Los vecinos estaban más tranquilos con un cabaret

Los vecinos estaban más tranquilos con un cabaret
En el barrio Belgrano se quejan de los ruidos que se generan en el local convertido en salón de fiestas.

Vecinos del barrio Belgrano están cansados de que cada fin de semana se convierta en una zona imposible de habitar cuando un salón de fiestas ubicado en Bolívar y Huiliches abre sus puertas.

Desde que esa esquina dejó de ser el tradicional cabaret Miau Miau, las cosas cambiaron para los vecinos que ya se olvidaron de lo que significaba dormir tranquilos un sábado por la noche.

Fiestas, música a todo volumen, recitales, gritos, jóvenes alcoholizados y bocinazos son el panorama habitual. Desde 2011, los fines de semana por la noche se convierten en un calvario para esos vecinos que viven a pocos metros del balneario municipal.

“Gracias a Dios es sólo los fines de semana, si no estaríamos todos internados”, dijo Orfelina Inostroza, una de las mujeres que vive frente al salón. “Esa noche de fiesta nadie duerme. Y esto es todo el año”, agregó María Cristina Nadal.

Los vecinos que desde siempre habitan en el barrio destacaron que durante 30 años el cabaret que funcionó no generó ningún problema. “Era todo más discreto, ni autos teníamos porque venían en taxi”, relataron.

Sin embargo, todo cambió cuando la tradicional esquina de Neuquén en medio del barrio Belgrano se convirtió en un pequeño salón de fiestas. Como el alquiler del espacio no es de un costo excesivo -el año pasado no superaba los 600 pesos según contaron los vecinos-, muchas de las fiestas están organizadas por jóvenes.

“Cada vez son más las fiestas y los que vienen, parece que se hizo conocido por el boca en boca”, expresó otra de las vecinas, María José Zingoni, quien fue la encargada de acercarse al municipio en diciembre de 2011 para denunciar la situación en Atención al Ciudadano. En ese momento presentó la queja a la comuna y entregó un video donde se observa el movimiento y ruido que genera el salón. Sin embargo, dijo que hasta la fecha no tuvieron respuestas sobre la denuncia.

Ruidos y peleas

Los vecinos buscan soluciones para pasar la noche. “Yo me voy a dormir a la casa de mi hermana”, contó Inostroza. “Él se queda mirando boxeo, mirando televisión”, agregó la vecina por su marido. “Hay veces que no nos animamos a salir”, agregó Nadal.

“El nivel de acústico no está preparado, además como es un salón chico las puertas por lo general siempre están abiertas. Y acá no se corta a las seis de la mañana, sino a las ocho o a las nueve”, agregó Gerardo Zingoni.

Contaron que los que salen a trabajar los fines de semana se encuentran siempre con un panorama bastante molesto: chicos borrachos en la calle, bocinazos, a veces algunas peleas. “Es un lío bárbaro, pibes vomitando en la puerta, borrachos, autos a toda velocidad. Es un desastre”, resumieron los vecinos.

Cuando llega el verano y las fiestas de fin de año las cosas empeoran, porque las reuniones son más seguidas.

“La Policía no puede hacer nada. ¿Qué va a hacer? Por ahí interviene cuando hay alguna pelea”, mencionó María José Zingoni.

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