El herrero de 54 años fue indagado en el hospital Regional, durante más de cuatro horas. Dijo que su esposa lo “obligó” a concretar la masacre del barrio Siglo XXI 750 Viviendas.
Fue una jornada agotadora para las autoridades judiciales. Alrededor de las 13.20 de ayer, la jueza del Crimen de Primera Nominación, María Lucrecia Martínez Llanos, y la fiscal,Aída Farrán Serlé, con sus colaboradores, se presentaron en la sala 4 del hospital Regional, donde las esperaba “la bestia”, René Sequeira (54 años).
El acusado de asesinar a golpes a su esposa, Viviana Himelfard (42) e intentar hacer lo mismo con sus dos hijos, de 4 y 2 años, quienes se encuentran en grave estado, las esperaba en una de las habitaciones. Estaba solo, sin la compañía de otros pacientes. La indagatoria del confeso homicida se extendió hasta minutos antes de las 18.
Durante más de cuatro horas, “la bestia” detalló minuto a minuto cómo sucedieron los hechos el domingo pasado, ocasión en la que protagonizó la masacre en la casa de la manzana 30, lote 3 del barrio Siglo XXI sector 750 Viviendas y dijo en un momento que se trató de un supuesto pacto suicida.
“Veníamos hablando con Viviana para irnos los cuatro de este mundo porque no estábamos bien”, manifestó el herrero y carpintero, además de aprendiz de violín.
El hombre no quedó conforme con ello y reforzó su justificación de golpear a su esposa hasta matarla y de provocarle gravísimas lesiones óseas e internas en la cabeza de los niños, a tal punto que hoy luchan por su vida en el Cepsi, donde están internados en coma inducido.
“Ella (por Viviana) me obligó a hacer esto”, afirmó ante las autoridades judiciales, quienes aún se encuentran conmocionadas -como toda la población- por el brutal hecho protagonizado por Sequeira, quien es considerado por los investigadores como “muy inteligente” y “manipulador”, dos de las características apuntadas también por la familia de la víctima.
El asesino dijo que “no tenía plata” para pagar un abogado -ningún letrado tampoco se ofreció a defenderlo-, por lo que lo asistió la defensora oficial, Elba Mendoza. Ante la funcionaria, Sequeira dejó caer unas pocas lágrimas por primera vez. Fue cuando le dijeron que su esposa estaba muerta, pero que sus hijos estaban en grave estado. El homicida manifestó sorpresa, al parecer, porque creía que estaban sin vida.
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