“Decir que el barrio está igual, a dos años, es un error porque está peor, no se llegó a la reconstrucción total y estamos muy lejos”, reflexiona Jimena Cores Oller, vecinalista del barrio Juan XXIII, uno de los más castigados por el temporal.
En su repaso, menciona que “asfaltaron muy poquitas calles porque iban a arreglar los caños que van abajo, pero solo se pudo recolocar y limpiar algunos de esos caños y después, debajo de las calles sigue estando lleno de barro”. Como consecuencia, “la mayoría de las calles está destruida y no estamos hablando de baches sino de calles que ya no están”.
También respecto a las soluciones individuales, Cores Oller comenta que “no se entregaron los vouchers ni los subsidios de 30.000 pesos a los vecinos, la Municipalidad iba a arreglar las veredas pero va muy lento, todavía no termina y hay gente a la que ni siquiera le empezaron a colocar los materiales”.
“Quedó todo muy endeble”
“Es tristísima la situación en la que estamos. Si llega a aparecer una tormenta más leve, será muchísimo peor de lo que pasó en 2017 porque quedó todo muy endeble”, advierte.
Respecto al tiempo que llevan sin respuestas, la dirigente dice: “no sabíamos que las grandes obras iban a tardar tanto en licitarse y ni siquiera están en proyecto”. En particular, se refiere al Colector Máximo del Sur, obra que permitiría dividir los líquidos cloacales de los pluviales, que actualmente discurren por las mismas cañerías. Esas que en abril de 2017 devolvían el líquido por los inodoros de las casas del barrio.
“Con esa obra funcionaría el canal de avenida Roca como pluvial y ante una lluvia leve, sería un respiro”, señala la entrevistada quien lamenta que “ni siquiera se hizo esa obra, que está parada por Provincia”.
Por otro lado, está la gente que se fue del barrio -incluso de la ciudad- y no volvió más. “Hay vecinos que pudieron arreglar las casas pero se tuvieron que ir por el miedo, cada lluvia era revivir el temor de que vuelva a pasar”, señala la presidenta de la Vecinal de Juan XXIII.
El barrio tiene muchos vecinos mayores, jubilados que tenían su vivienda fruto de muchos años de trabajo y esperaban este período para disfrutarla: “algunos van arreglando piecita por piecita, de a poco, hasta el día de hoy, con sus propios medios”, dice la entrevistada.
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“Los funcionarios deberían ser un poco más serios”
Cuando se le pregunta a la vecinalista qué esperan, a dos años del temporal, responde: “que reaccionen ante lo que pasó, que haya comunicación entre los tres niveles del Estado que se pelean entre ellos, nosotros quedamos en el medio y las cosas no se solucionan”.
La entrevistada considera “una falta total de respeto” esa actitud de los funcionarios. “Nunca pudimos lograr una reunión entre los tres, y lo hemos pedido muchas veces. Cuando se logran juntar, alguno se quiere retirar, o no responden, ni nos atienden el teléfono. Parece que se olvidan que son empleados nuestros, que nosotros los pusimos ahí”.
Mientras tanto, recuerda que desde la Vecinal “ponemos la cara con el vecino que nos dice que su casa todavía no está arreglada, entonces ver que se pelean, mienten en la cara, son las cosas que más duelen”.
Por último, enfatiza: “los funcionarios deberían ser un poco más serios y estar al nivel que los vecinos necesitan”.
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