Es lo que trascendió después de un primer encuentro con el intendente. Los propietarios de las armerías calificaron de positivo el diálogo, pero su objetivo final es que se levante la prohibición
La medida anunciada el miércoles por el intendente José Corral, en torno a la suspensión por 90 días de la venta de armas y municiones en la ciudad, siguió generando repercusiones durante toda la jornada de ayer. Todo comenzó cuando en horas del mediodía, un grupo de legítimos usuarios de armas de fuego y comerciantes del sector, se dieron cita en Bulevar y Rivadavia para reclamar el levantamiento de la prohibición dispuesta a nivel municipal.
Durante la protesta, Esteban Clucellas, propietario de un comercio del rubro y tirador federado que participará del mundial de la categoría que se desarrollará la semana que viene en Argentina, expresó a Diario UNO su molestia por no poder acceder a la compra de cartuchos y municiones para seguir desarrollando sus actividades de forma normal, como sucedía hasta el martes pasado. En este sentido, sostuvo: “Es muy grande el perjuicio que me han generado. No es fácil bancar a los empleados y el alquiler. Hace tres días que no entra una persona al negocio ni a preguntar precios”. En tanto señaló que la medida lo perjudica más en su carácter de legitimo usuario, ya que no puede acceder a los insumos necesarios para ir cazar, o para entrenar y competir deportivamente.
Consejo Especial
Posteriormente a la protesta, los dueños de las armerías fueron recibidos por espacio de una hora por el intendente José Corral. Luego del encuentro, varios de los participantes destacaron que el balance del diálogo fue positivo, pero reiteraron su intención de que se revea la situación. En este sentido, Andrés Recce, comerciante del rubro, contó que se les propuso trabajar intensamente en un Consejo Especial para formular algunas mejoras en el sistema de control de venta de armas y municiones.
Dicho Consejo consistirá en sucesivas reuniones de trabajo que permitan flexibilizar la medida dispuesta por la Municipalidad y que esto permita a los comerciantes seguir vendiendo armas y municiones. La intención del sector es empezar la semana próxima con otro panorama.
En cuanto a lo dialogado sostuvieron que el mandatario municipal les explicó las razones de la medida y la falta de seguridad que está sufriendo la ciudad, y dijeron estar de acuerdo con el diagnóstico. Raúl Rodríguez, otro de los participantes del encuentro, manifestó que los dueños y trabajadores de las armerías son todos hombres de buena voluntad y creen que existe la posibilidad de encontrar medidas superadoras, sin dejar de reconocer que la inseguridad es un problema gravísimo.
Rodríguez sostuvo que lo que molestó y que también se planteó, es la forma en la que se implementó la medida en la que ellos ven claramente vulnerados algunos derechos. Para el sector afectado: “En un principio hubo un desconocimiento muy grande en la forma en la que se comercializan las armas y ese desconocimiento llevó a tomar algunas medidas arbitrarias. Eso sería aceptar que somos parte del problema, y que por lo tanto seríamos partícipes de la inseguridad. Esto quedó de manifiesto que no es así. A nosotros nos regula una entidad nacional como es el Renar”.
Por su parte, Darío Hartmann señaló que están buscando la forma de seguir trabajando porque es el único medio de vida que tienen y el perjuicio económico es muy importante. “Hay muchas familias atrás de esta actividad. En Santa Fe nos conocemos todos, y hay armerías de 30 años de trayectoria que se dedican al rubro”, aseguró.
En cuanto a la pérdida de ventas indicó que es difícil de estimar, ya que el movimiento en los locales es relativo y varía según el día y la temporada del año. “La gente ni pregunta, yo vendo artículos varios, pero no entran para comprar nada de nada. Porque cuando la gente va a cazar también compra chalecos, o elementos relacionados con el tiro deportivo. Hoy no entra casi nadie al local”.
Varios de los dueños de locales asistieron al encuentro con Corral con sus asesores legales, y si bien salieron conformes con el diálogo, sostuvieron que no está descartada ninguna medida, en alusión a la posibilidad de presentar un amparo para levantar la prohibición. Sin embargo, reconocieron que por ahora el escenario es otro, y que en estos momentos hay un compás de espera para poder seguir trabajando en busca de una solución. Aunque en principio la medida sigue firme, los armeros mantienen la esperanza de encontrar un régimen que les permita a ellos seguir operando como lo venían haciendo hasta comienzos de semana.
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