El magistrado que declaró inconstitucional la restricción a los adultos mayores hace culto del bajo perfil, pero rompió el mutismo y expuso al jefe de Gobierno. Sus puentes con Angelici y el PRO.
La rebobinada que ensayó el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta ante la restricción de circulación a las personas de tercera edad fue maratónica. En pocas horas, el oficialismo de la Ciudad apuró el paso para deshacer la medida y buscó aminorar el repudio de la opinión pública, acrecentada por una estampida de referentes de la cultura y el arte que cuestionaron a viva voz al jefe de Gobierno. De ese descontento emergió el juez porteño Lisandro Fastman, que hizo lugar al reclamo de un jubilado que pidió frenar esa normativa. El “velocista”, como lo conocen sus colegas, jamás imaginó que la declaración de inconstitucionalidad lo llevaría a la primera plana mediática, la que se esfuerza por ocultar.
Acostumbrado al bajo perfil y reconocido entre sus pares como un “académico”, Fastman es un magistrado “anti primetime” que reniega de los flashes. Se aleja de los movimientos de sus colegas Roberto Andrés Gallardo y Patricia López Vergara, reconocidos por sus fallos ruidosos, que ponen en vilo al PRO y ocupan minutos de aire en televisión y radio.
El larretismo hizo circular la resolución para exponer al magistrado, pero el sector judicial del PRO movió rápido para avisar que Fastman es un hombre cercano al universo macrista. Aunque marca distancia, integra la lista de jueces que compiten por integrar el Consejo de la Magistratura y que apadrina Daniel Angelici. Esa nómina tiene candidatos a la Magistratura y al Jurado de Enjuiciamiento, campo donde compite el titular del juzgado N°14.
Pese a ese vínculo, no integra la agenda de contactos frecuentes de Angelici. No es Martín Converset, que encabeza esa lista y sí tiene una ligazón directa con el expresidente de Boca Juniors. Fastman llegó a las huestes PRO debido a su vínculo con el exjuez Guillermo Montenegro, ahora intendente de Mar del Plata, y con el tiempo se acercó al angelicismo.
Sin embargo, la ligazón con el PRO tiene vaivenes. "El más rápido", como lo cargan sus compañeros de ruta judicial (debido a la traducción al inglés de su apellido), aspiraba a integrar la Cámara Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad. Corría con el aval PRO para ingresar pero, a último momento, se cayó el apoyo macrista para que le prorrogasen la orden de mérito.
A punto de cumplir 43 años y a cargo del Juzgado N°14 (Contencioso, Administrativo y Tributario) desde 2013 en los últimos días avanzó con dos medidas que golpearon al gobierno porteño: el freno al permiso para circular a adultos mayores, que intentó aplicar la Ciudad, y la cautelar que obliga al gobierno porteño a proporcionar insumos para prevenir el contagio de coronavirus a los trabajadores del Hospital Ramos Mejía.
Cuando juró como juez en el Teatro Colón, jamás imaginó este momento de exposición y diatriba con el PRO. La situación de estar de turno en esta feria judicial de emergencia, producto de la cuarentena, lo puso en un brete y, en ambos casos, falló en contra de los intereses de Rodríguez Larreta.
El equipo de abogados de la Procuración porteña primero cuestionó la legitimación procesal de quien hizo el amparo, por tener domicilio en provincia y ejercer la profesión de periodista (exceptuada por el Gobierno). Cuando venía la embestida oficial, Rodríguez Larreta ordenó retroceder y no habrá apelación a la resolución de Fastman ni los mayores de 70 años deberán tramitar un permiso para circular.
La decisión de cómo responder al repudio público y, de todas formas, garantizar que los porteños de la tercera edad -por caso un fragmento social en el que el PRO es muy competitivo- continúen en sus casas ocupó buena parte de la agenda del lunes de Larreta. El gobierno porteño optó por aumentar el número de voluntarios para forzar a los abuelos a que no rompan el aislamiento y así bajar su exposición al contagio.
Graciela Borges se sumó al colectivo de actrices que repudió el permiso para circular.
Por esas horas, en los celulares de los ministros porteños corrían a la velocidad de la luz las imágenes de Nacha Guevara y Graciela Borges haciéndole "uck you"al jefe de Gobierno. El repudio generalizado de referentes de la cultura apuró la decisión de voltear la medida y de no batallar contra la decisión del juez Fastman. A última hora del lunes, Rodríguez Larreta llamó personalmente a Graciela Fernández Meijide para explicarle la medida de prevención, horas después de que la exministra de la Alianza haya convocado a rebelarse contra la medida de la Jefatura de Gobierno.
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