Los barrios de Abel Amaya, Isidro Quiroga y Juan XXIII, en Comodoro Rivadavia, conviven con el problema desde que se instaló la planta de tratamiento del Cordón Forestal.
Los vecinos de los barrios de zona sur que comprenden el triángulo de Abel Amaya, Isidro Quiroga y Juan XXIII, en Comodoro Rivadavia, están cansados de vivir con olor a cloacas y no ven solución a la vista. Desde hace años, tienen que soportar olores nauseabundos y moscas por la cercanía con la planta de tratamiento del Cordón Forestal, que recibe las aguas residuales de gran parte de la ciudad.
"Es una situación insostenible, no podemos abrir las ventanas ni salir al patio porque el olor es insoportable. Además, hay mucha suciedad y moscas que nos traen enfermedades. No podemos vivir así", expresó una vecina del barrio Abel Amaya, que prefirió mantener su nombre en reserva.
Los vecinos han reclamado en innumerables ocasiones ante las autoridades municipales y provinciales, pero parece no haber respuestas ni soluciones a la vista. Según denuncian, la planta de tratamiento no funciona correctamente y no cumple con las normas ambientales. Además, aseguran que el temporal del 2017 agravó el problema al dañar las instalaciones y las redes cloacales.
"Nos sentimos abandonados. Hemos presentado notas, firmas, petitorios, pero nadie nos escucha ni nos da una solución. Queremos que se haga una obra urgente para mejorar la planta de tratamiento y que se controle su funcionamiento. No pedimos nada más que vivir dignamente", manifestó otro vecino del barrio Isidro Quiroga.
Según informaron desde el Municipio de Comodoro Rivadavia, existe un proyecto para implementar un sistema integrado de tratamiento de las aguas residuales y el posterior reuso para riego forestal en la zona del Cordón Forestal. El intendente Juan Pablo Luque gestionó fondos ante el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA) para llevar adelante esta obra, que tiene un presupuesto aproximado de 1.200 millones de pesos.
Sin embargo, los vecinos afectados por el olor a cloacas desconocen el avance de este proyecto y reclaman una solución inmediata. "No sabemos nada de esa obra ni cuándo va a empezar ni cuánto va a durar. Mientras tanto, nosotros seguimos padeciendo este problema todos los días. Queremos una respuesta ya", expresó una vecina del barrio Juan XXIII.
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