Los vecinos de las manzanas 1 a 10 de ese barrio denuncian que esta compañía, para evitar que se rebasen las cámaras sépticas cuando usan el baño y que el líquido cloacal emerja desde los inodoros hacia el interior de las casas, hizo zanjas desde las bocas de tormenta para derivar las aguas servidas hacia el canal Oeste.

Además, dicen que para impedir que el problema se agrave les suelen cortar el servicio de agua potable desde las 17 de un día hasta las 7 de la jornada siguiente.

Los afectados hacen hincapié en que padecen este problema hace más de tres años y temen que puedan propagarse enfermedades respiratorias y dermatológicas. Solicitan a Aguas del Norte, empresa a la que han presentado más de 2.000 notas de reclamo, que proceda a la revisión y limpieza de las cámaras sépticas.

Los inconvenientes derivados de esta situación incluso motivaron peleas y desencuentros entre vecinos que concluyeron en denuncias policiales cruzadas. Sucede que algunos de ellos optaron por emular el ejemplo de la compañía que provee de agua potable a la provincia e hicieron una zanja dentro de sus viviendas para llevar el líquido hacia el canal. Así las calles se convirtieron en depósitos de inmundicia que otros buscan que no corra por sus veredas y, por ello, colocan barricadas de tierra que obstaculizan el paso del agua.

“Las cámaras de las cloacas se revientan en forma constante y por la noche hay un olor insoportable. Hace cuarenta y cinco años que vivimos aquí, treinta que nos dieron las cloacas y tres que sufrimos por esto”, detalla Angélica González, que vive en frente del canal oeste. Esta vecina agrega que ya se acostumbraron a condicionar el aseo del hogar al periodo en que tienen el servicio y que acumulan reservas de agua potable en tachos y bañaderas para continuar con sus actividades habituales de 17 a 7.

“En realidad lo que tenemos es un minirriachuelo. Se nos ríen en la cara. Cómo será que la solución para que las calles y las casas no estén con aguas servidas no se rebasen fue meter una manguerita y luego irse; pero al rato brota todo otra vez”, manifiesta Marcelo López, otro vecino. “Es una emergencia sanitaria que está sufriendo el barrio. Le deberían haber dado prioridad y enviar equipos y maquinarias para hacer la obra como corresponde. Ponéle que vengan y nos hagan de nuevo las cloacas, ¿qué pasará con el canal contaminado?”, cuestiona.

Pavimentación cuestionada

Marcelo López también cuestionó las obras de pavimentación que se están realizando en el barrio. Dice que el pavimento se realiza con menos hormigón que el necesario y que las bocas de tormenta se construyen con hierro usado. Añade que la primera medida que tomaron al percatarse de ello fue advertir al secretario de Gobierno de la Municipalidad, Roque Mascarello, al secretario de Obras Públicas, Federico Gauffín, y al área de inspección de Obras Públicas. También tuvieron acceso al pliego de licitación de la obra y pudieron constatar que los trabajos no cumplen con los requisitos allí pautados.

“El presupuesto está inflado”

Marcelo López, quien trabajó en empresas de pavimentación, cuenta que los vecinos tuvieron acceso al pliego de licitación de la obra y pudieron leer que “una vez tomados los niveles se hará una caja de 40 cm de espesor. De aquellos se destinarán 15 cm como mínimo a una cámara de base granular, compactada y regada ( de 0,5 o 0,10) y 20 cm de hormigón. En los márgenes izquierdo y derecho los moldes tienen 15 cm, pero en el centro de la caja 11 o 12 cm. Si están ahorrando 4 cm por m2, en 100 m están ahorrando 40 cubos de hormigón (H 21), es decir, 28.000 por cuadra. Las tres cuadras serían 60 a 80 mil pesos de base granular, más combustible, obreros y compactación... es plata que están robando”. Calcula que así la empresa adjudicataria Hidro Construcciones ahorra alrededor de 400 mil pesos del millón que recibirá por el trabajo.