El consumo masivo sigue dando números negativos. Las ventas en los supermercados volvieron a caer 13,5 % interanual en mayo, según los datos que dio a conocer -ayer- el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). También mostraron caídas, en el mismo lapso, los autoservicios mayoristas y los shoppings. 

En las góndolas, las ventas acumulan 11 meses consecutivos de caída: desde julio de 2018. Y en lo que respecta a este año, las bajas promediaron siempre los dos dígitos. A precios constantes, las ventas sumaron un total de $22.872,2 millones, lo que representa -también- una caída de 1% respecto del mes anterior.

Si se consideran las ventas de mayo a precios corrientes, es decir sin considerar el impacto de la inflación, las ventas registraron una suba del 44,7%. Sin embargo, este nivel por debajo de la inflación, deja a la vista la merma en el consumo real.

Para compensar la pérdida de ingresos por la demanda, las cadenas de supermercados fueron reduciendo la cantidad de personal en sus megalocales. Según los datos oficiales, en un año, se contabilizaron 3.288 empleados menos en este canal.

Otro dato que surge del informe oficial, muestras que de las ventas totales a precios corrientes, el 34% de las compras se pagó en efectivo; el 27,3%, con tarjeta de débito y el 35,4, con plásticos de crédito.

El informe detallado del organismo oficial también dio cuenta de que las ventas en los autoservicios mayoristas, aquellos suelen proveer a los autoservicios chinos y almacenes de barrio. Estos, también tuvieron una caída del 13,5 % en un año.

La información oficial, se completó además, con la evolución de las ventas en los shoppings, que alcanzaron un total de $3.430,2 millones, según el organismo que conduce Jorge Todesca.

Esto representa un aumento de 5,5% respecto al mes anterior y una disminución de 18,7% a nivel interanual.

A partir del análisis de estos datos informados por el  INDEC, el economista NadÍn Argañaraz, del IARAF, explicó que  "el sector del Comercio viene siendo el de mayor incidencia en la caída de la actividad económica, reflejando la fuerte contracción del consumo que ocasionó la caída de poder adquisitivo real luego de la crisis de 2018".

"Como la suba de salarios estuvo por debajo de la inflación los primeros meses de 2019, la capacidad de compra de la población se vio muy erosionada", consideró la analista.

Según el analista, "abril fue el piso de la contracción y para que el consumo comience a recuperarse y con él, la actividad económica, es necesario una baja sostenida de la inflación", advirtió.

Para los meses siguientes, según la consultora LCG, "se esperan mejores indicadores en el consumo en línea con la baja de tasas del programa Ahora 12 anunciada por el Gobierno durante junio. Sin embargo, se mantendrán los niveles bajos y la reactivación de la demanda interna continuará dándose de manera delicada, dadas las altas tasas con las que está operando la economía argentina y los elevados niveles de inflación", señaló en su último informe.

Varios analistas estiman que la dinámica de desaceleración que viene mostrando el nivel de precios también puede repercutir favorablemente en los niveles de consumo al permitir una recuperación de los salarios reales y del poder adquisitivo. Se considera que, aunque magro, el repunte de la actividad sobre el final del año puede ayudar a desacelerar estos registros negativos tan elevados.