“Nos sentimos abandonados”, dijeron. Cancillería había negado el conflicto y había dado el asunto por concluido.
Según tres vecinos del Abra Santa Cruz que vinieron ayer a Salta a reclamar soluciones ante las autoridades provinciales, el 28 de noviembre se modificó el límite entre las dos naciones, contrariamente a lo que anunció el Gobierno nacional y que acompañó enfáticamente el Gobierno provincial. “Siempre se respetaba como territorio argentino”, coincidieron.
El conflicto, negado oficialmente, existe y lo viven todos los días los salteños que poblaron ese paraíso enmarcado a 4.400 metros de altura. Los vecinos del Abra de Santa Cruz confirmaron lo que publicó El Tribuno y lo que con tanto empeño habían tratado de encubrir los medios oficialistas y funcionarios. Hasta ayer, ninguna de esas familias que ese 28 de noviembre se despertaron en Argentina y se acostaron en Bolivia recibió la visita de las autoridades argentinas.
“La frontera se modificó y las casas quedaron en territorio boliviano”, confirmó Evangelista Subelza, salteña de Abra Santa Cruz. “Tenemos miedo de que nos corran”, alertó Natividad Luna, que la casa de su suegro quedó en el país vecino. “Nos sentimos abandonados... Queremos que se haga la demarcación de nuevo, pero con la gente que vive en el lugar presenciando todo”, pidió Domingo Castillo.
Los testimonios
Evangelista Subelza desplegó un mapa gigante. Lleva un sombrero negro de ala ancha, el mismo que usa en el campo, allá en el Valle del Silencio, donde está su casa y sus potreros empircados, donde están sus sembrados para consumo personal. Con el dedo señala en un mapa el territorio que hasta noviembre pertenecía a Salta. “Es una zona como una medialuna (la que dejó de ser argentina). Parte de ese terreno quedó en Bolivia. Tampoco respetaron las fronteras ambientales por donde baja el río”, dijo.
La gente del Valle del Silencio vive del pastoreo y de mínimas zonas de sembradíos que garantizan su subsistencia. Autoridades del vecino país, ejerciendo la soberanía entregada, no dejaban ingresar a los animales a zonas de pasturas, que siempre se consideraron como argentinas, según los vecinos. “Acá somos varios los afectados y nadie vino a preguntarnos nada. Nosotros le fuimos a decir esto al intendente Cástulo Yanque, pero no hizo nada”, afirmó Evangelista, que agregó que el intendente le dijo que ya estaba “todo arreglado entre autoridades” y que sobre eso “no se podía hacer nada”.
En su momento, el ex concejal Ignacio Peloc le contó a El Tribuno que visitó las oficinas del municipio de Santa Victoria Oeste y del Gobierno provincial, en busca de explicaciones, y en ninguna de las instancia le respondieron.
Los vecinos de Abra Santa Cruz llegaron desde Santa Victoria Oeste con la organización Qullamarka que reclaman las tierras de la antigua finca Mecoyita, cuyo trámite de expropiación viene desde el gobierno de Roberto Romero. “Cuando se terminen los trámites para la titularización de Mecoyita iremos por el esclarecimiento de la cuestión de límites de Abra de Santa Cruz”, dijeron los manifestantes ayer en el Grand Bourg. “Abra de Santa Cruz integra el Qullamarka y por lo tanto, cuando lo pidan sus delegados, pediremos las aclaraciones del caso”, dijo el dirigente Rodrigo Solá.
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