La diputada provincial mandó a hacer pintadas con su nombre para mostrarse independiente. En las últimas apariciones públicas esquivó al ex intendente.
La diputada provincial Valeria Amendolara -FpV- inició un claro operativo “blanqueo” en la ciudad de La Plata, con la intención de borrar su pasado político y mostrarse lejos de los hermanos Bruera. Aparecieron paredes pintadas con la leyenda "Vale" y “Valeria” con la V característica del peronismo, indicando una vuelta que en realidad poco interés despierta.
Su ausencia en el encuentro en el PJ platense de semanas atrás, que contó con la reaparición pública de Daniel Scioli, ya había dado un indicio de sus intenciones. Además del ex gobernador y ex candidato presidencial del Frente para la Victoria, allí habían asistido Pablo, Gabriel y Mariano Bruera, junto a un grupo de ex funcionarios sciolistas, como Alberto Pérez, Eduardo Aparicio y Martín Ferré, entre otros. Esa noche llamó la atención a los presentes el faltazo de Amendolara, quien ahora es evidente que prefiere esconderse para replantearse su accionar en la capital provincial, la ahora “ex” bruerista quiere hacer valer el nivel de conocimiento conseguido durante su carrera política de la mano del clan Bruera.
Amendolara comenzó a figurar en el mundo de la política local hace más de una década, cuando en 2005 integró la lista de diputados -lista que estaba encabezada por Pablo Bruera, secundado por el sindicalista de UPCN Carlos Quintana-. Ellla ingresó a la nómina en representación de la agrupación Liberación Nacional, que conducía Luis Lugones: frente a la necesidad de aportar el “cupo”, la hija de Hugo Amendolara ocupó el tercer lugar de la lista de Bruera -Partido Autonomista-. Su ingreso a la Legislatura bonaerense llegó dos años más tarde, cuando Pablo fue electo intendente venciendo a Julio Alak. A partir de ahí, obviamente, respondió de manera incondicional a él.
Fue en 2009 cuando Valeria encabezo la lista de concejales del Frente para la Victoria. Esa elección marcó a fuego la relación del bruerismo con el kirchnerismo, ya que el ex intendente repartió la boleta cortada privilegiando el tramo que encabezaba su hermano Gabriel como diputado provincial y el de Amendolara para concejal. La sobrina del vicepresidente del PJ de la ciudad de las diagonales, Luis Lugones, asumió como concejala, presidiendo el bloque del entonces Frente Renovador Platense. Entre sus logros se destacan haber defendido el Código de Ordenamiento Urbano, que años después estuvo en el centro de la escena, apuntado como causante de la peor tragedia de la ciudad, la noche de la inundación del 2 de abril de 2013. En ese momento, como concejala y figura relevante del armado bruerista, Amendolara junto a otros concejales bloqueó la posibilidad de que Bruera diera explicaciones no sólo por su responsabilidad en cuanto a las obras no realizadas, sino por el caos generado en la ciudad por su falso tuit, cuando estaba de vacaciones sin la licencia correspondiente.
Esa trágica noche, Amendolara, como el resto de los funcionarios brueristas, se quedó sin palabras y no supo qué explicar, además de no hacerse cargo. Ese martes, cuando La Plata comenzaba a inundarse, cerró su cuenta de twitter.
El enfrentamiento con el kirchnerismo y las secuelas políticas de la inundación dejaron complicados a los hermanos Bruera: Gabriel fue candidato a concejal y Valeria sirvió de mascarón de proa para una lista que escondiera al bruerismo detrás de su figura poco visible. Aunque claro, era imposible de ocultar que entre 2005 y 2013 había sido una de las mujeres que mayores cargos legislativos había ocupado dentro de la estructura de poder de la ciudad -y de estrecha cercanía, por el vinculo familiar político que Lucho Lugones mantiene con sus sobrinos, los hermanos bruera-. Volvió a ser candidata bruerista y pisó nuevamente la Cámara de Diputados.
Amendolara nunca realizó una autocrítica por la inundación. Es más, cuandoJavier Pacharotti pegó el portazo para irse con Sergio Massa, ella se puso al frente de una envestida para destituirlo de la presidencia del deliberativo local y tomar el mando al servicio del intendente, quedando como titular del Concejo. Es decir, durante los ocho años que duró el gobierno de Bruera, ella siempre fue miembro de su mesa chica, siempre formó parte del sistema de poder y toda su carrera se debe a la injerencia de Luis Lugones, que forjó una amistad con su padre Hugo cuando ambos compartieron la gestión en el gabinete provincial en la intervención de la Policia Bonaerense. Así la llevó en la lista en representación de Liberación Nacional.
La estrella política de Pablo Bruera se apagó la noche del 2 de abril. Allí quedaron al descubierto un sinfín de errores de gestión, en el marco de la inundación y la crisis que se desató. Bruera se convirtió en el Aníbal Ibarra del peronismo bonaerense, cargando sobre sus espaldas una enorme tragedia en la que lamentablemente fallecieron muchas personas, y que si bien no trajo consigo una condena judicial para ambos, sí es la sociedad quien mantiene viva la memoria y los castiga electoralmente: Bruera sacó un escaso porcentaje tanto en 2013 como en 2015, dejando la intendencia.
Amendolara ya había intentado despegarse antes del cierre del listas de 2015. En ese momento fue a buscar cobijo en el empresario mediático de la ciudad,Raúl Kraiselburd -el todopoderoso mentor de Pablo Bruera-. El dueño del Diario El Día recibió un pedido de audiencia de la diputada, y para demostrarle cuál era su verdadera apuesta, tuvo la picardía de citarla a una hora en su oficina de diagonal 80, para que coincida con Bruera. Valeria se sorprendió cuando al ingresar se cruzó con Bruera, que salía de un mano a mano con el empresario. Desde ahí, la relación Bruera-Amendolara no ha sido buena; ella busca construir su propio camino. Ahora, para algunos peronistas platenses, la ex concejala y diputada bruerista podría ser el caballo de Troya que los devuelva al poder.
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