El mercado inmobiliario, a muy pequeña escala, también tiene una variante en las tomas de esta localidad. Ayer se confirmó la venta de al menos cinco terrenos en un asentamiento del barrio Hibepa.
A pesar de ser ilegal, se detectaron ventas de lotes a otros vecinos que llegaron a pagar 5 mil pesos con tal de tener una parcela donde levantar un techo.
Así lo conformó el presidente de la comisión vecinal, Miguel Figueroa, quien dijo que los vecinos del lugar quieren que la toma se reubique en otro punto de la ciudad.
El terreno en cuestión fue cedido en noviembre de 2014 por el Concejo Deliberante a la Fundación Tiempo de Niños, abocada al tratamiento de los chicos con cuadros de desnutrición. Allí, en un futuro, se construirá una sede del Centro Conin, que lucha contra la mala nutrición de los niños.
Pero la toma “9 de Febrero” (llamada así por el día de inicio de la usurpación) preocupa sobremanera a los vecinos, que hace unos meses intentaron sacar -sin éxito- a las familias ocupantes.
Los terrenos están ubicados en las calles Pérez Novella y Néstor Barros, y la misma Fundación Tiempo de Niños también denunció que hubo al menos unas cinco ventas de lotes.
Las mediaciones entre el Municipio, la fundación y los representantes de la toma aún no han logrado destrabar el conflicto y las soluciones están lejos.
“Nos hemos reunido dos veces, pero aún no hemos tenido una respuesta. Vinieron de la Municipalidad pero no de la Provincia. Lo que pedimos la reubicación de la gente”, dijo Figueroa.
Los usurpadores aún no construyeron viviendas, pero algunas casillas ya tienen el contrapiso, una señal que alarmó a los vecinos del barrio, que no quieren que la toma se consolide con el tiempo.
“Eran unas 40 personas y ahora son unas 20. Estamos preocupados. Hay órdenes de desalojo a las que se le da prioridad, pero a esta no”, se quejó el vecinalista.
Puntualizó que se han vendido terrenos a valores de entre 4 y 5 mil pesos. “Hay de todo, gente que lo necesita y otros que ocupan para después vender”, acotó.
Figueroa añadió que quiere llegar a una solución urgente en el conflicto para que la fundación pueda construir el edificio y así iniciar el proyecto para cobijar a los niños con bajo peso.
“Por eso necesitamos rápidamente una respuesta de los funcionarios. Los vecinos están enojados y no quieren que la toma continúe en ese lugar”, concluyó.
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