Para ejecutar las tareas, el Gobierno provincial firmará hoy un convenio con la Comisión Nacional de Energía Atómica.
De acuerdo a datos preliminares que maneja la provincia, hay al menos 4 áreas con “posibles reservas”: dos en el departamento de Jáchal, conocidas como La Cuesta, en la Ciénaga de Huaco y La Enterrada, en el Alto de Huaco; mientras que en Calingasta está El Carrizal (foto) y en la Sierra del Volcán, en Iglesia, El Chepical.
“La provincia tiene áreas de reserva uranífera, como las que se tienen de oro o cobre. Lo que pretendemos es intercambiar información (con el CNEA), trabajar en conjunto y que ellos hagan su aporte. Por ahora es un convenio marco de cooperación, más adelante para cosas específicas tal vez tengamos que firmar convenios específicos como, por ejemplo, para ceder las zonas”, explicó ayer desde Capital Federal el gobernador Gioja. Y agregó, “la decisión política es que todo recurso disponible pueda desarrollarse, pero esto no es nada inmediato y llevará un largo tiempo”. El uranio, como mineral capaz de generar energía, es visto por buena parte del mundo como el que modificará en un futuro la matriz energética hidrocarburífera que en la actualidad ostenta el mundo (el 80% es de esa base), según explicó el presidente del EPSE, Víctor Doña. En tanto que para los ambientalistas es mirado de reojo y permanentemente alertan sobre su “peligrosidad”.
A pesar del convenio que firmarán, desde el Gobierno no dan precisiones de qué tiempos se requieren para saber si la provincia goza o no de las suficientes reservas de uranio como para ser explotadas, pero igual pretende que junto a la presidenta del CNEA, Norma Luisa Boero, quien estará hoy en San Juan, diagramen un cronograma.
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