El amplio terreno que da espaldas al Hospitalito Baggio y limita con el Centro de Educación Física en Villa María se ha transformado en un basural. Vecinos del barrio expresaron su preocupación a ElDía.
En ese lugar, el olor nauseabundo penetra fuerte. No es para menos. Todo tipo de desechos conforman un basural no declarado en Villa María al Sur, en un terreno privado que es lindero a casas de familia, del centro de salud (Hospitalito Baggio) y del Centro de Educación Física, donde se encuentra el Polideportivo, al que concurren un importante número de chicos de la zona a practicar deportes.
El riesgo está latente. En el basural se ve todo tipo de desperdicios. Restos de frutas, comidas, pañales, vidrios, escombros, bolsas con pasto, plásticos, elementos altamente tóxicos, lo que constituye un foco infeccioso a punto de hacer ebullición.
Los vecinos manifestaron su malestar a ElDía. Mirta, que tiene un negocio pegado al basural, contó que en los días de mucho viento, los restos de basura terminan en el patio de su casa. Un día su bebé, de un año y medio, “estuvo ahí de manotear una víbora que andaba en el patio”, dijo horrorizada. “Víboras, serpientes, hemos visto más de una yarará y muchas ratas”, agregó otra vecina.
Mirta dijo que no pueden “vivir más de esta manera, en medio de un basural”. Contó que “todo el mundo cruza y tira su mugre en el lugar sin medir las consecuencias. Hay ratas, serpientes, todo tipo de alimañas. Tengo una criatura y vivo en permanente alerta. Cuando está en el patio, debo estar con él por miedo a las ratas y a las víboras. Mi intención, y la de los vecinos, es ver si se puede cerrar el terreno, que es privado, para que no ingrese nadie más a arrojar basura”.
Consultada sobre quiénes tiran la basura, dijo que “la gente que cruza por España, gente que la mayoría de las veces no vemos porque arrojan desperdicios en horas de la madrugada, aprovechando que no hay una cimbra, nada, por que es cuestión de entrar y listo”.
No obstante ello, aclaró que “cuando vemos alguno que está por tirar, nos peleamos feo”.
Karina vive enfrente del basural, en España y Entre Ríos, y comentó que ni siquiera se puede sentar en la vereda de su casa “por el olor que sale del basural, además nos han invadido las ratas, y en verano o cuando está templado, no se puede estar en ninguna parte por las moscas”. Dijo que están “en permanente conflicto con las personas que piensan que esto es un basural. Discutimos permanentemente con gente que vienen en carros y con algunos que llegan en auto a arrojar su basura. Podemos decir que algunos son de la zona, pero la mayoría vienen de otros lugares”.
Ester acotó que “a veces entran con autos, camionetas, carros, la mayoría de las veces en horas de la madrugada”. La vecina aclaró que el camión recolector de basura del municipio pasa todos los días, así que no hay excusa alguna para tirar basura en el descampado”.
Los mismos vecinos, en su afán por limpiar el lugar, han prendido fuego a la basura. “Una vez lo hicimos con los restos de un caballo, también con perros muertos que arrojan en el lugar”. Una de ellas comentó que no hace demasiado tiempo encontraron una bolsa con “gasas, algodones y jeringas”. La vecina en cuestión prendió fuego la bolsa y fue denunciada.
Finalmente Quique, otro vecino, agregó que tiempo atrás se hizo un zanjón para que escurriera el agua. “Ahora ese zanjón está tapado por la basura que han arrojado, además de escombros y ramas. Este es un problema de larga data que parece no tener solución. Lo peor, es que cada día se agrava más”, cerró.
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