La performance de las PASO no conformó al oficialismo. Cristina le habría reprochado los pobres resultados y la nueva derrota en Salta capital.
Aunque dicen que hicieron las paces y se fotografiaron juntos con Manuel Santiago Godoy, las cosas no andan bien entre Juan Manuel Urtubey y el Partido de la Victoria.
Para el flemático Sergio Leavy y el más rústico José Vilariño, los ochenta mil votos que le aportaron a Daniel Scioli el domingo 9 de agosto acreditan una consideración que Urtubey no muestra hacia ellos.
El fastidio del Partido de la Victoria admite varias explicaciones y se expresa a través de sus fuentes habituales.
La interpretación de los socios fundadores del Frente para la Victoria apunta a la muy pobre performance de la lista encabezada por Javier David (175 mil votos) y lo confrontan con la sorpresa que ofreció Sergio Massa en la provincia.
Pero ayer aclaraban: la bronca de estos días de Juan Manuel no es solo porque Gustavo Sáenz le quitó protagonismo como figura nacional. El problema es de alcance familiar: aseguran que el gobernador quiere que su sucesor sea el hermano Rodolfo, quien gobernaría la provincia -en ese proyecto - hasta 2031. Claro, porque piensan en tres mandatos, para redondear un cuarto de siglo en el poder. Aunque se sabe que Rodolfo se siente más que cómodo en su departamento de Puerto Madero, estaría dispuesto al sacrificio y trataría, en ese lapso, concluir las obras pendientes del Fondo de Reparación Histórica que lo llevó a su primera incursión electoral.
Sáenz podría ser un obstáculo, lo mismo que Sergio Leavy, cuyas aspiraciones son explícitas, y Miguel Isa, que no piensa en otra cosa que ser gobernador. Desde el PV emanó la versión de que la presidenta llamó a Urtubey al lunes después de las PASO "para pedirle explicaciones". Le habría echado en cara el 28,29 por ciento que logró el massismo y, especialmente, la nueva derrota en Salta capital, que ya es un clásico.
A Scioli no le fue mal en Salta, porque ganó; pero es cierto que hay un retroceso notable con respecto a mayo y un desnivel antipático comparado con las provincias vecinas.
"Urtubey aspira a liderar un frente de gobernadores para peronizar una eventual gestión de Scioli, pero si no levanta la puntería en octubre, va ser medio complicado", se regodeaba ayer uno de los despechados.
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