El abogado declaró el martes. Desgranó cómo se armó la transacción por la planta impresora. Y reveló qué otras ideas tenía el ex vice de Cristina Kirchner.
Amado Boudou analizó comprar el canal de aire Telefé. Era ministro de Economía. Año 2010. Su socio y mejor amigo desde los siete años, el millonario súbito José María Núñez Carmona, le pidió asesoramiento a un abogado para estudiar esa posible operación, finalmente no realizada. El hombre de Derecho que lo ayudo en ese plan es Alejandro Paul Vandenbroele.
El martes pasado, Vandenbroele declaró ésto y muchas otras cosas durante varias horas en el juicio oral sobre el caso Ciccone. En el sentido figurado, tal vez jurídico, desnudó al ex vicepresidente, a Núñez al Gobierno de los Kirchner. También a uno de los banqueros más poderosos del país, y un financista que supo ostentar su influencia pero que hoy sufre una enfermedad que no le permite declarar.
Vandebroele reveló los secretos no tan secretos del caso Ciccone con un monólogo pacífico, firme y documentado. Fue una confesión extraordinaria y que tendrá consecuencias judiciales de alto impacto.
Vandenbroele es testigo protegido, acogido a la figura de“arrepentido” en la variable del expediente de este caso que aun está en instrucción en primera instancia. Aun así, decidió hablar frente al tribunal oral que enjuicia a él mismo, a Boudou, a su socio Núñez, a otros ex funcionarios y al fundador de la imprenta Ciccone, Nicolás Ciccone.
La potencial compra de Boudou y su socio de Telefé, por entonces propiedad de Telefónica, de España, muestra el poder económico y los límites sensacionales que estaba dispuesto a pasarejerciendo el poder el ex ministro de Economía, y luego vicepresidente de la República.
Telefé fue vendido en el 2016 al grupo Viacom International Media Networks (VIMN) por 345 millones de dólares.
Trescientos cuarenta y cinco millones de dólares.
¿De dónde sacarían el dinero Núñez Carmona y su socio funcionario para una potencial compra de ese canal de aire?
Boudou y Núñez Carmona están siendo investigados por el juez Ariel Lijo y el fiscal Jorge Di Lello por enriquecimiento ilícito. Vandenbroele también.
Pero desde que es “arrepentido” su situación procesal, y sobre todo personal, cambió.
Vandenbroele no contó de dónde surgirían los multimillonarios fondos en dólares que se necesitaban para ser dueños de un canal de aire como Telefé.
Agregó que también asesoró al dúo de aventureros de Mar del Plata para intentar adquirir el canal 10 de Mar del Plata.
Boudou ni Nuñez Carmona no incursionaron en los medios audiovisuales. Siempre según la confesión de Vandenbroele, lo que sí compraron fue a una fábrica de hacer dinero. Ciccone Calcográfica. El Estado K contrató a esa empresa para fabricar billetes. Y casi confecciona también chapas patentes y fichas de casino.
El “arrepentido” admitió ante la Justicia que él fue la cara pública de la operación financiera por la que Boudou, Núñez, ex funcionarios y un empresario, entre otros, están hoy siendo juzgados por delitos de corrupción.
“No conozco a Vandenbroele”, decía el ex vice durante sus años de apogeo de poder. Vandenbroele admitió lo contrario en su presentación judicial.
Con esta presentación, se autoinculpó en posibles delitos de los que quizás consiga una reducción en su condena por declarar bajo la figura de “imputado colaborador”. Eso le da más valor a su testimonio.
Ante el Tribunal Oral en lo Criminal y Federal número 4, y frente al fiscal Cristian Colombo, Vandenbroele dijo frases cómo éstas: “Yo seguía las instrucciones de Nuñez Carmona. Él era el que me indicaba cómo iba el avance de las tratativas por Ciccone. A su vez, él hablaba con Boudou”.
Y agregó: “Entiendo, a través de Nuñez Carmona, que Boudou tuvo un rol activo en estos negocios de Ciccone”.
Vandenbroele confirmó que Núñez Carmona le había contado las reuniones entre Boudou, él, y los hermanos Nicolás y Héctor Ciccone, ex dueños de la planta gráfica.
“Nuñez Carmona es quien me indica como iba a quedar conformada la composición accionaria y el directorio”, aseguró Vandenbroele, haciendo referencia a la sociedad “cáscara” que él había creado para comprar Ciccone para evitar que se conozcan a sus dueños reales. Esa empresa se llama The Old Fund.
El “arrepentido” no titubeó cuando afirmó quién había sido el ideólogo de esta operación: “Néstor Kirchner”.
La muerte del ex presidente no frenó la idea original K sobre la planta gráfica: “Desde siempre supimos que íbamos a imprimir papel moneda”.
Antes de eso, Vandenbroele también reveló cómo fue que se usó a The Old Fund para cobrar coimas en una renegociación falsa de la deuda pública de Formosa, de la que participó el gobernador Gildo Insfrán, como ya consignó este diario en ediciones anteriores.
Vandenbroele precisó quiénes fueron los inversionistas ocultos que pusieron el dinero, primero, para levantar la quiebra en la que estaba sumida Ciccone. Y después para poner operativa a la empresa.
Según él, y aportó documentación al respecto, fueron la concesionaria estatal en negocios con aeropuertos, London Supply, el ex titular del banco Macro, Jorge Brito, y un empresario que buscaba tener buena relación con la familia Kirchner, algo que nunca logró pese a sus esfuerzos: Raúl Moneta.
Según Vandenbroele, todo terminó mal, por las denuncias de la prensa y por el modo de manejarse de Boudou y Núñez Carmona: “Solamente se les devolvió un millón de pesos de los prestado por los inversores. Se perdió el dinero. Los dos trabajos que hizo Ciccone no llegaron ni a cubrir los gastos y ni a poder girar dividendos”.
El primer negocio que hizo Ciccone, siempre según Vandenbroele, fue imprimir las boletas electorales que el Frente para la Victoria usó en las elecciones de las PASO del 2011. Y en las generales. En esas boletas, la fórmula presidencial era Cristina Kirchner-Amado Boudou.
Declaró Vandenbroele: “En el caso de las boletas electorales, lo que me dijo Núñez Carmona, fue que Boudou tuvo la idea de tomar ese trabajo, con el aval del gobierno”.
Como la imprenta Ciccone no tenía las rotativas para confeccionar las boletas, la materia prima con la que los dirigentes políticos llegan al poder mediante las elecciones, Vandenbroele debió tercerizar el servicio. “Fue muy estresante”, contó.
Vandenbroele habló ante la Justicia, también, de la impresión de dinero en “su” empresa: “Una vez que se entra en Ciccone, se entra porque se necesitaba imprimir en otro lado. La casa de moneda no tenía la capacidad. Creo que para el año 2012, se necesitaban 1200 o 1300 millones de papel moneda, y Casa de Moneda llegaba a cubrir 450 o 500 millones…” Como ya consigaron Clarín y otros medios, aunque ahora se detalla con otro desarrollo una vez vistos los videos de la declaración judicial de Vandenbroele, este ex colaborador en el esquema de negocios de Boudou dio detalles de cómo fue la preparación para la “compra” Ciccone. Qué rol jugó la AFIP. Cómo -según le fue contando a él por el socio de Boudou- era “el Gobierno” el que dirigía mediante su intermediación los detalles de esta historia.
Según se desprende de lo declarado por Vandenbroele, su relato sobre esta historia es una historia casi calcada del auto de elevación a juicio oral que redactó el juez Lijo, basado en parte de la ayuda que aportó el fiscal Di Lello. Este caso fue una investigación que también tuvo otro magistrado antes que Lijo y que Boudou logró por presión mover de la causa, Daniel Rafecas. Y otro fiscal que fue crucial para la pesquisa, Carlos Rívolo.
Vandenbroele denunció qué rol tuvieron en esta trama Núñez Carmona, Brito, el gobernador Insfrán y hasta Daniel Scioli y uno de sus ex asesores, Lautaro Mauro. Ciccone parecía ser, en la era K, una política de Estado.
El ex asesor de Scioli, Mauro, según Vandenbroele, fue la persona que lo acercó a Loterías de Buenos Aires para que la empresa gráficapudiera imprimir las fichas de casino bonaerenses. Otro negocio caído por el escándalo desatado por el caso.
Mauro, según Vandenbroele, fue también quien hizo de nexo entre Núñez Carmona y un directivo de la empresa Boldt que alquilaba la planta de Ciccone durante su concurso de acreedores, Guillermo Gabella. Mauro negó todo. Pero en un juicio se demostró lo contrario.
Boudou y su socio están ahora bajo un proceso muy desfavorable que podría devolverlos a la prisión.
Los dos habían sido detenidos por Lijo en otra variable aun bajo instrucción del expediente Ciccone. Fueron liberados por la Cámara Federal.
Pero fue cuando cayeron presos Vandenbroele se sintió aliviado. Y todo cambió. “Luego de la detención de Boudou y Núñez Carmona me decido a someterme a la figura del arrepentido”. Antes, tenía miedo. Ya no.
Vandenbroele declaró muchísimas cosas más. Se irán conociendo.De a poco.
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