del 30 de octubre de 1983, que marcaron el retorno a la democracia en todo el país, fue elegido presidente del Concejo Deliberante de Roca por dos años, con el 48% de los votos. El mismo día, Osvaldo Álvarez Guerrero obtuvo la gobernación de Río Negro y Raúl Alfonsín fue elegido presidente de la Nación.
Dos años después, el 3 de noviembre de 1985, Verani fue reelecto por otro período, esta vez con el 58% de los votos.
El 10 de diciembre de 1987, con Horacio Massaccesi como gobernador, Verani juró como diputado provincial y fue electo presidente de la Legislatura. Tras la reforma de la Constitución de Río Negro de junio de 1988, que creó la figura, en noviembre de ese año fue designado como el primer vicegobernador en la historia de la provincia.
En agosto de 1991 fue elegido diputado provincial por la UCR, cuando en la provincia triunfaba la fórmula radical Horacio Massaccesi-Edgardo Gagliardi. Presidió el bloque oficialista y desde esa banca se proyectó para gobernador. Fue electo durante dos períodos: 1995 a 1999 y 1999 a 2003. En 1995 ganó por exiguos 640 votos a Remo Costanzo (PJ), y recibió una provincia con una severa crisis fiscal.
En su reelección del 27 de junio de 1999, y tras meses de negociaciones, fue el candidato de la Alianza junto con Bautista Mendioroz.
En el 2001 y siendo gobernador su estado de salud causó preocupación al detectársele un tumor en su pulmón derecho, que sobrellevó con monitoreos constantes y un riguroso tratamiento en un instituto especializado de Mendoza. Una década antes, en 1991, le habían hecho tres by pass coronarios en el Hospital Italiano, y siempre siguió desarrollando su actividad política, legislativa y ejecutiva con la misma intensidad a pesar de los consejos médicos en contrario.
En enero del 2003 asumió automáticamente la jefatura de la UCR nacional tras las renuncias de Ángel Rozas, Juan Manuel Casella y Walter Ceballos. Al culminar su mandato, en diciembre del 2003 fue designado ad-honorem como representante del gobierno rionegrino ante organismos internacionales, acompañando al exterior al entonces gobernador Miguel Saiz.
El 29 de julio del 2004 asumió la presidencia de la UCR provincial, llamando a la unidad, proponiendo la reelección de Saiz (apenas seis meses después de su asunción) y lanzando la reforma política elaborada por su partido. También exigió al gobierno nacional de Néstor Kirchner un llamado al diálogo político inmediato.
En agosto del 2007 su partido lo proclamó candidato a senador para las elecciones del 28 de octubre por la Concertación para el Desarrollo. Esta candidatura provocó la molestia y el dolor de su amigo Raúl Alfonsín, porque Verani iba en la boleta que impulsaba a Cristina Fernández de Kirchner para la presidencia.
De todas maneras, la relación nunca se quebró. Compartían una trayectoria común e incluso habían estado juntos en un momento crítico para ambos, como lo fue el accidente ocurrido en junio de 1999 en la Línea Sur, cuando la camioneta que los llevaba en el marco de la campaña volcó y el expresidente tuvo que ser internado en terapia intensiva en Roca. Cuando murió Alfonsín, el 31 de marzo del 2009, Verani dio uno de los discursos más emotivos para despedirlo en la Convención partidaria realizada a los pocos días en Viedma.
En el Senado acompañó muy pocos proyectos oficialistas en la Cámara Alta y se convirtió en un fuerte crítico del kirchnerismo.
No obstante esa pasión con la que vivía la política, Verani fue encontrando límites a su actividad cotidiana a partir de sus dolencias físicas.
En enero del 2011 fue intervenido en el Hospital Italiano por un problema en sus vértebras.
En junio del 2012 fue internado en una clínica de Roca por problemas respiratorios. En agosto no pudo asistir a la sesión en el Senado que trataría el caso de la exCiccone por un fuerte estado gripal que lo obligó a permanecer en su domicilio en Roca. Iba a votar por el "no". Nuevamente en octubre del 2012 ingresó al Italiano por un problema similar provocado por un pinzamiento vertebral.
En pleno debate en el Senado en febrero pasado debió retirarse del recinto por un malestar. Al día siguiente dio su discurso y votó en contra. Un mes después tuvieron que internarlo en Viedma, por una crisis coronaria.
En ese marco –y bajo el impacto de la muerte de su sobrino– decidió no buscar la reelección. Su sector acompañó la precandidatura de Fernando Chironi para las PASO del 11 de agosto pasado.
El inicio de septiembre lo encontró nuevamente en una clínica privada de Roca. Esta vez las dificultades se multiplicaron y su ánimo para enfrentarlas no era el mismo que antes.
El hincha de River, aquél buen ajedrecista, pero sobre todo el fanático de las carreras de caballos, puso punto final a una vida intensa, en la que construyó poder y lo ejerció sin medias tintas.
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