La valorización energética se consolida como una herramienta esencial en la gestión sostenible de residuos. La compañía lidera este avance con plantas eficientes, fiables y respetuosas con el medio ambiente.
Por: Eduardo Enric.
En un contexto global cada vez más exigente en materia de sostenibilidad, la gestión eficiente de los residuos urbanos se convierte en uno de los grandes retos medioambientales del presente y del futuro. En este escenario, la valorización energética emerge como una solución imprescindible, capaz de transformar los residuos no reciclables en energía para los hogares y las ciudades. Urbaser, compañía referente en servicios medioambientales, lleva décadas apostando por esta tecnología como parte de una estrategia integral de economía circular que busca minimizar el uso del vertedero, reducir las emisiones contaminantes y generar recursos aprovechables a partir de los residuos.
La valorización energética es un proceso basado en la combustión controlada de los residuos que no pueden reciclarse, generando electricidad y calor a partir de su tratamiento. Esta práctica está plenamente consolidada en Europa, donde ya se valorizan energéticamente en torno al 26% de los residuos municipales, con el objetivo de limitar al máximo el depósito en vertedero. En cambio, en España esta vía apenas alcanza el 13%, lo que muestra el potencial de mejora y adaptación que todavía tiene el país para alinearse con los estándares europeos.
La valorización reduce la dependencia del vertedero y apuesta por una gestión más sostenible
La planta y el vertedero de Caudete de las Fuentes. / ED
La valorización energética es el complemento perfecto al reciclaje con sistemas de recogida selectiva eficaces para cumplir el 10% máximo de residuos enviados a vertedero en el año 2035 que exige la normativa. De hecho, los países con los mayores índices de recuperación y reciclaje del continente —como Alemania, Austria, Países Bajos, Bélgica o los países nórdicos— han consolidado esta sinergia, logrando reducir drásticamente su dependencia del vertedero. La clave reside en diseñar sistemas avanzados de clasificación y tratamiento, donde cada fracción de residuo se gestiona de forma óptima y los materiales no recuperables se destinan a producir energía limpia.
Urbaser ha sabido anticiparse a esta tendencia. Ya en la década de los 90, la compañía puso en marcha la planta de valorización energética de Las Lomas, en Madrid. Fue un proyecto pionero en España que integró múltiples fases de tratamiento: selección mecánica, compostaje, recuperación de materiales y valorización energética. Esta visión integral del tratamiento de residuos se replicó posteriormente en otras instalaciones de éxito, por ejemplo Cantabria y Marsella, entre otras.
Planta ubicada en Llíria de Urbaser. / ED
A lo largo de su trayectoria, Urbaser ha construido y operado numerosas plantas de tratamiento mecánico-biológico, así como plantas de recuperación de materiales. Concretamente en la Comunitat Valenciana se gestionan la planta y vertedero de Algímia d’Alfara, planta de Llíria, planta y vertedero de Elx, y planta y vertedero de Caudete de las Fuentes. En el ámbito específico de la valorización energética, la compañía ha desarrollado 13 plantas en diferentes países, adaptadas a las particularidades de cada entorno, ofreciendo instalaciones robustas, eficientes y sostenibles. Actualmente, Urbaser gestiona 8 plantas de valorización energética en tres países.
Casos de éxito
Entre sus casos de éxito más destacados, sobresale la planta de Zubieta (Guipúzcoa), cuyas emisiones están entre las más bajas de las 498 instalaciones similares en Europa. Esta planta cumple con los límites de emisión más estrictos definidos por el Joint Research Centre de la Unión Europea, gracias a la aplicación de las mejores técnicas disponibles.
Otro ejemplo paradigmático es la planta de Isséane, en París, gestionada por Urbaser desde 2020. Esta instalación trata los residuos generados por 1,45 millones de habitantes y produce calefacción para más de 86.000 hogares y electricidad para unos 117.000. Según la Agencia de la Transición Ecológica de Francia (ADEME), el 57% de esta energía tiene origen biogénico, lo que refuerza su perfil sostenible.
En cifras globales, el área de tratamiento de residuos municipales de Urbaser alcanzó en 2024 las 17,5 millones de toneladas tratadas, recuperó más de 2 millones de toneladas mediante procesos selectivos, evitó más de 2,5 millones de toneladas de CO₂ y generó más de 2.500 GWh de energía.
Comentá la nota